Koh Samet – La isla prometida
Comunicación Audiovisual y Publicidad y Relaciones Públicas. En los cinco años que pasé en la universidad aprendí a contar historias y a rentabilizarlas, pero, sobre todo, encontré gente con quién compartirlas. Gente como ellas, con quienes encaré este nuevo viaje por el norte de Tailandia con una promesa: pasar también unos días en alguna de sus islas. Y Koh Samet sería la isla prometida.
La última vez que hablamos acabábamos de pasar una noche de muchas luces disfrutando del Loy Krathong y Yee Peng, el popular festival de las linternas de Chiang Mai. Esta sería la última de nuestras paradas por el norte de Tailandia, pero no del país y es que una de las premisas con las que encaramos este viaje fue la de dedicar un tiempo a algunas de sus islas.
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Aunque internacionalmente el archipiélago de las Phi Phi, Koh Tao, Koh Samui, Koh Pha Ngan y algunas otras se llevan todos los focos, centenares de islas salpican los mares del golfo tailandés. Con tanta buena oferta no parecía nada sencillo elegir destino, pero siempre tuvimos tres cosas claras: que llegar no fuera excesivamente caro, que no fuera abusivamente turística y que fuera accesible desde Bangkok. Y así apareció Koh Samet.
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Cómo llegar a Koh Samet
Antes de nada, quiero dejar claro que Koh Samet NO es una isla poco turística, pero el turismo es mayoritariamente local y de fin de semana, por lo que si te escapas fuera de temporadas altas y findes puedes estar algo más tranquilo. Sobre todo si te hospedas al sur de la isla, aunque de eso hablaré más adelante. Poco más de 200 kilómetros separan la mencionada isla de la capital tailandesa, desde donde salen varios transportes en esta dirección. Puedes tomar como referencia el muelle de Ban Phe, en la provincia de Rayon, punto de partida del ferry hasta la isla. Para llegar ahí puedes agarrar alguno de los buses o minivanes que salen diariamente desde la manida Kaoh San Road de Bangkok o contratar algún transporte privado.
Ver transporte a Koh Samet desde Bangkok
Los billetes de autobús o minivan incluyen el del ferry, y salen por algo menos de 20 euros por persona. Eso sí, una vez llegues a la isla, todavía tendrás que desembolsar algo más: menos de un euro por usar el puerto (tasa guiri) y seis por la entrada al parque nacional. Sí, una buena parte de la isla es un espacio protegido por lo que tienes que pagar ese “peaje”. Por cierto, guarda como oro en paño esa entrada porque te la pueden pedir en los lugares más insospechados. Y si no la tienes, tendrás que volver a pagarla.
Volviendo a nuestro relato, nosotros, siendo cuatro, nos decantamos por hacer el recorrido en Grab (una plataforma similar a Uber muy extendida por ahí) y nos salió todo el viaje, incluyendo el ferry, por 21 euros por persona. Un poquito más caro que en bus o minivan, pero más rápido y cómodo. La opción más sensata teniendo en cuenta que a Bangkok habíamos llegado después de un viaje en autobús nocturno de ocho horas desde Chiang Mai. Otro trayecto parecido habría sido criminal.
Cómo moverte por Koh Samet
Serían cerca de las dos de la tarde cuando llegamos a Koh Samet, momento de solucionar nuestro siguiente problema: el transporte interno. En realidad, no había mucho para pensar: o cogíamos un taxi o alquilábamos una moto. Aunque nuestro plan por Koh Samet no iba mucho más allá que descansar, playear y hacer alguna excursión, concluimos que las motos siempre nos iban a dar más independencia.
Eso sí, como todo en esta isla, ya te adelanto que el alquiler de motos es ostensiblemente más caro que en otros sitios de Tailandia. Tanto es así que unos 9 euros al día desembolsamos por cada moto y, aunque igual no te parece mucho, lo es en comparación con lo que pagamos, por ejemplo, en Pai. Como puedes intuir por las fotos, la mayoría de alquileres no incluyen casco. La razón que nos dieron: porque allí no hay policía. Por suerte, la carretera principal de isla está en un estado decente y no hay mucho tráfico, así que con precaución podrás llegar a todos sitios. Como siempre, no te olvides del sentido común y del seguro.
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Dónde dormir en Koh Samet
Curiosamente, la carretera más complicada que nos topamos en la isla fue la que llevaba a nuestro alojamiento. Y es que, pese a ser un hotel de cierto nivel, el presupuesto no les debió de llegar para asfalto.
Una de las decisiones que van a condicionar mucho tu experiencia en Koh Samet es, precisamente, el lugar donde te alojes. Y es que esta isla está claramente diferenciada en dos partes: norte y sur. El norte, lo que vendría a ser los alrededores del muelle principal, es la zona con más oferta de alojamiento, comida y compras de la isla y, por tanto, es el área más manida. Personalmente no me gustó nada, pero si buscas algo de jarana podría ser tu lugar.
