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7. Marrakech – El alquimista

Cuando deseas mucho algo, el universo conspira a tu favor para conseguirlo. Quizá te suena esta frase, uno de los grandes mensajes del libro de El Alquimista. Un libro que, curiosamente, me regalaron en Marruecos, leí en Marruecos y puse a prueba en Marruecos. Concretamente en Marrakech, donde el universo conspiró a mi favor.

La última vez que hablamos acababa de pasar unos días perdiéndome y encontrándome en la inagotable ciudad de Fez. De allí salí temprano en dirección a Meknes, donde daría comienzo la tercera y última etapa de mi aventura marroquí.

Todos mis posts sobre Marruecos

Bab Berdaine en Meknes (Marruecos)

Aunque Meknes es un destino interesante y se suele incluir en muchas rutas turísticas, en mi caso apenas tuve tiempo para dedicarle y llegué ahí un viernes, por lo que estaba casi todo cerrado. El viernes marroquí equivale al domingo español.

Calle de la medina de Meknes (Marruecos)

Pero en esas tierras me esperaba Ismail, un súper agradable marroquí con quien había quedado ya hace un tiempo para hacer una ruta en coche hasta el Sáhara. Merzouga y las dunas de Erg Chebbi serían las últimas paradas, pero por el camino haríamos unas cuantas más. Entre ellas, Marrakech.

Cómo ir a Marrakech

Nuestro viaje de siete días daría comienzo en Marrakech, una de las ciudades más importantes del país. Cualquier método de transporte es una buena opción para llegar hasta aquí. Bueno, casi cualquiera.

Agarrados a un coche en marcha en una carretera de Marruecos

Vengas de donde vengas, vas a encontrar una y mil opciones para llegar ahí. Aviones al margen, el tren es una de la más cómodas y rápidas, siempre y cuando estés en alguna otra de las ciudades de Marruecos conectadas por vía ferroviaria. Eso sí, coge los billetes con algo de antelación porque es un servicio bastante demandado.

Estación de trenes de Meknes (Marruecos)

Otra buena alternativa es el autobús, algo más económica que las anteriores. Si no te importa gastarte un poquito más, CTM y Supratour son las dos mejores compañías del país, especialmente diseñadas para turistas. Si te animas con una empresa más local algo te ahorrarás seguro, pero en cuestión de velocidad y confort suelen dejar bastante que desear.

Libro del el alquimista en un tren de Marruecos

Ruta en coche desde Meknes a Marrakech

En nuestro caso, Marrakech iba a ser una de las paradas de nuestro roadtrip hacia el desierto de Marruecos, así que nosotros hicimos el trayecto en coche de alquiler desde Meknes. Y aunque es un recorrido que puede hacerse en su mayoría por autopista, nosotros lo haríamos por carreteras secundarias, con la idea de ir haciendo paradas allí donde Ismail y nuestra pasión por la fotografía nos dijeran.

Atardecer en una carretera marroquí

Lo que más me llamó la atención a lo largo de este aventura sobre ruedas es que Marruecos es un país mucho más verde de que lo que me esperaba. Quizá el nombre turístico que tiene su desierto en el exterior me predispuso a otra cosa, pero verdaderamente este país del norte de África ofrece mucho paisaje verde y de montaña, por lo que es posible acceder a todo tipo de paisajes, especialmente si te mueves en coche.

Ver coches de alquiler en Marruecos

Carretera hacia el lago Aguelmame Aziza (Marruecos)

El lago Aguelmame

En nuestra ruta Meknes – Marrakech hicimos varias paradas interesantes, aunque mi preferida fue el Lac Aguelmame, un pequeño lago rodeado de un exuberante paisaje y de un extremadamente humilde poblado. Es curioso que tantas familias hayan decidido vivir en un lugar tan remoto y frío.

Lago Aguelmame Aziza (Marruecos)

Barrage El-Hansali

Esta no fue la única parada acuática de nuestra ruta ya que, unos kilómetros más adelante, nos encontramos el embalse barrage El-Hansali, otro spot interesante para detenerse y hacer un par de fotos.

Ovejas en el embalse Barrage El-Hansali (Marruecos)

Ein Orsdon

Nuestro rally hacia Marrakech continuaba despacito pero sin pausa, aunque un excelente mirador en el castillo de Ein Orsdon (chateau Ain Asserdoun), nos “obligó” a volver a salir del coche.

