4. Montezuma, Santa Teresa y Mal País, pura vida
No me gustan los tópicos. Desde que viajo me he dado cuenta que una buena parte de nuestras ideas sobre el mundo se construyen en torno a clichés, prejuicios y la opinión de “un amigo de un amigo”. Así pues, cuando llegué a Costa Rica pensaba que “Pura vida” era la típica frase que dicen los turistas pero no dice nadie del país. Nada más lejos de la realidad. Pura vida es una expresión básica en el diccionario cotidiano del tico, siendo una forma de saludar o de dar las gracias, o incluso un adjetivo para definir a alguien. Pero más allá del diccionario, Pura vida también es una forma de entender la vida. Pura vida es lo que encontré en mi paso por Montezuma, Santa Teresa y Mal País.
(02-01-15) La última vez que hablamos os conté mis aventuras de conquistador por San José y mi viaje por el volcán Irazú, Poás y la Catarata de la Paz. El lunes a primera hora abandoné la capital y a mis amigos de ahí. Tocaba volver a empezar. ¿Dónde? Ni idea, todo lo que sabía es que el amigo de un amigo me esperaba en algún lugar de la zona de Costa Rica bañada por el Pafíco. Fuera donde fuera iba a necesitar coger un ferry en Puntarenas.
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Puntarenas
Así que lo primero fue coger un autobús de San José hasta allí. He visto lugares feos…. Y Puntarenas es uno de ellos.
La playa podría tener su encanto…
… de no ser por los montones de basura que se acumulan a su alrededor.
Me gusta creer que tanta suciedad como me encontré fue algo circunstancial porque sino no me explico como un país tan conectado con su naturaleza como Costa Rica pueda dejar que alguna de sus ciudades importantes se conviertan en un basurero. No quiero juzgar un sitio en el que no he hecho mucho más que pasar una hora de mi vida, pero desde luego me dejó un regusto más bien malo. Por suerte el ferry me sacó pronto de ahí y tras hora y media entre gaviotas…
…me presenté en Paquera, donde me esperaba Miguel, el ya mencionado amigo de mi amigo. De primeras desconocía si su plan era alojarme o simplemente pasar un rato conmigo. Pero en que vi donde vivía me puse manos a la obra para conseguir pasar una noche ahí.
Tambor
Os explico. Miguel (casualmente exmarido de una de mis profesoras en el colegio) estuvo muchos años viajando por trabajo a Latinoamérica. De todos los lugares por los que pasó, Costa Rica le fue robando poquito a poco el corazón y conforme aumentaban sus años de vida, crecía el número de meses que pasaba en este país. Así que un día decidió echar el resto y terminó de instalarse por aquí, comprándose una propiedad en el Complejo Bahía de los Delfines, un resort en la zona de Tambor. Invirtiendo un poquito por aquí y un poquito por allá ahora son varios los negocios que le surten de dinero, por lo que puede vivir con comodidad en este retiro. Su hija definió este lugar como un cementerio de elefantes a punto de morir. Yo más bien lo veo como un buen sitio para ir acercándote al paraíso cuando tu vida está más que resuelta.
Una propiedad no muy grande pero sobrada de todo tipo de comodidades como una piscina a la sombra o una cocina y salón en el exterior, susceptible de ser convertida en una discoteca de un momento para otro. Después de comer y beber algo y de darme un baño reconstituyente, Miguel cogió el típico carrito de golf que todos tenemos en nuestro garaje…
… y me llevó a la playa más cercana. Kilómetros y kilómetros de playa virgen completamente vacíos.
En el rato que estuve por allí apenas pude encontrarme con dos o tres personas.
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En definitiva, un lugar estupendo para pasar la noche, ¿no? Nada Incluido en un Todo Incluido. Pero no, Miguel tenía que irse a San José así que todo lo mucho que pudo hacer por mí es prepararme algo para comer y llevarme en coche a Montezuma, la segunda parada de mi ruta por el Pacífico. En el trayecto, entre bache y bache (las carreteras están muy mal por aquí) recogimos a una autostopista mexicana, cuya velocidad en el habla demostraba que probablemente llevara más porros en el cuerpo que días de vida. Estaba claro que Montezuma iba a ser un lugar auténtico… pero por razones de blog, eso no lo descubrí hasta el día siguiente.
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Montezuma
(03- 02-15) Todo lo pronto que terminar la anterior publicación del blog me dejó, salí a dar una vuelta por Montezuma. Por contextualizar, entre los ticos este pueblo es conocido como MonteFuma, precisamente por la afición a la marihuana y a algunas otras cosas menos verdes que hay por aquí. Se huele.
Hippies auténticos, hippies hipisters, gente que no es hippie pero dice que lo es, gente que es hippie pero dice que no lo es, hippies con perro, hippies con gato, amantes de lo hippie… y luego estaba yo. Si mis fuentes no me fallan, Montezuma fue una comunidad en la que se “refugiaron” muchos americanos que no quisieron ir a la Guerra de Vietnam.
