Trincomalee – El anzuelo turístico
Una veintena de pescadores estiran acompasados de una enorme red mientras un puñado de turistas curiosean y fotografían la faena. Así es la vida en Trincomalee, una localidad costera de Sri Lanka donde la tradición y la vida local conviven con el interés por atraer a los de fuera. Sobre ello y sobre qué ver en Trincomalee hablo en este post.
La última vez que hablamos fue sobre Minneriya, el mejor parque de Sri Lanka para ver elefantes en libertad. De allí pusimos rumbo hasta Trincomalee, una localidad pesquera del nordeste del país donde se encuentra uno de sus puertos más importantes.
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Trincomalee, un puerto de referencia en la zona tamil de Sri Lanka
Ha sido, precisamente, el valor de ese puerto lo que ha hecho de Trincomalee una zona de mucho movimiento que a lo largo de sus 2500 años de historia ha atraído a navegantes, comerciantes y peregrinos de todos los rincones. Sobre su pasado y sobre su oferta de patrimonio hablaré más adelante. De momento, vamos con la información logística.
Cómo llegar a Trincomalee
Como anticipaba, Trincomalee se encuentra en el nordeste del país, la zona de mayoría tamil, un grupo étnico de religión habitualmente hinduista que habita estas tierras desde hace más de 2000 años. Minneriya, Sigiriya, Polonnaruwa y Anuradaphura son las cuatro paradas turísticas más cercanas a la que aquí nos reúne, todas ellas ubicadas a unos 100 kilómetros y conectadas por transporte público.
Ahora bien, ya te adelanto que las carreteras y el tráfico no son el punto fuerte de Sri Lanka, por lo que, si no tienes muchos días, lo mejor será que contrates algún transporte privado con chofer o te hagas con algún vehículo de alquiler. Allí se estila mucho lo de moverse en tuktuk, aunque, por supuesto, el coche es una opción más cómoda.
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Dónde alojarte en Trincomalee
Además de tener uno de los templos hinduistas más famosos del país, Trincomalee se está colando en las rutas turísticas por sus playas, unas de las más atractivas de Sri Lanka, donde se concentran la mayor parte de alojamientos interesantes. Aquí te dejo algunas recomendaciones:
- Una opción económica es el Lobster Inn, donde puedes aspirar a una habitación doble por unos 15 euros la noche.
- Algo por encima está el MRD Beach Hotel, donde tú y tu acompañante podréis hacer noche por unos 45 euros.
- El hotel más lujoso de la zona es el Amaranthe Bay Resort, donde la estancia ronda los 200 euros.
- Nosotros nos quedamos en el Trinco Blu, un hotel bastante apañado en primera línea de playa.
Breve historia de Trincomalee
Pese a que si no indagas demasiado Trincomalee puede parecer una localidad costera más, la realidad es que alberga una historia la mar (nunca mejor dicho) de interesante. Y es que, parece ser, en Trincomalee ya había un asentamiento civil en el siglo VI antes de Cristo, es decir, hace como 2500 años (anteayer), y conocido por aquel entonces como Gokarna. Poco después, durante los reinos cingaleses de Anuradhapura y Polonnaruwa (16 siglos en total) fue el principal puerto comercial del país.
El hecho de que fuera un puerto natural y seguro y de que tuviera una posición estratégica dentro del golfo de Bengala hizo que estuviera cotizada desde su primer día, pero no cambió de dueño hasta el siglo XIII, con la llegada del invasor hindú Calinga Maga y la instauración del Reino de Jaffna en la zona norte del país. El hinduismo era la religión dominante de este estado, por lo que Trincomalee y alrededores se pobló de tamiles.
Este periodo terminaría con la llegada de los primeros europeos interesados en hacerse con el terreno: los portugueses, que trataron de extender el catolicismo a cualquier precio. A los lusos le siguieron los holandeses y, por último, los ingleses, quienes, por el contario, pensaron que respetar la religión hinduista les auguraría un mayor reedito económico. Y aunque el puerto siguió funcionando bien durante estos tiempos, la Segunda Guerra Mundial, la independencia, la reciente Guerra Civil entre tamiles y cingaleses (en mi post sobre seguridad en Sri Lanka te cuento más sobre este conflicto) y el durísimo tsunami de 2004, redujo la importancia de Trincomalee.