Kasbah Ein Osrdon (Marruecos)

Un rincón desconocidísimo entre extranjeros pero famoso para los locales. Desde allí se puede disfrutar de una buena panorámica de la región.

Vistas desde el castillo Ein Osrdon (Marruecos)

Festival de caballos en Beni Melal

De pura casualidad, ya cerquita de Marrakech nos dimos de bruces con una curiosa celebración en el poblado de Beni Melal, donde jinetes provenientes de todos los rincones del país, ataviados con ropas de antaño, lucen sus monturas y armas ante los visitantes.

Una fiesta de caballos en Beni Melal (Marruecos)

Pese a lo llamativo del asunto no duramos mucho por ahí. Mal ambiente para un alérgico a los caballos.

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Dónde dormir en Marrakech

A primera hora de la noche llegamos finalmente a Marrakech. La oferta de camas en la ciudad roja es inmensa, pero aquí te dejo algunas recomendaciones.

  • Si te gustan las experiencias con locales, en AirBnb tienes una amplia oferta y a todos los precios.

25€ de regalo en AirBnb

  • Una opción increíble pero bastante económica es el Riad Rodamón, donde podrás dormir en una preciosa habitación compartida por unos 17 euros la noche.

Ver Riad Rodamón

  • Villa Almería puede ser una alternativa interesante para ir con tu pareja. 45 euros cuesta la habitación doble en este valoradísimo riad.

Ver Riad Villa Almería

  • En mi caso me alojé en el hotel Diwane por una cuestión laboral. De diez.

Ver Hotel Diwane

Habitación del Hotel Diwane, Marrakech (Marruecos)

Marrakech, la ciudad más cosmopolita de Marruecos

Estoy seguro de que en el mismo momento en el que alguien planea hacer un viaje a Marruecos incluye Marrakech entre sus paradas, ya sea por una cuestión turística o, como mínimo, logística. De hecho, tanto en mi viaje en solitario por el país en 2018 como en mi regreso en 2019 con un grupo de fotógrafos, la ciudad roja estuvo en los planes.

Con más de un millón y medio de habitantes, Marrakech es, hoy en día, la ciudad más internacional y reconocida de Marruecos, habiendo incluso foráneos que residen ahí. Y es que, pese a que conserva en buena medida su esencia marroquí, es una de las ciudades más desarrolladas y occidentales del país. De hecho, como curiosidad, fuera de su medina es fácil comprar alcohol, una tarea compleja en otros puntos del país.

Dependiente de una tienda de jabones en el zoco de la medina de Marrakech (Marruecos)

Por dar un par de pinceladas históricas, contarte que el origen de Marrakech se remonta al año 1000, y fue de la mano de los Almorávides, quienes tuvieron aquí una importante base militar mientras campaban a sus anchas por España.

 

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Sin embargo, la ciudad ha estado siempre cotizada, por lo que ha sido una patata caliente que ha ido pasando de unas manos a otras con alguna guerra de por medio. Aunque de su primera etapa apenas conserva edificios, todavía resisten algunos vestigios de lo que vino del siglo XIII en adelante.

Palmera junto a la mezquita Koutoubia de Marrakech (Marruecos)

Hoy lo que queda es una urbe extensa, siempre despierta, donde se diferencia, claramente, la parte nueva y su medina. Junto a las mencionadas Fez y Meknes, y a mi apreciada Rabat, Marrakech es una de las cuatro ciudades imperiales del país marroquí

Calle junto a la medina de Marrakech (Marruecos)

Qué ver y qué hacer en Marrakech

Pese a su importancia y tamaño, Marrakech es una ciudad asumible para el turista: en uno, o dos días, se puede recorrer. Si te interesa mi opinión sobre la ciudad roja, te puedo decir que NO es una de mis ciudades favoritas de Marruecos, aunque la seguiría incluyendo en casi cualquier ruta por el país. Pocos lugares mezclan tan bien el pasado, el presente y el futuro de la sociedad árabe.

La Villa Nouvelle de Marrakech

Como pasa en casi todas las ciudades importantes de Marruecos, en Marrakech hay dos espacios claramente diferenciados: la medina y la ciudad nueva (Villa Nouvelle). A nivel turístico, la medina concentra casi todos los lugares de interés, pero en la zona moderna se ubican la mayoría de macrohoteles, salas de fiesta y tiendas multinacionales varias. Puedes tomar el barrio Gueliz como referencia para moverte y descubrir el lado chic de Marrakech.