Una historia perfectamente creíble visto el modo de vida allí reinante. Puestos de venta de productos artesanos, casas de colores, hamacas junto a la playa.
Dónde alojarse en Montezuma
Un lugar ideal para pasar una o dos noches. ¿Mis recomendaciones?
- Si vas justo de efectivo, el hostal Luminosa es tu aliado. Allí estuve yo de maravilla en un dormitorio compartioa.
- Un hotel con encanto y a buen precio es el Amor de Mar. 70 euros cuesta la habitación doble.
- Un buen capricho es el el hotel Nya que ofrece unas habitaciones dobles espectaculares por poco más de 100 euros.
Catarata de Montezuma
Volviendo a la aventura, Montezuma también tiene algunos lugares de especial interés turístico como unas cataratas situadas a media hora del pueblo, en cuya parte baja se forman unas pozas.
Una piscina natural de agua fresquita que sirve de punto de encuentro entre lugareños, turistas… y hombres mono. Creedme cuando os digo que vi a gente subir a pulso por la pierda junto a la catarata y saltar de arriba abajo.
Llegar hasta ahí también tiene su encanto, ya que hay que hacerlo siguiendo el curso de un río poco profundo.
Cuando me di por satisfecho de pozas inicié un paseo por las playas, uno de mis momentos de más soledad en todo el viaje.
Pensad, ¿cuándo fue la última vez que estuvisteis solos de verdad? Y no digo hacer un viaje en bus o en metro al trabajo, digo estar un tiempo largo contigo mismo, con tu cabeza, con tus pensamientos. Parece fácil, pero no lo es. Estamos acostumbrados a ir por la vida pensando poco, siguiendo la ruta que nuestra rutina nos tiene preparada. Pero no, este día para mí no había camino alguno así que tuve un encuentro muy profundo con mi mente. Entre reflexión y reflexión me di cuenta es que ese día todavía no había conocido a nadie interesante, más allá del típico encuentro “Where are you from” en el hostal. Y pensé que un día de viaje sin conocer a nadie era como un día perdido, así que me entró la necesidad imperiosa de hacerlo. Miré a un lado y al otro, buscando mi próximo objetivo. Y lo encontré.
Una jovencita de aspecto frágil y un tipo algo más rudo cavaban en un punto de la playa con una pala. La arena que sacaban de ese lugar la metían en un saco, y cuando éste se llenaba, otros chicos y chicas lo llevaban junto a la orilla del mar, donde lo vaciaban. Estaban moviendo la playa. Me acerqué a preguntar qué era exactamente lo que hacían y me dijeron que era una asociación que ayudaba a las tortugas y que estaban limpiando esa zona dónde estos animales solían ir a desovar. Por supuesto ofrecí mis manos y cuando quise darme cuenta estaba con la pala entre los brazos ocupando el lugar de la chica, ejercicio que repetiría durante mi siguiente hora de vida. Cuando terminamos de mover la playa, el grupo se disolvió sin decir mucho más. No es que esperara que me levantaran una estatua en la arena pero una mínima muestra de agradecimiento habría sido bien recibida. Pero bueno, me conformo con que ahora alguna tortuga sea un poquito más feliz.
Cuando terminé mi acto de superhéroe anónimo me crucé con dos francesas a las que había conocido en el hostal y por una cosa u otra nos enredamos a hablar. Y así seguimos haciéndolo durante lo que quedaba de día, compartiendo con ellas una agradable noche de luna llena y quitándome de lleno ese extraño regusto a soledad que me había dejado el día. A dormir.
(04-02-15) Amanecí pronto, buscando dejar cuanto antes el pueblo de la marihuana y continuar mi ruta por el Pacífico. Tras despedirme de las simpáticas francesas…
….me puse la mochila a la espalda y retomé la buena práctica del autostop.
Santa Teresa
Muy fácil. Ni cinco minutos estuve con el dedo levantado hasta que dos chicos canadienses me sacaron de ahí. Estando yo solo y aplicando las reglas de la guía para hacer autostop con éxito era previsible que me fuera a costar poco salir de ahí. El coche me dejó en Cóbano, “la ciudad” más grande de la zona, donde llegué justo a tiempo de coger un autobús hacia Santa Teresa. Donde intuí que podría ser un buen lugar me bajé y tras andar un poco me topé con el Hostal Kokua.
Una comitiva de musculados americanos sin camiseta salió a recibirme, así que mi impresión inicial no fue otra que la de “Sergio, encajas lo mismo aquí que en Corea del Norte”. Intercambiando algunas palabras con aquellos fibrados surfistas mi sensación de desubique fue en aumento, así que agarré mi cámara y me perdí un poquito.
