Sigiriya – La Roca del León de Sri Lanka
Asesinar a tu padre y construirte un palacio encima de una roca de 200 metros para que no te mate tu hermanastro. Este argumento que parece sacado de una telenovela medieval, es el resumen de una de las teorías sobre el origen de Sigiriya, este místico lugar donde comenzó mi primer viaje por Sri Lanka. Sobre su fascinante historia y sobre qué ver en Sigiriya hablo en este post.
Antes de meternos en faena, sí que me gustaría contextualizar este primer viaje por Sri Lanka (ya adelanto que no va a ser el único). Y es que mi paso por este país fue una consecuencia directa de haber sino nominado como mejor blog de viajes en los premios IATI, un galardón que despertó el interés de la oficina de turismo esrilanquesa. Gracias a ello, dieciseis creadores de contenido de viaje españoles fuimos invitados a visitar algunos de los encantos de este país. Y, como no, entre ellos estaba Sigiriya, una de sus joyas.
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Índice de contenidos
Sigiriya, uno de los emblemas esrilanqueses
Un antiguo palacio y fortaleza construido sobre una roca de más de 200 metros. Algo que hasta con la tecnología de hoy parece muy complejo, imagínate con las herramientas con las que se contaba hace 1500 años. Pero fuera como fuese, se hizo, y verlo con tus propios ojos es una sensación maravillosa. Pero vamos poco a poco.
Cómo ir a Sigiriya
Sigiriya es un yacimiento arqueológico ubicado a unos 20 kilómetros de Dambulla, la ciudad de referencia más cercana. Desde esa urbe salen autobuses cada media hora y el billete te costará 50 LKR (unos 50 céntimos de euro). Ahora bien, moverte en transporte público no siempre es fácil en Sri Lanka, ya que es lento y suele ir muy lleno. Una buena alternativa es contratar algún tuktuk desde Dambulla que te saldrá entre 4 y 7 euros según tus habilidades de negociación. También puedes hacer esta visita en formato tour, ya que hay muchas agencias que operan por la zona.
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Como siempre, si buscas flexibilidad, la mejor opción es alquilar tu propio vehículo. Se estila mucho recorrer el país en tuktuk, aunque con lo que llueve por ahí no tiene que ser del todo fácil. Si andas algo más holgado de presupuesto, siempre puedes hacerte con un coche, ya sea con conductor local (si no te fías de manejar por esas carreteras) o sin conductor, aunque para ello necesitarás el carnet internacional.
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Dónde dormir en Sigiriya
A no ser que vayas a hacer una excursión de día a Sigiriya desde algún otro punto de Sri Lanka, mi consejo es que dediques más de una jornada a la zona, no solo para poder disfrutar al máximo de esta impresionante “Roca del León”, sino porque en las inmediaciones hay bastante para ver. Según tus intereses, puedes hacer base en alguno de los alojamientos cercanos al yacimiento o en Dambulla, la localidad más importante cercana al parque. Recomendaciones:
- Si andas con el presupuesto justo, por 10 euros la noche encontrarás una habitación doble en el Lathika Homes.
- Si tienes previsto gastarte algo más, en el hotel Royal Rock ofrecen habitaciones dobles por poco más de 30 euros la noche.
- Il Frangipane es una opción más que apetecible si tienes un presupuesto de unos 50 euros la noche en habitación doble.
- Nosotros nos alojamos en el precioso Jetwing Lake, donde tú también podrás hacerlo por unos 90 euros.
Breve historia y leyenda de Sigiriya
Más allá de la espectacularidad de Sigiriya como parada turística, detrás de este yacimiento hay una historia y muchas leyendas que lo convierten en un destino todavía más apetecible. Si nos centramos en la roca propiamente dicha, esta fue geológicamente originada tras la erupción de un volcán extinto y en sus alrededores se han encontrado restos de vida desde el siglo III d.C.