Por el contrario, el sur es la zona más tranquila de la isla y allí lo “único” que encontrarás son buenas playas, alguna cosita para ver y una oferta hotelera de algo más de nivel. De hecho, salvando las distancias, la mayoría de hoteles ahí son tipo resort (remarco lo de tipo), por lo que son alojamientos con más o menos encanto situados junto a la playa. Ya te adelanto que no vas a encontrar nada de un nivel excesivo, pero sí que hay cosas majicas a un precio asumible. Dicho esto, aquí te dejo algunas recomendaciones.
- Pese al reducido tamaño del lugar, en Airbnb encontrarás una oferta de alojamientos considerable.
- Si te conformas con una cama en habitación compartida, 12 euros te costará dormir en el Olly’s Bar and Hostel, uno de los hostales mejor valorados de la zona.
- Una de los mejores hospedajes que ofrece la isla es el Samed Villa Resort, un hotel de bastante categoría por unos 70 euros la habitación doble.
- Nosotros nos alojamos en el Sangthian Beach Resort, un apañado “resort” ubicado en la playa del mismo nombre. Aunque el complejo es bonito, el nivel de tu habitación dependerá mucho de lo que estés dispuesto a pagar. Desde 50 euros la noche tienes la doble.
Después de tantas horas de viaje, llegamos al hotel con las ganas justas para darnos un baño en la playa, comer algo, tomarnos una cerveza a la luz de una bonita luna y descansar escuchando las olas desde nuestra habitación. Mañana sería otro día.
Qué ver en Koh Samet
Y mañana llegó, siendo este el día elegido para salir a conocer los entresijos de la isla (el único que teníamos completo). A nivel turístico da para lo que da, pero aún puedes encontrar cosas para ver en Koh Samet.
Playas de Koh Samet
Como casi toda isla que se precie, el mejor plan que te va a ofrecer Koh Samet seguramente tenga forma de playa. Y aunque, yo tenía mis dudas sobre la calidad de las mismas (me he llevado más de una decepción con las zonas de costa de Asia), verdaderamente tiene playas de bastante nivel.
Lo que has de saber es que la mayoría de estas playas están en el sur y forman parte de algún complejo hotelero o resort. Eso no quita que no puedas entrar independientemente de que estés alojado allí o no.
Sai Kaew, Ao Phrao, Ao Kio, Ao Wai, Ao Nuan… y casi cualquier otra “Ao” que te encuentres en el mapa merece que, como poco, le dediques algunos minutos. Nuestro hotel, por ejemplo, estaba ubicado en plena playa de Ao Thian. Juzga tú mismo.
El norte de Koh Samet
Como ya te he comentado más arriba, el norte de la isla es la zona más explotada y es el lugar al que deberías ir si quieres un poquillo de ambiente y salir de marcha. Ahora bien, también es la zona más masificada y, seguramente, te toque compartir tu pedacito de arena con alguna familia tailandesa o con el flotador con forma de flamenco de un turista chino. La realidad es que solo la vimos de paso, pero me despertó interés cero.
El extremo sur de la isla
Aunque buscáramos amortizar al máximo el alquiler de nuestras motos, por muchas vueltas que quisiéramos dar, el “islote” apenas mide 15 kilómetros cuadrados, por lo que sin mucho esfuerzo pudimos recorrerla de punta a punta.
Si tú también te animas a darle un buen garbeo, que sepas que en el extremo meriodional se encuentra el cabo Toei (Laem Toei), un paisaje rocoso interesante al menos para echar un par de fotos.
Excursión de las seis islas
Recorrida la isla de arriba abajo, parecía que la única forma que quedaba de satisfacer nuestra “gula” turística tendría que ser saliendo a recorrer los alrededores. ¿Y qué se pueden encontrar en el extrarradio de una isla? Pues otras islas. En realidad, la mayoría son más islotes que islas, peñones en algún caso y, a no ser que tengas tu propio barco, tendrás que visitarlas en formato excursión.
Unos 20 euros nos costó el viaje en lancha con “comida”, “merienda” y agua incluida. No estaríamos solos, entre la tripulación y otros turistas que se apuntaron a la fiesta rondaríamos los 20 marineros. Y con todos ellos haríamos este tour por las seis islas.
Esnórquel en Koh Khang Khao
La primera parada de este día tendría como objetivo principal hacer un poquito de esnórquel junto al “islote” de Khang Khao. Y aunque ya te adelanto que bajo aquellas aguas no vas a encontrarte a Nemo, algún que otro pececillo interesante habita por allí.
Del agua pasamos a la superficie de la isla, aunque no te esperes precisamente un fondo de escritorio de Windows.
De hecho, pese a lo diminuto de la misma, fue muy triste ver la cantidad de basura que acumulaba.
Abro paréntesis para comentar que, pese a que en este regreso a Tailandia no he encontrado tanta basura como en otros periplos por Asia, Koh Samet fue un nuevo impacto en este sentido.
Y es que tanto la isla principal como cualquiera de los islotes que visitamos tenían la basura por castigo. Está claro que las zonas de costa son especialmente sensibles a este problema tan actual. Así que ya sabes, #LaBasuraNoDaLikes.
Almuerzo en Koh Ku Dee
Volviendo a nuestra historia, el ratito del almuerzo se lo dedicaríamos a Koh Ku Dee, una isla un poco más isla que su vecina de abajo, pero con bastante poca gracia. Alguna foto le podrás robar, supongo.