Santa Teresa y Mal País es el nombre de dos largas playas en torno a las cuales se ha desarrollado una comunidad, evidentemente con gente local…
… pero eminentemente construidas en torno al turismo surfero.
El clima de la zona, su ambiente relajado, sus preciosas playas de mar revuelto hacen las delicias de los aficionados a este deporte.
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Recomendaciones de alojamiento en Santa Teresa
Aprovecho este punto para darte algunas sugerencias sobre buenos lugares para dormir en Santa Teresa:
- Si tu presupuesto es apretado, te recomiendo el Hostal Zeneidas Surf Garden. Allí la cama cuesta unos 20 euros la noche.
- Si eres más de hoteles y lo tuyo es la comodidad, alójate en el Manalá Hotel por unos 70 euros la doble.
- Si te apetece darte el lujo, apúntate entonces el Fuego Lodge, un precioso hospedaje cuyas habitaciones dobles cuestan algo más de 100 euros la noche.
De vuelta al paseo turístico, si vienes por Santa Teresa no esperes encontrar algo parecido a un pueblo, sino que todo lo que hay es una sucesión de casas y negocios sueltos repartidos a los dos lados de la larguísima carretera que une las playas. Vamos, que si te apetece andar como un tonto este es tu sitio. Lo primero que hice fue comer en una soda. Siguiendo los consejos de Adriana (mi host en San José), os puedo confirmar que si evitas los restaurantes en Costa Rica y comes en las sodas, que son como bares plenamente funcionales, el precio de la cuenta cae drásticamente y es fácil comer abundantemente por cinco o seis euros. Una cuenta mucho más adaptable a un bolsillo Nada Incluido. Saciado mi apetito y, sobre todo, mi sed (qué calor), seguí mi caminata sin rumbo, combinando tramos de pueblo…
… con caminatas por la playa, donde pude detenerme a contemplar otro precioso atardecer.
En esta zona del mapa el sol desaparece por el horizonte por lo que es fácil capturar instantes como éste.
Tras semejante espectáculo, no me extraña que sea uno de los atardeceres más famosos de las playas de Costa Rica. Atardecido me volví al albergue, donde me duché y cené. Pizza night. Un par de noches a la semana el hostal organiza una cena con pizza casera que, aunque me costó mis buenos 8 euros, fue una oportunidad estupenda para mezclarme con mis compañeros.
Y así fue como terminé de conocer a varios españoles, argentinos y a algún americano que trabajan allí como voluntarios, es decir, gente que a cambio de alojamiento (y en algunos caso comida) dedica unas horas a la semana al hostal. Una noche socialmente divertida de la que además saqué una buena ruta para hacer el día siguiente.
Malpaís
(05-02-15) Dos horas diarias de bicicleta gratuita concede el hostal a sus clientes. En mi caso, gracias al buen feeling que tuve con la pareja de argentinos dueños del albergue, me dieron algo de barra libre para coger la bicicleta por la mañana y perderme un poco por la zona. Sin horarios. Y así lo hice. Sobre las 8 de la mañana salí del hostal, ya con el sol encima (aquí amanece muy pronto) pero todavía con una temperatura soportable. Mi destino era la Reserva Natural Absoluta de Cabo Blanco, un parque nacional al que se puede entrar “libremente” por un camino que hay junto a la aldea pesquera levantada al final de la playa de Mal País.
Pueblo pesquero de Malpaís
Este poblado vive principalmente de la pesca aunque también se está aprovechando el buen momento turístico por el que pasa la zona para ofrecer tours pesqueros a los interesados.
No era mi caso, aunque por supuesto me tomé un rato fotografiando el día a día de un lugar tan pintoresco. Incluso pude probar un poco de pescado recién sacado del agua.
Cuando di por saciada mi curiosidad retomé la bici y, tal y cómo me habían dicho en el albergue, seguí los carteles dirección “Playa de los Suecos” hasta darme con una valla que cerraba un camino y prohibía su entrada.
Reserva Nacional de Cabo Blanco
Y de esta guisa me metí de lleno en medio de la Reserva Nacional absoluta de Cabo Blanco, sin pagar a nadie por ello. No me juzguéis, es una práctica habitual en la zona.
Pedalee un buen rato por el precioso sendero, manteniéndome en alerta fotográfica. Aunque principalmente vi vegetación, también pude tener contactos con algunos animales, incluyendo una jauría de monos que sobrevolaba de árbol a árbol. Demasiado ágiles para mi cámara. Os tendréis que conformar con este lagarto.