Pero si ponemos el foco en las ruinas del complejo palaciego encontradas en la cima, sobre su origen hay algunas certezas, pero sobre todo muchas teorías. Lo que parece seguro es que la ciudadela está asociada al rey Kasyapa I, que gobernó Sri Lanka a finales del siglo V tras, parece ser, cargarse a su padre, el, hasta entonces, rey Dathusena. ¿Motivo del parricidio? Aunque no hay una versión 100 % oficial, la más extendida cuenta que la madre de Kasyapa NO era de sangre real, mientras que Mogallana, su (medio)hermano, sí que era hijo del rey Dathusena y de la reina, por lo que, pese a ser el pequeño, sería el heredero del trono.
Indignado con esta situación, Kasyapa mató a su padre en 473 d.C. y ascendió al trono del país, lo que provocó, además, la huida de su hermano al sur de la India. Sabedor de que este volvería buscando venganza, Kasyapa construyó su palacio fortaleza sobre la roca de Sigiriya, donde podía protegerse de cualquier ataque, y la erigió como capital del país en detrimento de Anuradhapura, la que lo era hasta entonces. En el 495 d.C., el hermano Mogallana volvió de la India con su ejército, mató a Kasyapa, se proclamó nuevo rey y devolvió la capital anterior.
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Aunque, como digo, esta es la historia que más ha trascendido, hay otras y no en todas Kasyapa es tan despiadado. De hecho, hay una versión no menos interesante que cuenta que Sigiriya la empezó a construir su padre, pero lo dejó a medias, y fue Kasyapa quien se encargó de terminarla. Para celebrarlo, allí mismo montó un templo de iniciación sexual tántrica donde disfrutó de medio millar de mujeres. Más allá de esta emocionante historia familiar, se sabe que en Sigiriya hubo después un monasterio budista hasta el siglo XIV, y un puesto de defensa años después, pero durante varios siglos estuvo prácticamente abandonado, hasta que en el XIX se empezó a trabajar arqueológicamente en la zona.
Qué ver en Sigiriya
Historias y leyendas al margen que, como ves, no tienen desperdicio, la realidad es que, a día de hoy, Sigiriya es uno de los sitios más fascinantes que puedes visitar en Sri Lanka. Dos pruebas de su importancia: en 1982 fue declarado como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y en 2007 quedó como semifinalista en el concurso de las Siete Maravillas del Mundo. Dentro del recinto, al que entrar cuesta 30 euros, hay contenido y escaleras suficientes para dedicarle una mañana o una tarde entera. Puestos a elegir, mejor ir tempranito o a última hora, por eso de los 30 grados + humedad.
Las murallas y fosos que ver en Sigiriya
En su afán por defenderse de su hermano o tener intimidad, el rey Kasyapa mandó rodear la roca de tres líneas de muralla de hasta seis kilómetros de longitud y dos fosos de decenas de metros de anchos, estos utilizados también para refrigerar el espacio. Aunque la mayor parte de estos elementos defensivos han pasado a mejor vida, todavía quedan algunos restos.
Los jardines de Sigiriya
Una vez cruzamos a esa primera línea de protección, lo siguiente que nos encontramos fue con los jardines de Sigiriya, repartidos en tres secciones: los de roca, los de terraza y los acuáticos. Aunque todos forman parte de la misma maravilla, son especialmente llamativos estos últimos, uno de los mejor conservados del sur de Asia. Este jardín provisto de estanques, fuentes y arroyos fue allí dispuesto en el siglo V y todavía funciona.
Y no sorprende tanto por la belleza de los mismos, que la tiene, sino por su funcionamiento. Esta obra de ingeniería hidráulica aprovecha y conecta tanto el agua de la cima como la de las terrazas inferiores con un ingenioso sistema de conductos subterráneos. Pero como la ingeniería no es lo mío, si quieres saber más, echa un vistazo a este magnífico artículo al respecto.
Las Garras del León que ver en Sigiriya
Pasada la primera línea de jardines, nos enfrentamos a uno de los grandes desafíos que ofrece Sigiriya: la mezcla entre las muchas escaleras y el sofocante calor de Sri Lanka. Y es que para llegar a lo alto de los 200 metros que mide la roca hay que subir más de 1000 escalones, aunque, por suerte, hay paradas interesantes en el camino.
