Bosnia es un país de ríos: estés donde estés, vayas donde vayas, es probable que haya algún río que merezca la pena retratar. Y aunque hay algunos largos y extensos como el Saval, el Drina o el Neretva, hay otro de apenas 9 kilómetros de cauce que se está llevando todas las miradas. En este post hablamos del nacimiento del río Buna y de Blagaj.
Casi 500 años estuvieron los otomanos en Bosnia. Más de 4 siglos en los que, entre tantas cosas, dejaron algunas de las muestras de patrimonio más impresionantes del país. La reciente guerra arrasó con parte de ese legado, pero, por suerte, todavía se conservan algunos monumentos, edificios y lugares maravillosos. Maravillosos como Pocitelj.
En verano de 1981, seis jóvenes de la localidad bosnia de Medjugorje aseguraron haber visto a la Virgen María en una colina. Hoy, más de 40 años después, afirman que siguen encontrándose con ella. Esta sorprendente historia ha convertido un pueblo perdido de la mano de Dios (nunca mejor dicho) en un emblema para los católicos y para viajeros curiosos como yo. Aquí te cuento qué ver en Medjugorje.
Levantado hace casi 500 años, el puente de Mostar fue un símbolo de unión entre dos culturas. Durante siglos aguantó inundaciones, terremotos y las inclemencias del tiempo, pero cedió a los bombardeos durante la reciente guerra de Bosnia. Este ataque no fue casualidad, sino un claro mensaje de separación. Una muestra más de que en un mundo cada vez más global, hay demasiada gente que sigue interesada en dividirnos. Sobre esto y sobre qué ver en Mostar hablo en este post.
He consumido más de 10 horas de podcast y tropecientos artículos antes de (re)escribir este artículo; y todavía me quedan ganas de seguir profundizando. Y es que Bosnia en general y Sarajevo en particular me tienen fascinado. Porque no se puede entender la historia contemporánea de Europa sin conocer la de la capital balcánica. Sobre eso y sobre qué ver en Sarajevo hablo en este post.