Mi camino todavía siguió un ratito más, hasta que de pronto perdí absolutamente el control de la bicicleta y estuve a punto de darme un buen golpe. Ese ese momento me dio un ataque de cordura: “Sergio, vas con una bici en no muy buen estado, en bañador, chancletas y sin camiseta. El sol empieza a pegar demasiado fuerte y no tienes ni una gota de agua. Estás solo y nadie sabe exactamente dónde. Te has colado en medio de una reserva en la que no dejas de oír animales deslizándose entre las hojas. Nunca has visto el Último Superviviente ni ningún otro programa en el que te enseñen a sobrevivir a cualquier ataque animal. Y no eres lo suficientemente fuerte como para luchar contra tarántulas, anacondas, Tyrannosaurus Rex o lo que sea que viva por ahí. Vete”.
La Playa de los Suecos
Y así lo hice. Reconociendo mis limitaciones abandoné aquel idílico lugar y me dirigí a la ya mencionada Playa de Los Suecos (o Playa Cuevas). Siguiendo (mal) los carteles llegué hasta un empedrado en medio del mar, donde vi que si hacías un poco el Indiana Jones y saltabas entre afiladas y resbaladizas rocas (con una cámara de 2 kilos encima) llegabas a la arena. No sin riesgo terminé en ella, donde para mi sorpresa descubrí que había una entrada normal y perfectamente pavimentada, para todos los públicos, por lo que me había jugado la vida en vano. Aun así el esfuerzo mereció la pena. Precioso rincón.
Además, al ser un día de marea baja (estos surferos saben de todo), en el hostal me animaron a hacer algo de buceo y me prestaron unas gafas para la ocasión.
Genial en la teoría, aunque en la práctica tuve un par de problemas: A) Las gafas me pretaban tanto que era cuestión de tiempo que se me saliera el cerebro por la nariz. B) Soy muy miope, y para ver un pececito bajo el mar tengo que tenerlo a dos centímetros de mí. Y sino que se lo pregunten a la culebra de mar que casi me como por no haberla visto de lejos. Pero a pesar de mis limitaciones disfruté mucho de aquella inmersión.
Definitivamente un tour precioso y 100% recomendable, sobre todo para aquellos que habéis llegado a esta zona y os viene a dar un poco igual el tema del surf. Cuando me di por satisfecho y el calor empezaba a debilitarme demasiado…
… volví hacia el hostal, no sin un esfuerzo extremo por el sol, la sed y el lamentable estado de las carreteras. Tan agotado llegué que poco más hice ese día que ducharme descansar, charlar y dedicarme a tareas propias de blog de viajes. Ya en la cama me sentí muy satisfecho por haber encontrado mi hueco en un lugar que inicialmente me dejó esa sensación de desubique.
Suficiente playa por unos días, tocaba volver a los montes siendo Monteverde el destino elegido. Pero eso ya será objeto de otra publicación. Simplemente adelantaros que cuando se cumplen dos semanas de haber aterrizado por aquí ya puedo confirmaros que estoy enamorado. De Costa Rica. Las cosas no pueden irme mejor. Se abren los comentarios.
Más información de interés en nuestra guía de viajes online sobre Costa Rica
Mal País, Montezuma, Santa Teresa
Luis M
Interesantísima etapa en tu viaje, Sergio. Como siempre. Y magníficas fotografías que acompañan al relato. Permiteme una pregunta de fotótografo antiguo, que seguro será tonta-tontorrona: observo que esta vez has prescindido del ínclito “palo” para tus autofotos. Diparador con temporizador, supongo? O la foto que sales de lejos y de espaldas en la Reserva Natural de Cabo Blanco, te la hizo el lagarto…? ja ja ja …. Un abrazo.
Sergio Otegui Palacios
Hhola, Luis! Me alegran tus buenas palabras viniendo de un fotógrafo experimentado 🙂 Con respecto a mis autofotos hay varias técnicas. Hay una sencilla que simplemente es coger la cámara tipo móvil con las dos manos y como tengo un angular 20 mm es fácil sacarme a mí y a mis alrededores. Y la que me comentas por ejemplo, te sorprendería de los ejercicios de equilibrio que hago con la cámara, los árboles, la bolsa y todo lo que pille de por medio para formar una especie de trípode casero y así poder hacerme alguna autofoto, jaja. Así que sí, no tengo palo (si no es un trípode no hay forma de sujetar una cámara como la mía) por lo que todo lo que hago son ejercicios de ingenio para buscar puntos de apoyo 🙂 Gracias por escribirnos. Un abrazo, Luis!
Marta
Hola Sergio, me ha gustado muchos tus relatos
Me encanta viajar como a ti, felicidades por tu blog
Sergio Otegui Palacios
Me alegra, Marta 🙂 Espero que el blog te sea de de utilidad. ¡Un saludo!
Fernando Sanchez
Conforme leía lo de tu incursión en esa selva me sorprendía de tu aparente inconsciencia, creo que se te encendió la luz al irte de allí sobre todo si nadie sabía que estabas por allí perdido…este viaje está repleto de naturaleza salvaje en todas las direcciones y creo que te vas a llenar de una energía tremenda, aunque tu naturaleza ya de por si atrae, gusta y contagia.