Gueliz, un barrio de la Ville Nouvelle de Marrakech (Marruecos)

Jardín Majorelle

Aquí mismo se sitúa uno de los parques más populares de Marrakech, el jardín Majorelle. Siete euros cuesta la entrada a este cuidadísimo jardín (los precios turísticos de esta ciudad son mucho más altos que en otras urbes marroquíes)…

Fachada del museo berber en el jardín Majorelle de Marrakech (Marruecos)

… donde conviven en paz y armonía árboles y plantas de todas las razas. En el jardín Majorelle también se ubica un museo bereber, por el que hay que pagar una entrada aparte. ¿Me gustó? Sí, pero teniendo en cuenta los precios medios en el resto del país, este parque me dejó con cara de turista.

Fotógrafo en el jardín Majorelle de Marrakech (Marruecos)

Los jardines de la Menara

Casi en la otra punta de la ciudad, pero también fuera de la zona antigua, se encuentran los jardines de la Menara, otro de los pocos espacios verdes que hay en Marrakech. Este recinto empezado a levantar allá por el siglo XII es de entrada libre, aunque tampoco creo que te vuelva loco.

Pabellón en los jardines de la Menara de Marrakech (Marruecos)

La medina de Marrakech

Dejando ya de lado lo moderno, es buen momento para meterse en harina de medina, el lugar que concentra buena parte de lo que hay que ver en Marrakech. Aunque es una medina extensa y caótica como la mayoría de este país, se me hizo hasta “pequeña” después de haber visitado la de Fez. Aun así, perderse por ella resulta muy estimulante.

Ver visita guiada gratuita por Marrakech

Carro de caballos en la Plaza Yamaa el Fna. Marrakech (Marruecos)

La mezquita Kotubia

Por empezar por algún sitio la ruta turística, puedes tomar como referencia la mezquita Kotubía. Y es que sus 77 metros de torre la convierten en el edificio más alto de Marrakech y la hacen visible desde cualquier ángulo.

Fue levantada en el siglo XIII por los almohades y, aunque su interior no es accesible al público en general, la rodean unos jardines muy paseables.

Jardines de Koutubia, Marrakech (Marruecos)

Las tumbas saadíes

Aunque el turismo un elemento fundamental en la cultura árabe, esta sociedad ha sido y sigue siendo algo celosa de compartir sus “tesoros” con los extranjeros. Una muestra de ello es que, durante casi 400 años, este cementerio real (lugar de entierro de sultanes y su séquito) permaneció completamente oculto. Fue en el año 1917, durante el protectorado francés, cuando estos lo descubrieron y abrieron al público, hasta convertirse, hoy en día, en uno de los enclaves referentes de Marrakech.

Recinto de las Tumbas Saadies de Marrakech (Marruecos)

Aunque hay más de 100 tumbas saadíes en este recinto, es la sala de las 12 columnas (donde está enterrado el sultán Ahmad Al-Mansur) lo que verdaderamente merece la pena. La entrada a todo el recinto cuesta un euro.

Sala principal de las Tumbas Saadies de Marrakech (Marruecos)

Palacios para ver en Marrakech

Hay varios edificios y palacios visitables en Marrakech, pero es el de la Bahía uno de los más cotizados. Una obra del siglo XIX que, pese a estar casi vacía por dentro, impresiona por su arquitectura.

Palacio Bahía, Marrakech (Marruecos)

Por allí cerquita también se encuentra el palacio El Badi, del siglo XVI, aunque los años le han sentado peor y hoy no es mucho más que un conjunto de imponentes ruinas. Personalmente no he visitado ninguno de estos palacios, pero las fotos son de Arturo Villanueva, un afable mexicano con quién compartí aventuras esos días.

Palacio Badi, Marrakech (Marruecos)

El mellah – El barrio judío de Marrakech

Muy cerquita de los palacios, en plena medina de Marrakech, se encuentra el barrio judío, un vecindario interesante para echar un par de fotos

En el zoco del Mellah (barrio judío) de Marrakech (Marruecos)

… pero con un ambiente no apto para todos los públicos. De hecho, te recomiendo limitar tus movimientos a la zona del mercado. Y es que, aunque no tengo constancia de que sea un lugar inseguro, nosotros no nos sentimos muy cómodos deambulando por ahí.

