La antigua ciudad de Polonnaruwa – De agua y piedra
Ni siquiera una gota de agua que provenga de la lluvia debe caer en el océano sin que sea útil para el hombre. Esta frase atribuida a Parakramabahu I, el rey más célebre de la antigua ciudad de Polonnaruwa, es una buena referencia de la importancia que tenía el agua en aquella sociedad. Hoy, casi 1000 años después, nuestra preocupación sigue siendo la misma. Sobre agua, piedra y qué ver en Polonnaruwa hablo en este post.
La última vez que hablamos fue sobre Sigiriya, la impresionante Roca del León de Sri Lanka en cuya cima se encuentran los restos de un antiguo palacio fortaleza. De allí nos dirigimos a uno de los vértices que, junto a Kandy y a Anuradhapura, conforman el llamado triángulo cultural de Sri Lanka.
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Índice de contenidos
- 1 Polonnaruwa, la segunda capital del reino de Sri Lanka
- 2 Qué ver en Polonnaruwa
Polonnaruwa, la segunda capital del reino de Sri Lanka
Aunque el nombre de Polonnaruwa hace también referencia a una ciudad “moderna” de Sri Lanka, son las ruinas ubicadas a 6 kilómetros las que copan las miradas de los visitantes. La antigua ciudad de Polonnaruwa fue capital del país entre los siglos XI y XIII, tomando el testigo de la entonces recién destruida Anuradhapura. Y aunque esta también es visitable, Polonnaruwa está en un mejor estado de conservación. No obstante, ambos son Patrimonio de la Unesco desde 1982.
Cómo ir y moverte por la antigua ciudad de Polonnaruwa
Decía que el yacimiento está en pleno triángulo cultural de Sri Lanka, por lo que se encuentra relativamente cerca de otras paradas habituales de tour. Así pues, menos de 60 kilómetros te separan de Sigiriya, 100 de Anuradhapura y unos 140 de Kandy. Si estás por la capital, entonces ya estamos hablando de más de 200 kilómetros. Si vas en algún tipo de vehículo de alquiler o transporte privado, calcula que las distancias en Sri Lanka te van a llevar, más o menos, un minuto por kilómetro, algo más si ese vehículo es un tuktuk o, por supuesto, un autobús.
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Una alternativa bastante cómoda es contratar algún tour. En la web de Civitatis los tienes con salida desde Sigirya o Dambulla o uno de un par de días por la zona desde Kandy. Todos son en español.
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Si optas por ir por libre, cuando llegues a la antigua ciudad de Polonnaruwa te tocará desembolsar, por un lado, los 25 dólares de la entrada (unas 8000 LKR) y, por otro, algún método para moverte por dentro, ya que es un recinto de más de 120 hectáreas. En la misma puerta podrás negociar un tuktuk (entre 2000 y 5000 LKR según tu capacidad de regateo) que te lleve entre los puntos más importantes del espacio o alquilar una bici, la opción que tomamos nosotros, que no te costará más de 400 rupias por día (1’5 euros). A propósito de las dos ruedas, aunque no estés muy en forma, el recinto es prácticamente plano, por lo que no es muy exigente. Otra cosa es cómo gestiones los 30 ºC de temperatura + humedad que te van a acompañar durante todo el paseo.
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Dónde dormir en Polonnaruwa
Si tienes pensado alojarte por Polonnaruwa, aquí te dejo algunas opciones de calidad próximas a la ciudad antigua.
- Una opción sencilla, pero agradable para parejas es el Seyara Holiday Resort, donde encontrarás hospedaje por 12 euros la noche.
- Si tienes un presupuesto un poco más alto, 45 cuestan las habitaciones dobles en el Giritale Hotel.
- Si solo te conformas con lujo, el Ekho Lake House te lo ofrece por 120 euros la noche.
- En nuestro caso nos alojamos en el precioso The Deer Park hotel, ubicado cerca del parque nacional de Minneriya. Y es que nosotros combinamos la visita a Polonnaruwa por la mañana con el safari de los elefantes por la tarde. ¡Planazo!
Breve historia de la antigua ciudad de Polonnaruwa
Y ahora, antes de contarte como fue nuestra ruta en bicicleta y explicarte todo lo que puedes ver en en Polonnaruwa, voy a dedicar un breve espacio a su historia, ya que me parece fundamental conocerla para exprimir al máximo lo que tienes delante. Como ya había adelantado, Polonnaruwa fue la segunda capital del reino de Sri Lanka entre los siglos XI y XIII, aunque antes de ello ya hacía las veces de residencia real temporal.
Su oportunidad como capital vino después de que Rajaraja I (nombre muy apropiado), el emperador Chola más importante de la India, conquistara y destruyera Anuradhapura a finales del siglo X. La dinastía Chola apostó entonces por Polonnaruwa, al ver que podía ser un asentamiento más fácilmente defendible que su predecesora, pero no calculó del todo bien, ya que el rey cingalés Vijayabahu I la recuperó, la distinguió como capital y exilió a los Chola.
La etapa más prolífica de Polonnaruwa fue en el siglo XII de la mano del ya mencionado rey Parakramabahu I, que mandó construir una buena parte de los monumentos, templos, parques y jardines que la hicieron resplandecer. Pero, sobre todo, su éxito estuvo ligado a la construcción del lago artificial Prakrama Samudra y una consiguiente red de riego masiva que permitió que el comercio y la agricultura se desarrollaran al máximo.
Qué ver en Polonnaruwa
Presentados estos antecedentes, voy con la narración del que fue mi día por Polonnaruwa. Sí que me gustaría recordar que este viaje fue una invitación de la oficina de turismo de Sri Lanka que compartí con otros creadores de contenido. Y digo esto porque nosotros dedicamos una mañana a la zona, pero, como nuestro ritmo era más lento de lo habitual (fotos, drones, vídeos, poses… etc.), no pudimos explorarlo entero, aunque llegamos a todos los los imprescindibles.