De las fotos solo diré que se agradece y mucho la ausencia de retoques y demás, que reflejan genial la esencia del momento,me encanta! Suerte amigo,sigue disfrutando a raudales , nos encanta saber que estás descubriendo mundos y gentes…Pura Vida!
Sergio Otegui Palacios
Hola, Fer! Verdaderamente durante los viajes en demasiadas ocasiones me pongo a fluir y me cuesta hacerme consciente de donde estoy realmente. A veces ha que tomar distancia de uno mismo y pensar en frío, pero no siempre es fácil cuando estás en marcha. Y como dices, desde luego podré volver más o menos cansado, pero voy a llegar repleto de energía.
Todas las fotos que aparecen en el blog sí que llevan un poquito de retoque, pero muy básico, simplemente algunas correciones de encuadre o de luz en algunos momentos oportunos. Como comentas, trato de mantener la esencia y qué vosotros veáis lo que yo vi. Un fuerte abrazo, amigo, y gracias por escribir!!
Ladislao Launa
Sergio, realmente es fascinante e inspirador tu viaje y todas esas sensaciones, que son fáciles de imaginar al ver las preciosas imágenes con las que nos obsequias. Pura vida y puro paraiso para quien sabe encontrarlo. Nos das mucha envidia, amigo. Sigue el viaje que nosotros te seguimos con gran curiosidad y sana envidia,
Sigue disfrutando de la vida, un abrazo.
Sergio Otegui Palacios
Hola, Ladis!! Qué gusto tenerte por aquí. Me alegra que mis narraciones te ayuden a trasladarte un poquito conmigo. La verdad es que son sitios privilegiados y cualquier fotografía qué tomes impresiona 🙂 Con tener un poquito de sensibilidad a lo que te rodea es suficiente… Espero que vaya todo bien por Zaragoza… y por teatro!! 🙂 Os llevo conmigo. Un abrazo!!
Dori
Hola¡ Me parece impresionante todo lo que describes y las fotos. Soy tía de Paola y me alegra poder seguirte¡
Un abrazo Dori
Sergio Otegui Palacios
Hola, Dori! Me alegra mucho tenerte por aquí, sé que sueles seguir nuestras aventuras. Y me encanta que te guste lo que es cuento. Es un proyecto que me lleva mucho trabajo pero merece muchísimo la pena, la verdad 🙂 Un abrazo enorme!!
Arantxa
Hola cariño estoy con la Abuela, leyendo todas tus aventuras y contemplando todo lo precioso que te ofrece este maravillosp pais,se alegra por tí y llora pq te extraña ,pero yo sé que en el fondo está feliz y orgullosa de la gran persona que eres. Estamos todos contigo. Estas en nuestra cabecita y en nuestro corazón y por supuesto seguimos colándonos en tu mochila… Te queremos…..( Por cierto cada vez tiene menos prejuicios…. ja ja ja ) Besos y tequieros
Sergio Otegui Palacios
Hola! 🙂 Dile a la abuela que esté tranquila, qué aquí me cuidan como si estuviera en casa. No me falta de nada. Más contento no puedo estar. Dale un beso muy fuerte de mi parte!!! Y me alegra leer que cada vez tiene menos prejuicios, para eso viajar es la mejor medicina!! Un beso muy grande a todos!! 🙂
alvaro
Hola sergio!!! Ya parece que haya pasado mucho tiempo desde que te fuiste!
Que gracia que te pusieras a mover la playa por propia voluntad, tu siempre has sido mucho de evitar “barrer la playa” jajajaja
Bueno disfruta que aun te queda mucho por delante y cuidado con esos paseos sin camiseta 🙂
Sergio Otegui Palacios
Hola, Álvaro! Pues sí, cada viaje es una vida, desde luego! 🙂 Pero en realidad no ha pasado tanto tiempo. La verdad es que me salió el signo de quest cuando pasé por la zona esa y me puse a colaborar. Pensé que era una quest en cadena pero resultó ser una que por no darme no me dieron ni las gracias. jaja. De pasear sin camiseta tú sabes un rato así que habrá que hacerte caso 🙂 Un abrazo!!
Rafael González
Saludos. Excelente recuento de todas las peripecias por las que has pasado. Las fotografías de buena calidad y a punto con cada visita a los diferentes sitios de la selva y playas Costarricenses.
Sergio Otegui Palacios
Hola, Rafa! Me alegra que le guste! Verdaderamente es un sitio precioso y pasé unos días muy buenos, por lo que el reportaje casi se escribió solo 🙂 Un abrazo!
