10. Las gargantas del Todra y Tinghir – Cuando nadie te ve
Todos tenemos dos caras, incluso alguna más. Nadie es igual con una persona que con otra, en un contexto que en otro. Con los destinos turísticos pasa lo mismo: no son iguales cuando hay turistas delante que cuando no los hay. Reflexiones de mi paso por las gargantas de Todra y Tinghir, dos rincones de Marruecos con varias caras.
La última vez que hablamos acabábamos de pasar un día de cine en Ouarzazate, el Hollywood marroquí. Desde allí retomamos nuestra ruta hacia el desierto de Marruecos, aunque todavía quedaba una última parada en el cuentakilómetros: las gargantas del Todra y la ciudad de Tinghir.
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Cómo llegar a las gargantas del Todra
Partamos de una premisa: aunque hasta Ouarzazate es “relativamente” sencillo ir en autobús público, de ahí en adelante no es la mejor opción. Llegar se puede llegar, sí, pero la complejidad y el tiempo necesario no compensa. Así pues, si tienes la intención de visitar el valle del Todra, mejor hacerlo en coche de alquiler o tour organizado. Casi cualquier excursión al desierto marroquí desde Marrakech hacen un alto aquí.
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Personalmente recomiendo la opción del coche, sobre todo porque esto te da la posibilidad de moverte fuera de la hora punta. Y es que la mayoría de la gente que visita estas gargantas lo hace como parada matinal en el camino hacia Merzouga, por lo que fuera de ese horario apenas verás extranjeros.
Si tienes la posibilidad de hacerlo en vehículo propio, el camino no tiene mucha pérdida: basta con llegar hasta la ciudad de Tinghir y ahí tomar el desvío que hay justo al lado del puente. Teniendo en cuenta que es un destino que se está poniendo bastante de moda, no te costará dar con él. Y si no siempre puedes hacerlo a la antigua usanza: preguntando a los paisanos.
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Recorriendo las gargantas del Todra
De hecho, preguntando llegamos nosotros a las gargantas del Todra en mi primer viaje a Marruecos. Y es que, pese a que fui hasta ahí con Ismail al volante, mi amigo marroquí, este solo conocía la zona de oídas, por lo que nos perdimos unas cuantas veces. Tal es así, que nuestra llegada al cañón fue casi de madrugada, por lo que, con la falta de luz, no terminé de ser consciente de donde estaba hasta la mañana siguiente.
Alucinante. Siglos y siglos de trabajo del río Todra sobre este rincón de la inagotable cordillera del Atlas han dado forma a este incomparable paraje.
Un cañón con paredes de más de 100 metros de alto, pero ni una tercera parte de ancho. Imponente, salvaje, fascinante.
Un paisaje abrumador que se ha metido en la lista de deseos de escaladores de media Europa, quienes comparten escenario con juventudes de lugareños que trepan por allí como si nada.
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La imagen del río Todra hace el resto. Llama la atención como aquel riachuelo con tan poca fuerza como caudal (en verano es prácticamente invisible) haya podido formar un paisaje así. Supongo que habrá vivido épocas mejores.
Un contraste abrumador que cada día atrae a más turistas, aunque la mayoría apenas baja del autobús o de la furgoneta del tour para hacerse una foto. Pero el verdadero encanto de las gargantas del Todra es visitarlas a la tarde, cuando apenas hay visitantes y los lugareños simplemente andan por ahí disfrutando del lugar.
Con el detector de turistas apagado, simplemente se juntan para comer algo, descansar, refrescarse o charlar un rato con la familia.
De hecho, si en algún momento le saqué jugo a este valle no fue en mi primer viaje, sino cuando regresé como parte del viaje fotográfico que organizamos por el país. En esta ocasión visitamos las gargantas por la tarde y pudimos vivir de ese Todra más auténtico.
Dormir en las gargantas del Todra
Pero para acceder a esa realidad sin confituras, lo mejor es quedarse a dormir ahí mismo. A lo largo de los más de 20 kilómetros por los que se extiende este cañón, se esconden minialdeas y pequeños hospedajes. Alojamientos generalmente humildes, pero ideales para meterse hasta el fondo de la garganta. Algunas recomendaciones:
- Como en toda esa zona, Airbnb cuenta con una gran variedad de alojamientos.
- Por 20 euros la pareja podrás dormir en un sencillo pero agradable hospedaje a las puertas del cañón.
- Si tienes un presupuesto algo mayor, 85 € cuesta la habitación triple en el elegante riad Dar Bab Todra.
- Con el grupo de fotógrafos hicimos noche en el Dar Ayour. No es nada del otro mundo, pero las vistas desde la terraza son alucinantes. Sobre todo por la noche. ¿Algún día las ciudades nos devolverán las noches estrelladas que nos deben?
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La ciudad de Tinghir
Tinerhir, Tineghir, Tinghir (o como quieras llamarle) es una ciudad interesante para hacer un alto en el camino hacia el desierto. Y no solo por su proximidad a las mencionadas gargantas del Todra, unos 15 kilómetros, sino también por su importancia y por el espectacular palmeral que la rodea.
De hecho, el mayor encanto de esta ciudad de 40.000 habitantes es verla desde lo alto de alguno de los miradores que hay en la carretera. Impresiona ver esa extensa masa verde en una región tan de marrones.
Por dentro tampoco esperes demasiado, aunque con el grupo fotográfico disfrutamos paseando por un lugar tan poco condicionado por el turismo. Pese a que hay hospedajes y algún turista por allá…
… la realidad es que es que este es uno de los sitios menos adulterados de los que he visitado en Marruecos.
Como en otras ciudades marroquíes, el zoco es un lugar idóneo para una lección de fotografía callejera.
Eso sí, una vez más, te recuerdo que evites retratar a los locales sin pedirles permiso. O rodarán cabezas.
Tinghir y las gargantas del Todra fueron los últimos desvíos antes de Merzouga y las dunas de Erg Chebbi. Dos destinos que los turistas empezamos a moldear a nuestro gusto, pero que todavía conservan buena parte de su verdad. De la magia del desierto hablamos en el próximo post. ¿Alguna duda hasta ahora?
Más información de utilidad en nuestra guía de viajes online sobre Marruecos.
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Ana
Hola Sergio,
Qué decir de esta entrada, nada más que agradecerte tus comentarios y tus ideas reales. Esta es la información que buscamos no el postureo fotográfico. Ya que lo menciono, me encanta la foto de la familia, eso es lo que tendríamos que conocer en nuestros viajes.
Un saludo y gracias por compartir.
Sergio Otegui Palacios
Muchísimas gracias, Ana, por pasarte por aquí y comentar. Hay que mostrar todas las realidades :). ¡Un abrazo!
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Lujan
Sergio.
GRACIAS!
Viajo sola a Marruecos muy pronto. Ni bien leí sobre este lugar y la garganta del Dàdes pensé en ir. Pero justamente, no quería pasar con una excursión a sacar fotos desde la ruta. Así que voy a alquilar un auto! y tu blog me hizo sentir mucho más segura de la decisión.
Sabés si hay alguna caminata para hacer por ahí? Es decir, si bajo del auto dejándolo en algún parking del camino (donde vea más gente parada jeje) se puede caminar?
GRACIAS NUEVAMENTE! y seguiré todas tus otras entradas
Sergio Otegui Palacios
Hola, Lujan. Sí, la garganta la puedes recorrer andando y por la zona hay rutas. Es una zona muy bonita. Cualquier cosa me dices. ¡Un saludo!