Vijayotpaya – El palacio del rey Parakramabahu I
Ya he hablado sobre la importancia del rey Parakramabahu I en el devenir de esta antigua capital, así que no me sorprende que el monarca tuviera aquí un palacio a la altura de su leyenda. Una altura, concretamente de siete pisos, lo que lo convertían en un anacrónico rascacielos. El Chulavamsa, un histórico registro sobre los monarcas del país desde el siglo IV hasta la etapa de dominación británica, asegura que este castillo albergaba 1000 habitaciones, aunque parece bastante improbable.
Lo que hoy en día queda es una ruina de grandes proporciones de la que se puede atisbar su gran pasado. En la misma zona también se encuentran la llamada cámara del consejo y los baños reales Kumara Pokuna, aunque nosotros concentramos todas nuestras fotos en el castillo.
Dalada Maluwa – El cuadrángulo sagrado que ver en Polonnaruwa
Pese a que había algunos edificios políticos (como el mencionado arriba) o civiles en el yacimiento arqueológico de Polonnaruwa, la mayoría de los que han perdurado tenían alguna finalidad religiosa. Y, como muestra, el Dala Maluwa, el que fue el centro espiritual de esta antigua ciudad. En un espacio pequeño, el conocido como cuadrángulo sagrado concentra varios monumentos religiosos de visita obligada.
El vatadage de la antigua ciudad de Polonnaruwa
Un vatadage es un tipo de construcción budista propia de Sri Lanka que se desarrollaba para proteger estupas pequeñas. ¿Y qué es una estupa? Pues una estructura que contiene una reliquia. Aunque no hay una confirmación oficial de cuál era la misión del vatadage de Polonnaruwa, algunas teorías hablan de que protegía el diente de Buda, uno de los grandes emblemas budistas de este país (hoy está en Kandy)…
…mientras que otras apuestan porque albergaba un cuenco de limosnas de Buda. Fuera cual fuese su verdadera misión, la realidad es que este vatadage es uno de los espacios más bellos y fotogénicos de Polonnaruwa. Por cierto, aprovecho para avisarte de que NO está permitido darle la espalda a ninguna estatua de Buda mientras te hagas fotos y que tienes que llevar las piernas tapadas y NO puedes entrar calzado a ninguno de estos sitios. Así que, por favor, respeta sus costumbres.
El hetadage que ver en Polonnaruwa
Justo enfrente del anterior se sitúa este santuario que, comentan, también debía de albergar alguna reliquia y que esta pudo ser el diente de Buda (a ver si se ponen de acuerdo). Se dice, además, que llegó a tener dos pisos aunque ahora solo conserva parte de sus paredes de ladrillo y piedra y tres estatuas de Buda.
El Nissanka Latha Mandaphaya
Detrás de este nombre de canción del verano aparece este pequeño edificio compuesto por ocho columnas con la forma del tallo de flor de loto. Esos pilares debían sujetar un techo que, pese a no haber llegado hasta nuestros días, protegía del sol y de lluvia durante ceremonias de recuerdo a los muertos. Al igual que el hetadage, fue mandada construir por el rey Nissanka Malla, otra de las figuras claves en esta urbe milenaria.
Tuhparama Gedige
Tuhparama Gedige es el nombre de uno de los edificios que mejor ha sobrellevado el paso del tiempo en Polonnaruwa, conservando hasta el tejado. Actualmente está en restauración, por lo que no hay mucho para ver más que un puñado de andamios y unas estatuas de Buda en el interior.
Atadage, el edificio más longevo de la antigua ciudad de Polonnaruwa
Peor suerte ha corrido el edificio denominado como atadage, uno de los más derruidos del recinto. Aunque algo tendrá que ver con que sea uno de los más antiguos (sino el que más).
Sathmahal Prasadaya, una torre de siete plantas
Nuestra visita por el cuadrángulo sagrado de Polonnaruwa terminó el Sathmahal Prasadaya, un templo piramidal de siete pisos cuyo autor y funcionalidad no ha trascendido. Tendrás que conformarte con echarle la foto.
Gal Vihara, el lugar más impresionante que ver en Polonnaruwa
Dejo para el final el rincón que más me alucinó, sin duda, de mi paso por Polonnaruwa y que, casualmente, fue la última parada. Traducido, literalmente, como monasterio de roca, este templo diseñado por nuestro ya amigo el rey Parakramabahu I, alberga la figura de cuatro budas tallados en granito.
Por lo visto, fueron hechos tan grandes como permitía la pared que tenían detrás, yendo desde los cuatro metros de altura que alcanza el Buda sentado, una de las representaciones mejor conservadas del maestro espiritual en todo el país…
…pasando por los siete metros de alto del Buda de pie hasta los catorce que mide el Buda reclinado, quien parece, disfruta del nirvana antes de la llegada de su muerte. Por cierto, aquí NO puedes fotografiarte ni sacar a nadie junto a las estatuas.
Otros lugares para ver en Polonnaruwa
Ya para terminar, solo comentarte que a lo largo de las 122 hectáreas que mide esta ciudad antigua hay más lugares para ver, como varias estupas, entre las que destaca la de Rankoth Vehera y sus 54 metros de alto.
Sin embargo, nosotros no tuvimos tiempo para más, ya que el día (y las nubes) se nos echaba encima y a unos kilómetros de ahí nos esperaba una de las experiencias más bonitas de todo el viaje: el safari en Minneriya. Eso sí, este recorrido en bici por la antigua ciudad de Polonnaruwa no se quedó atrás. Dicho esto, cierro el post y abro los comentarios.
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