Postureando en Koh Kham
Un puñado más de chispa tiene la isla de Koh Kham, pequeña…
… pero con una buena playa y vistas considerables a la también isla de Koh Krauy. La primera parada del tour que había merecido la pena.
Más esnórquel en Koh Pla Tin
Aunque la excursión empezó bastante floja, conforme avanzaba el día también fue incrementando el nivel de lo que veíamos. Tanto es así, que nuestra segunda y última parada para hacer esnórquel fue uno de los momentos más bonitos de la jornada, no tanto por lo que se podía ver bajo el agua, sino más bien por el lugar donde estábamos.
Koh Talu, lo mejor para el final
Efectivamente, lo mejor para el final. Entre todo lo que vimos ese día, poco tardó la isla de Koh Talu en posicionarse alto en la lista. Sin duda, la más interesante de todas ellas.
Junto a Koh Kham, esta fue la única isla dónde me habría “repanchingado” un buen rato en la playa…
… pero entre que me di una vuelta y no, tocaba zarpar de nuevo. En líneas generales, podría decirte que tu interés por este tour debería ser directamente proporcional al dinero y al tiempo que tengas. Si andas cubierto en ambas cosas, aprovecha y sal a conocer. Si vas un poquito justo, entonces quédate en Koh Samet, no te pierdes tanto.
Despídete con un atardecer
Terminado el mencionado periplo, Denis, un entrañable alemán al que conocimos en la excursión, nos invitó a decir adiós al día junto a él en este mirador…
… uno de los mejores puntos que ofrece la isla para ver las puestas de sol. En líneas generales, en una superficie tan estrecha no es difícil encontrar buenas vistas para ello, aunque lo más bonito de un atardecer, siempre es la persona junto a la que lo miras.
Y si de personas bonitas se trata, este viaje se lleva la palma. Y es que estas dos semanas descubriendo nuevos rincones del país de las sonrisas no han podido tener mejor compañía. Judit, Amaia y Celia, tres de las mejores lecciones que me dio la universidad, compartiendo conmigo un viaje 100% Nada Incluido. Y es que, aunque 2019 ha estado cargado de aventuras inolvidables, volver a Tailandia con amigos ha sido como volver a los orígenes, como si este hubiera sido una continuación de aquel viaje de 2014. Algo me dice que este no será el último avión que cojamos juntos.
Termino aquí el relato de Koh Samet y de este regreso a Tailandia, aunque seguiré completando la guía de viajes con nuevas publicaciones sobre el país. No sé como lo hace pero Tailandia siempre llega a mí en el instante preciso. Será que que no hay momento malo para venir a este lugar del mundo.
Más información de utilidad en nuestra guía de viajes de Tailandia.
Sara
Coincido totalmente que siempre es buen momento para volver a a Tailandia.
No había oido hablar de Koh Sameh, seguramente eclipsada por sus hermanas mayores. Al igual que tú, creo que el norte me generaría 0 interés.
Qué hacían esos conejos en ls playa?
Sergio Otegui Palacios
El norte es para lo que es… :D. Lo de los conejos es un misterio, entiendo que pertenecerían a alguien que trabajase por allí. O igual no, igual eran conejos silvestres… o marinos jajaj. ¡Un abrazo, Sara!
Aitor
No conociamos esta lista y despues de leer tu post y buscarlo en Googlemaps, alucino que lugares tan preciosos en un aisla tan pequeña pero lo que no mola para nada es la cantidad de basuras que os encontrasteis , un aautentica pena
Sergio Otegui Palacios
Lo de la basura y las islas de Asia va, generalmente, de la mano. Es una tristeza, pero es una realidad demasiado presente por allí. Todos tenemos bastante culpa de ello…
jordi (milviatges)
Esta claro que el problema de la basura llega ya a todos los confines. Al menos, algunas playas sí que parecen verdaderamente encantadoras. Ahora, bien, no me veo yo conduciendo por estas carreteras hasta llegar a mi alojamiento. Madre mía, como para tener un buen susto.
DinkyViajeros
¡Qué pena que la gente esté tan poco concienciada con el medio ambiente y dejen sus basuras tiradas por las playas! 🙁
Por otra parte nos ha llamado la atención lo de alquilar las motos, nosotros no nos atreveríamos (nunca hemos conducido scooters en España) y menos por carreteras sin asfaltar. Pero bueno, como dices, llevando cuidado y un buen seguro, no tiene porqué pasar nada grave. ¿Os pidieron algún tipo de carnet?
Saludos.
Sergio Otegui Palacios
Hola, chicos.
Lo de la basura es un mal global, pero no me voy a cansar de denunciarlo. En Tailandia el tema de las motos es el pan de cada día. No suelen pedir carnet (aunque en Pai nos paró la policía y nos pidió el carnet internacional). La verdad es que las carreteras de esta isla no estaban del todo mal, aunque había puntos complicados. Yo tampoco conduje, pero una de mis amigas no lo había hecho nunca y lo disfrutó bastante.
Un saludo
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