Qué ver en Trincomalee
Instalados estos cimientos históricos, voy ya con la información turística. En líneas generales, Trincomalee se está tratando de posicionar como un destino costero, con las playas y las actividades en el mar como gancho principal. Sin embargo, a mí me atrajo más la historia y el ambiente de la localidad que la playa en sí que, aun siendo agradable, no me parece una razón suficiente para ir hasta ahí. Pero vamos por partes.
El fuerte Frederick
Como adelantaba, nuestros vecinos portugueses llegaron al país a principios del siglo XVI y aunque su plan inicial era meter mano al comercio de canela, Sri Lanka andaba bastante revuelta en cuestiones políticas en ese período, por lo que acabaron viendo una oportunidad de extender su imperio. Y casi 100 años después lo consiguieron, un dominio que pudieron defender hasta mediados del XVII.
Pese a que no fue un periodo muy largo, todavía quedan hoy resquicios de la presencia lusa en el país, especialmente a nivel religioso, ya que fueron ellos los que empezaron a extender el catolicismo por la isla, una religión que hoy practican el 7 % de los esrilanqueses. Eso sí, para llevar a cabo esta “evangelización” no tuvieron ningún problema en destruir templos y símbolos religiosos del país, como el Koneswaram (que desarrollo a continuación), cuyos materiales utilizaron para levantar este fuerte Frederick en 1623.
Visto el poco interés de los portugueses en hacer amigos por Sri Lanka, es de entender que en Trincomalee haya hoy un fuerte de estas dimensiones, aunque fueron los holandeses los que le dieron las dimensiones actuales. Los británicos, por su parte, lo aprovecharon durante la Segunda Guerra Mundial como base de operaciones para tratar de controlar el océano Índico. En la actualidad, el fuerte Frederick es la base de la Armada naval de Sri Lanka…
…aunque el acceso también está abierto a turistas, a ciervos y pavos reales.
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Koneswaram, un templo hinduista que ver en Trincomalee
Como te decía, el fuerte Frederick fue en buena parte levantado con los materiales del Koneswaram, un templo hinduista cuya versión original podría tener más de 2000 años. Y digo versión original porque, tras ser arrasado por los portugueses, hoy en día existe una reconstrucción más pequeña realizada en 1952.
No obstante, debido a la larga historia que tiene detrás, este templo dedicado al dios Shiva, es todo un emblema para los hinduistas del país y de otros lugares del mundo, aunque es de entrada libre para cualquiera, siempre y cuando vayas descalzo y con la ropa adecuada. Ten en cuenta que puedes tomar fotos en el recinto, pero NO en el interior del templo.
Las playas que ver en Trincomalee
Ya había anticipado que en Trincomalee estaban apostando por sus playas para atraer turistas. De hecho a nosotros, que hicimos el viaje acompañados de la oficina de turismo del país, nos insistieron en la idea de que esta costa de Sri Lanka ofrece playas parecidas a las de Maldivas, pero más económicas. Aunque nunca he estado en Maldivas, no tengo duda con lo del precio, pero creo que a nivel de costa no andan tan dotados como sus vecinos. Ahora bien, algunas hay y no están nada mal.
La playa de Uppuveli
Uppuveli es la más famosa de Trincomalee, por un lado, porque ofrece más de 4 kilómetros de buena playa y, por otro, por estar cerca de los otros puntos turísticos de la ciudad. Allí, además, están la mayor parte de hospedajes y servicios turísticos.
El poblado de Salli
Justo donde termina la playa de Uppuveli hay un poblado que, sin ser bonito, a mí me tuvo un rato entretenido. En mi afán por pasear sin rumbo eché andar hacia el norte de la playa y di con este curioso espacio donde barcas y vacas comparten espacio.