Beatriz
Hola Sergio!! 🙂
Por fin, después de una agitada semana, he podido volver a ponerme al tanto de tus andanzas! 🙂 Y estoy feliz de comprobar que sigues rodeándote de buena gente y viendo unos paisajes increíbles. No me gusta nada la foto que estás cabizbajo, así que en las próximas sólo sonrisas! Para compensar…
A la vuelta espero muchas noticias de primera mano! Un besico enorme y hasta pronto, prontíiisimo! Muuua!
Sergio Otegui Palacios
Hola, Bea! 🙂 Un gusto tenerte de nuevo por aquí después de tu retiro laboral 🙂 La verdad es que sí, esto está lleno de buena gente. Al final Dios los crea y ellos se juntan ^^ La foto cabizbajo no es en plan triste, jaja, es en plan reflexivo. Viajando solo uno tiene muchos momentos de autoconocimiento 🙂 Pero bueno, prometo dar todavía más sonrisas. Dalo por hecho que a la vuelta tendremos una preciosa conversación de viajes!! Un gran beso!!!
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Fer
Hola de nuevo! aunque prácticamente estás recién llegado,nos puedes dar un adelanto de lo que será el próximo viaje de nada incluido?, hay algún proyecto en marcha? un abrazo!
Sergio Otegui Palacios
Jajaj, Fernando! En realidad tú estás más informado que nadie 🙂 Nunca se sabe con este proyecto pero probablemente algún destino exótico dentro de Europa. Y quizá tú puedas vivirlo de primera mano, nunca se sabe! 🙂
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Amair
Hola Sergio;
Estamos dudando entre visitar las playas de la Península Nicoya o mejor ir hasta las de Guancaste-Tamarindo. ¿Has oído hablar de estas últimas? ¿Cuál nos recomiendas?
Muchas gracias
Sergio Otegui Palacios
Hola, Aimar! Todavía conservo muy buenas relaciones con gente de Costa Rica y la mayoría me insisten en que las playas de Guanacaste son las más espectaculares, destacan sobre todo Conchal. Las de Nicota tienen más oferta de ocio, aunque son también espectaculares. Aunque a mi la playa que más me impresionó fue la de Manuel Antonio. ¡Un abrazo!
Christian Ariel
Hola, una pregunta sobre la Reserva Cabo Blanco. Por lo que leo en tu blog se llega caminando desde Mal Pais, hay alguna entrada principal o lugar con guardaparque, con senderos?
En la Reserva se puede visitar sus playas?
Saludos, muy bueno tu relato
Sergio Otegui Palacios
Hola, Christian! Si, la reserva también tiene una entrada natural, en este blog lo que hablo es de una entrada trasera. Y con respecto al interior de la reserva desconozco si se pueden visitar las playas, pero imagino que sí porque yo estuve en una playa al lado de la entrada. Un saludo!
Christian Ariel
Te hago una pregunta mas, sabes si los lunes esta cerrada la Reserva (hay algunos parques en Costa Rica que cierran los lunes).
Y otra cosa, has visto algo de fauna en esa zona de Mal Pais y Reserva Natural?
Saludos y gracias
Sergio Otegui Palacios
Hola, Christian! Desafortunadamente desconozco si el parque está cerrado ese día. Quizá puedes dar con un teléfono del parque y consultarlo directamente a ellos. Con respecto a la fauna, si que vi bastante, aunque mayormente serpientes, lagartos y monos. Pero todo fue de paso, sin buscarlo demasiado. Estoy seguro de que si sabes buscar fauna encontrarás mucho para ver. ¡Un saludo! 🙂
Adriana Araya
Hola Sergio….. Pues hace años deseaba conocer la zona de Montezuma y Mal País….. Y hoy me dispuse a hacerlo, tomar un autobús y ver donde me lleva…. A leer su historia, mi viaje va a ser magnífico… Gracias por compartirlo.
Sergio Otegui Palacios
Hola, Adriana! Seguro que lo disfrutas muchísimo! Ya nos contarás. Un saludo!
melina
Hola Sergio, muy buenas observaciones y útiles para los viajeros como yo. Estoy viajando en Diciembre para Costa Rica y me gustaria que me recomiendes un lugar para pasar año nuevo, divertido! Espero tu respuesta con ansias saludos!
Sergio Otegui Palacios
Hola, Melina! Tengo entendido que los ticos suelen pasar año nuevo en las playas, así que imagino que habrá buen ambiente: Puerto Viejo, Montezuma, Santa Teresa… seguro que son buenas opciones. Y si no en San José, la capital, algo habrá para hacer y salir 🙂 ¡A disfrutar!
España
Hola Sergio, me ha gustado mucho leer tu experiencia. He revivido algunos buenos momentos.
Estuve viviendo durante once meses en esa zona, hace ya algunos años, concretamente en el pueblo de Mal País y Santa Teresa. Puede experimentar ( para bien y para mal ) la idiosincrasia de los lugareños.