Sin duda, la etapa estrella de este ascenso es la terraza de las Garras del León, conocida así por las imponentes garras de piedra que flanquean el último tramo de escalera. En su origen, allí también estaba la cabeza pétrea de este animal, pero debió colapsar hace muchos muchos muchos años. Tal es la importancia de este monumento que por él se le otorgó a Sigiriya este nombre, un derivado de la palabra sanscrita Sīnhāgiri, la Roca del León.
Las ruinas del palacio
Y 1200 escalones después, llegamos a las ruinas del palacio de Sigiriya, donde el rey Kasyapa I pasaba los días mientras se protegía de sus enemigos / se acostaba con la mitad de Sri Lanka / ambas respuestas son correctas.
Aunque habría sido impresionante ver ese palacio en plenitud, hoy en día solo quedan vestigios de lo que fue, además de una panorámica del frondoso paisaje que rodea la Roca del León. Desde luego, el rey Kasyapa sabía lo que quería.
Foto de dron tomada por Azul Místico
Los frescos que ver en Sirigiya
Ya en el descenso, hicimos una última parada en uno de los espacios con mayor valor patrimonial de Sigiriya. Protegidos en una hendidura de la roca, una veintena de frescos han sobrevivido, como han podido, a los más de 1500 años que han pasado desde que fueron pintados. En ellos se ven mujeres voluptuosas que, se cree, pertenecían al harén del rey Kasyapa. Lo que se sabe con seguridad es que a lo largo de la cintura de la montaña llegó a haber unas 500 pinturas como estas, así que, si verdaderamente pertenecieran a su harén, riete tú de Julio Iglesias. Por cierto, NO está permitido tomarles fotografías, aunque a nosotros, que íbamos con la oficina de turismo, nos dieron permiso.
Foto del blog Pasaporte a la Tierra
Qué ver en los alrededores de Sigiriya
Más allá de la roca y del palacio ya descritos, hay varias paradas apetecibles en las inmediaciones. Además de Dambulla y del parque nacional Minneriya, del que hablaré largo y tendido en próximos posts, nosotros estuvimos comiendo en un sitio precioso.
El lago Hiriwadunna y la aldea Gami Gedara
A unos 20 minutos en coche de la Roca del León se encuentra Gami Gedara, una diminuta aldea a la orilla del lago Hiriwadunna. Y cuando digo a la orilla me refiero, literalmente, a la orilla, ya que para llegar hasta ahí tuvimos que coger una pequeña embarcación.
En una casa tan de ahí como la rupia esrilanquesa, disfrutamos de una de las comidas más auténticas y especiales de todo el viaje. Con una cesta y una hoja como platos y dos palillos como cubiertos, probamos algunos productos típicos de esta tierra.
Después del almuerzo, vuelta al lago Hiriwadunna, donde navegamos un rato antes de volver al autobús y poner fin a este estimulante día.
Con este buen sabor de boca despido este post, recomendando que, de todas todas, incluyas Sigiriya en cualquier ruta por Sri Lanka. Porque aún siendo uno de los sitios más conocidos y explotados del país, a mí me consiguió sorprender y más aún, después de conocer y profundizar en su misteriosa historia. Se abren los comentarios.
Más artículos sobre el país en mi guía de Sri Lanka.
Qué ver en Sri Lanka - 20 lugares imprescindibles | Viajes Nada Incluido
[…] Pero si alguno de los yacimientos arqueológicos de Sri Lanka me fascinó fue Sigiriya, un antiguo complejo palaciego ubicado en lo alto de una roca de 200 metros. Sobre su origen hay muchas leyendas y pocas certezas, pero parece seguro que está asociado al rey Kasapa I. La teoría más extendida dice que este mató a su padre para ascender al trono y montó un palacio en lo alto de la roca para protegerse de su hermanastro, que buscaba venganza. Pero hay quien dice que el palacio lo inició su padre y, tras su muerte, Kasyapa lo terminó y lo usó como “picadero” con más de medio millar de mujeres. Desde luego, un sitio idílico para la práctica amatoria tal y como cuento en mi post sobre Sigiriya. […]