Calle en mal estado en el barrio judío de Marrakech (Marruecos)

Museos y madrasas

Otro de los encantos de la ciudad roja es visitar sus museos y madrasas (escuelas) más interesantes. Incluye el museo de Marrakech, el Dar Si Said y la madrasa Ben Youssef en tu lista de cosas para ver en Marrakech.

Puerta del museo de Marrakech (Marruecos)

El zoco de Marrakech

Qué sería de una ciudad marroquí sin sus mercados infinitos, que dan mucha vida a cualquiera de las enmarañadas calles de su medina.

Pasillo del zoco de la medina de Marrakech (Marruecos)

Aunque no es el zoco más impresionante de Marruecos, especialmente porque está medio abierto al tráfico, es de obligado cumplimiento darse una vuelta por sus calles…

Tiendas y mucha gente en una pasillo del zoco de Marrakech (Marruecos)

… y jugar a que sabes regatear ante la infinita habilidad comercial de los dependientes locales. OJO, muchísimo cuidado con hacerles fotos sin permiso. Lo acabarás pagando.

Dependiente de una tienda de especias en el zoco de Marrakech (Marruecos)

Los riads de Marrakech

Donde más se manifiesta importancia económica de esta ciudad es en sus riads, estos palacetes con jardín o patio interior tan propios de esta tierra. Como no podía ser de otra forma, en Marrakech hay una gran colección de riads, muchos utilizados con fines turísticos.

Habitación del Riad Couleurs du Sud, Marrakech (Marruecos)

Si no te alojas en ellos, al menos entra a tomarte un té en alguno tal y como hicimos nosotros en el Dar Cherifa, una impresionante cafetería – restaurante que recoge con maestría todas las virtudes arquitectónicas de este tipo de construcciones.

En el Riad Das Cherifa de Marrakech (Marruecos)

Allí compartí un agradable té con Ismail (marroquí) y Arturo (mexicano), mis compañeros de aventura durante esta semana de road trip hacia el desierto.

La plaza Jemaa el Fna

Dejo para el final el lugar que más me sorprendió de Marrakech, su concurridísima plaza Jemaa El Fna.

Callejón junto a la plaza Yamaa El Fna de Marrakech (Marruecos)

Cualquier paseo por la medina que hagas empezará o terminará en esta plaza, centro neurálgico de la urbe y uno de los lugares más 24 horas que he visto en mi vida. Da igual cuándo y cómo pases por allí, la plaza Jamaa el Fna es un hervidero continuo de turistas y locales de todo tipo.

Carro de caballos en la Plaza de Yamaa el Fna de Marrakech (Marruecos)

Excelente punto para ver pasar el día, aprovechando alguno de los muchos los restaurantes o cafeterías que ofrecen una buena vista desde lo alto de sus terrazas. Una posición perfecta para ver la caída del sol…

Vistas desde el restaurante Le grand balcon de la plaza Yamaa el Fna al anochecer (Marrakech, Marruecos)

… y las primeras luces de la noche. Una noche que, por oscura que parezca, nunca termina de ponerse en esa plaza.

Ver otras excursiones en Marrakech

Atardece en la plaza Yamaa el Fna de Marrakech (Marruecos)

Aunque la vida nunca para en Marrakech, mi viaje no podía detenerse ahí. No voy a negarlo, Marrakech me gustó, pero quizá no estuvo a la altura de la expectativa turística que su fama me había creado. Eso sí, allí conocí a gente maravillosa y disfruté de varios momentos inolvidables. Así que, sea como sea, si visitas Marrakech, deja que la ciudad también conspire a tu favor. Ahora nos vamos a Ait Ben Haddou.

Más información de utilidad en nuestra guía de viajes online sobre Marruecos.

(Post publicado originalmente el 11/04/18 y actualizado el 29/03/20).

Marrakech, Meknes


Sergio Otegui Palacios

Trabajo en El Fabricante de Nubes, una productora audiovisual en Zaragoza. Recorro el mundo con una mochila a la espalda y una cámara en la mano y os lo cuento en Nada Incluido, mi blog de viajes. Vídeo, fotografía, publicidad, viajes, lo que surja. How can I help you?

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