Estuve viviendo y trabajando en un lugar que se conoce como Mar Azul, a medio camino más o menos entre el cruce Mal País/Santa Teresa y la pescadería.
En este lugar hay un peñón que según dicen es propiedad de españoles. En su cara norte hay una pequeña cala pedregosa, antes hubo un restaurante que fue derribado debido a la aplicación de la ley marítimo terrestre. Parece que sigue existiendo el negocio de camping un poco más adentro que pertenece a una familia que llevan ahí desde los 60s.
Este lugar es mágico, tiene una atmósfera especial que me cautivó, claro que es una opinión subjetiva, pero conociendo palmo a palmo la zona, eso lo que hizo arraigarme al lugar.
La formación geológica del lugar es increíble, caótica, parece muy antigua. En la cara sur del peñón hay una planicie, como una lengua de piedra con una zona de baja vegetación, de lo que según mi ignorancia es basalto con mezcla de cuarzos y otro tipo de piedras. Este lugar se llama El Muell, y hay una especie de piscinas naturales que ni el mejor spa del mundo. En una de ellas entra un chorrazo a presión de agua marina, cuando rompen las olas. En los hoyos hay ( o habia ) una fauna y flora que según alguien me contó era endémica del lugar. Buen lugar para practicar la pesca responsable y racional.
Desde aquí, mirando al sur, se divisa el otro peñón, el de Playa los Suecos. Es una pena porque este lugar estaba lleno de suciedad, especialmente plásticos, que acaban comiendo los animales y causan su muerte. Aquí hay ( o habían ) varias colonias de aves.
Dejando El Muell en dirección al sur, hay una bahia de tamaño medio. Este lugar es bastante soliltario y misterioso. Buen lugar para atracar un barco.
Hay una “quebrada” que desemboca en la bahía, creando una zona de agua salobre.
En dirección a la pescadería te encuentras playas desiertas y mayormente alguna casa de ensueño de gente de fortuna.
A playa los suecos se puede acceder por varios puntos. Yo que soy muy bruto escalé parte del peñón que da al mar, la más difícil. Aquí no hay ningún cartel de prohibido el paso. Este sitio se conoce como Refugio de Vida Silvestre Cueva Murciélago. Parece que por esta zona hay un barco hundido desde hace bastante.
Si está prohibido el acceso es por una razón, aunque todo el mundo acabe ignorando el aviso. Hay un sendero que se desvía hacia la derecha y desemboca en la misma playa.
Más al sur están esas piedras que dices, de difícil transito, hasta que te das cuenta que hay un camino. Empecé adentrándome por ese camino hasta llegar a una entrada a la reserva absoluta donde se prohíbe el paso. Esta vez hice caso a la advertencia y me di media vuelta. La playa que hay en este lugar es prácticamente virgen, se nota también debido a su distancia con la civilización. La flora también varía y se encuentran muchos tipos de cactus. La sensación de soledad y el vivir en otro tiempo es increíble, no tiene precio. El agua es azul turquesa. Se divisa parte de un islote donde anidan aves. Un poco más allá está la Isla Cabuya, que en marea baja permite su acceso a pie y es donde hay un cementerio. Un lugar excelente para ser enterrado. Toda esta zona fue habitada por indios Chorotegas.
Hay que tener algo de cuidado en esta zona, suelen haber buscadores de fardos de cocaína, ya que es una zona de transito de narcos, o pensar que os habéis encontrado uno…
Al volver por el mismo caminó tuve la misma sensación de peligro que describes que hizo que saliera corriendo.
Mientras caminaba por aquel lugar pensaba en la pareja de suecos ( en realidad sueco/danés – buscar Nicolas Wessberg y Karen Mogesen ) que se asentaron en allí y fusionaron su vida con el lugar. Tuve la sensación que sus espíritus seguían allí, custodiando tan preciado paraíso. Me encantaría conocer su historia en detalle, me encantaría haberla vivido. En esta zona hay muchos animales, entre ellos bastantes más monos aulladores, debido a que la gente les molesta.
En este lugar del planeta uno podría perder la noción del tiempo.
Ojalá se haga todo lo posible por preservarlo. Seguro que Don Eladio y el resto de vecinos siguen luchando por su conservación, pese al impacto del turismo.
En Mal País se conservan más propiedades de lugareños. Es un lugar muy tranquilo y agradable para vivir en armonía, aunque el camino de polvo es un gran problema.
Por otro lado en Santa Teresa no sólo hay negocios en la calle principal, también hay bastantes casas particulares adentrándose en la pendiente. Pero este lugar es básicamente eso, el eje comercial de la zona.
De Cabuya poco puedo puedo decir ya que no la visité mucho, pero hay varias playas desiertas.
De Montezuma pues poco más que añadir que hayas contado, las cataratas están muy bien.
Podría extenderme con anécdotas y más lugares, pero creo que sería demasiado largo. Una vez más muchas gracias.