Nilaveli, otra playa que ver en Trincomalee
Unos 15 kilómetros al norte de la ciudad se ubica Nilaveli, una playa con potencial, pero menos explotada. Su principal interés es que está frente a Pigeon island (la isla Paloma), un parque nacional marino que, según dicen, es un buen punto para la práctica del buceo y/o esnórquel.
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Tour de avistamiento
Desde cualquiera de las dos playas ya presentadas es posible contratar un tour de avistamiento en el que los delfines están casi garantizados, pero, durante el verano europeo, hay posibilidades de ver a la ballena azul, el animal más grande que habita la tierra. En nuestro caso no pudimos hacerlo por ir fuera de temporada, pero, desde luego, tiene que ser impresionante.
El centro de Trincomalee
Aparte de lo ya descrito, Trincomalee no tiene muchos más lugares turísticos, pero a mí siempre me gusta ver realidades diferentes a la mía, por eso disfruté tanto del fugaz pero estimulante paseo por el centro de la ciudad a primera hora de la mañana.
La pesca, otro de los atractivos que ver en Trincomalee
Mi parte favorita de ese paseo matutino fue poder entrar en la lonja de pescado y ver otro de los engranajes de la enorme maquinaria que supone la industria pesquera en Sri Lanka; se estima que este sector da trabajo a unos 3 millones de habitantes en este país.
Y aunque, por supuesto, hay empresas esrilanquesas que disponen de grandes barcos y tecnologías para realizarlo a gran escala, casi un tercio de los pescadores de costa siguen usando métodos tradicionales como el llamado “Beach seining” que vimos Uppuveli.
Esta técnica traducida algo así como “Pesca con redes de playa” involucra a entre 20 y 40 pescadores que utilizan una sola red que puede medir hasta 500 metros. Esta se echa al agua desde un bote y dos pescadores llevan sendos cabos a los compañeros de la playa que empiezan a recogerla uniformemente: la red se mantiene tensa cuando la ola está en retroceso y es empujada tierra adentro cuando la ola vuelve. Una vez en la playa, se separa la basura (que, tristemente, sale mucha) y se selecciona las mejores piezas de entre todo lo pescado para llevarlo directamente a la lonja…
…o disponerlo en algunos de los secadores de pescado presentes en las zonas costera de todo el país, como el que pudimos ver en la playa Kinniya a unos 15 kilómetros de Trincomalee. Por lo que nos contaron, el pescado seco está muy cotizado en ese país.
Una de las peculiaridades del “Beach seining” es que cada red tiene asignada una zona de la costa, pasando este privilegio de generación en generación. Sin embargo, hay que tener en cuenta que una de estas redes puede costar más de 7500 dólares, por lo que pocos pueden tenerla en propiedad y acaban teniendo que pagar por ella un alquiler mensual.
Aunque a mí me resultó hipnótico ver a los pescadores faenando, la realidad es que este método tradicional no está exento de problemas. Por un lado, el cambio climático, la sobreexplotación y la contaminación de los mares hace que cada vez la pesca sea menor, obligando a los pescadores a moverse de costa a costa en busca de sustento. Por otro, los esrilanqueses acusan a sus vecinos de la India de pescar en sus mares sin permiso. Y por último, y no menos importante, este estilo de pesca arrasa con corales y fondos marinos y se lleva por delante a cualquier tipo de especie, siendo el tamaño del agujero de la red el único sistema de selección. Con todo ello, no es de extrañar que su futuro sea, cuanto menos, incierto.
Y con este salado apunte termino este post, no sin antes animarte a incluir Trincomalee en tu ruta por Sri Lanka. Porque más allá de su oferta de sol y playa, esta ciudad del nordeste del país tiene historia, patrimonio, contenido y pescado suficiente para satisfacer tu apetito turístico. ¿Alguna duda? Hablamos por comentarios.
Más artículos sobre el país en mi guía de Sri Lanka.