Sergio Otegui Palacios
Mil gracias por tu información! Es increíble todo lo que cuentas y como lo cuentas. Estoy seguro de que va a ser de gran ayuda para nuestros lectores, das un montón de consejos y recomendaciones que, por supuesto, yo desconocía 🙂 Así que muchas gracias de nuevo y te invito a seguir compartiendo tus experiencias en nuestro blog. ¡Un abrazo!
España
Con mucho gusto!
Sólo quería puntualizar algunas cosas.
Mal País termina un poco más allá de la pescadería y donde comienza el refugio Cueva del Murcielago.
Por ello es competencia de Cabuya y no de Mal País. Digo esto porque mencioné a Don Eladio ( alcande de Mal País ) y sus vecinos como si fueran responsables de la conservación del lugar, que lo son en parte, y sin pretender descrédito ni olvidar a quien lucha por ello, la competencia también es de más gente.
Otra cosa que quería comentar, es que la voluntad de los “suecos” era que el lugar comprendido como refugio de vida silvestre y la reserva absoluta fueran respetados como tal, y que la presencia del ser humano no influyera con la flora y la fauna. Desgraciadamente este deseo no se está cumpliendo, y el hombre molesta a los animales que allí habitan y ensucia el lugar.
No pretendo ser un radical, y aunque hipócrita por mi parte, ya que alguna vez andé por aquel lugar quebrantando el deseo, con el paso del tiempo me di cuenta que había que respetar los límites.
Referente a tener cuidado con andar solo por aquí, voy a contar una breve anécdota.
Este lugar de la costa es un paso habitual para lanchas de narcotraficantes que parten de Colombia. En ocasiones son perseguidas por la DEA y éstas se van deshaciendo de la carga.
Algunos fardos llegan a la orilla, otros flotan en las corrientes y otros se hunden. Algunos lugareños y son conscientes de ello y se dedican a su recolección. También hay personas al acecho que se dedican a seguirte para ver si llevas algo. Esto me pasó un par de veces. Un día volvía de paseo de aquel lugar y dos tipos me abordaron y empezaron a mirarme de arrba a abajo, especialmente a mi mochila que tenia un buen bulto, ya que llevaba en ella unas botas y varios artilugios más. Pensaron que podría llevar algún fardo. Intentaron llevarme a su terreno mediante coacciones pero conseguí alejarme. Más tarde me enteré que creían que me dedicaba a buscar fardos. Mucho ojo con esto.
Otro detallito más. En Mal País, si vas por el camino de tierra ( si es que todavía es de tierra…) en dirección pescadería, hay o habia un restaurante llamado La Bella Napoli. Pues toda esa zona, hasta bajar a la playa parece que es una necrópolis india. Cuando caminaba por ese lugar me di cuenta que en el suelo estaba repleto de pedacitos de lo que yo creía que eran tejas. Pero claro, en este lugar no usan tejas en sus tejados. Así que hubo unas lluvias torrenciales tan fuertes ( fui en temporada de El Niño ) que dejaron al descubierto restos humanos y objetos como vasijas. El tipo de suelo ha conservado muy bien este patrimonio, aunque debido a la propia construcción del camino y edificaciones se destruyó gran parte de ello. Me contó un señor que cuando llegó hace 25 años y empezó a levantar cimientos apareció una cantidad enorme de restos funerarios. Solo recordar que cavar o llevarse parte de la historia puede traeros problemas.
Saludos.
Oso
Hola amigo! En primer lugar felicitarle por su blog, aunque di con el de casualidad buscando en internet otras cosas relacionadas con Costa Rica, me gustó y me quedé a leer sus relatos sobre este país. Espero que me perdones, pero tengo que hacerte una pequeña corrección en esta entrada, el pueblo mas centrico de la zona sur de la peninsula de Nicoya es Cóbano, ya que Cabuya es el pueblo que está pegado a Cabo Blanco y es mas pequeño que Montezuma. Sigue así que es genial como transmites tus viajes. Un saludo muy grande!
Sergio Otegui Palacios
Hola, Oso! Muchas gracias por tu mensaje 🙂 Ya he corregido el error de la publicación. Agradezco mucho que me enviéis correcciones para documentar el blog lo más posible. No quiero hablar sin saber 🙂 ¡Un saludo enorme!
Paola
Hola.. Me gustaría saber como se llama y donde quede ese hostel de argentinos.. Espero me brindes la respuesta. Saludos
Sergio Otegui Palacios
Hola, Paola! El hostal es Kokua Hostel. ¡Un saludo!
Paola
Gracias por responder..
Paola
Por último, espero no molestar de más: pero no podrás facilitar una forma de comunicar con el hostel?
Sergio Otegui Palacios
Hola, Paola! No tengo contacto directo con ellos pero puedes probar a través de su web o redes sociales. Un saludo