El castillo de Cantacuzino – Tu palacio de vacaciones
No tiene la mística del de Bran, ni el lujo del de Peles, pero no muy lejos de ambos hay otro palacio, más pequeño y menos famoso, que empieza a ser un habitual de los circuitos turísticos y más tras su aparición en la serie Wednesday de Tim Burton. Hablamos del castillo de Cantacuzino.
La última vez que charlamos de Rumanía fue sobre Brasov, una de las ciudades más bonitas del país y una parada obligada en cualquier viaje. De ahí continuamos nuestro camino hacia Bucarest, deteniéndonos por el camino en el castillo de Cantacuzino.
Índice de contenidos
Cantacuzino, un castillo para veranear
Tanto dinero tenía el príncipe Gheorghe Grigore Cantacuzino que a lo largo de sus 80 años de vida llegó a construir tres palacios en Rumanía. El castillo de Cantacuzino, el que aquí nos ocupa, sería el que usara para veranear dado que Busteni, la ciudad donde está a las faldas de los Cárpatos, suele ofrecer algunos grados menos que Bucarest. Quién no tiene por ahí un palacio para huir de los calores de agosto…
Cómo llegar al castillo de Cantacuzino
Busteni está situada a unos 40 kilómetros de Brasov, la que sería la ciudad más importante de esa zona. Por lo tanto, si quieres ir por tu cuenta, lo más fácil es que agarres algún autobús desde Brasov. En esta web puedes mirar los horarios, los precios y reservar el billete. Ahora bien, la frecuencia es la que es, por lo que si quieres simplificar el tema, siempre puedes contratar algún tour como este que incluye también el castillo de Peles, un imprescindible. Aunque, un artículo más, no puedo dejar de recomendarte la opción de alquilar un coche, para mí, la mejor opción de recorrer Rumanía, sobre todo si andas con el tiempo justo. ¡No lo dudes!
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Dónde dormir en Busteni
Llegado hasta allá, igual te interesa hacer noche por la zona. Si te vale mi experiencia, yo solo lo haría si tienes pensado visitar algún otro punto de interés cercano como el mencionado Peles o hacer alguna ruta de senderismo por las montañas. Más allá de eso, Busteni no es una localidad especialmente interesante y el castillo de Cantacuzino se ve rápido, por lo que con hacer una parada es suficiente. Pero por si acaso planeas montar campamento, aquí mis recomendaciones:
- Una buena opción calidad precio es Casa Liana, donde las habitaciones dobles te cuestan unos 60 euros la noche.
- Si te encaja más un hotel al uso, las habitaciones dobles del Suru cuestan poco más de 80 euros la noche. ¡Y promete!
- Pero si quieres vivir una experiencia 100 % Cantacuzino, qué mejor que hacerlo en el jardín del propio castillo, donde hay una villa que cuesta unos 200 euros la pareja.
Ver la villa del castillo de Cantacuzino
Información turística sobre el palacio
Una vez en la puerta, nos metemos en el castillo de Cantacuzino, castillo que, por cierto, abre todos los días de 10 h. a 20 h. Allí puedes hacer la visita por tu cuenta o con guía en inglés y podrás acceder a más o menos partes según el billete que saques. Como hay muchas variables, lo mejor es que te des una vuelta por su web oficial y salgas de dudas.
La historia del castillo de Cantacuzino
Como ya he adelantado, este fue uno de los tres castillos que Gheorghe Grigore Cantacuzino, alias El Humilde, mandó construir a lo largo de su vida. Sin embargo, la historia de este edificio no ha sido siempre de luz y de color.
Gheorghe Cantacuzino, el promotor del palacio
El príncipe Gheorghe Grigore Cantacuzino (1832-1913) era un político rumano que fue dos veces primer ministro de Rumanía y otras tantas alcalde de Bucarest. Su fortuna, una de las más grandes del país por aquellos tiempos, vino de donde suelen venir estas cosas: de pertenecer a una familia noble descendiente de voivodas rumanos y emperadores bizantinos. Con tantos “leis” se debió juntar que le dio para levantar tres palacios: uno en la calle Victorei de Bucarest, hoy en día el Museo Nacional George Enescu, otro en Florești y este de Busteni.
Los orígenes del castillo de Cantacuzino
Gheorghe Cantacuzino contrató a Griogere Cerchez, uno los arquitectos más importantes del movimiento denominado neorrumano, para que construyera este palacio sobre un antiguo pabellón de caza que heredó. La construcción y la decoración llevó una década, siendo la inauguración en 1911, por lo que el bueno de Gheorghe apenas pudo disfrutar de su choza un par de años, aunque sí sus herederos. El edificio contó con electricidad, alcantarillado y agua potable desde el primer día, algo nada habitual en esa época; 19 años después tendría también calefacción. ¿Pero no era un castillo para veranear, familia Cantacuzino?
Así influyó la etapa comunista
He hablado y voy a seguir hablando bastante de la etapa comunista en Rumanía, ya que no se puede entender este país sin el comunismo que lo “dirigió” la segunda mitad del siglo XX. En aquellos años, las nacionalizaciones de bancos y empresas privadas estaban a la orden del día, pero también de edificios reales, como ya te conté en el post de Bran. Pues bien, el castillo de Cantacuzino corrió la misma suerte, pasando a ser propiedad del estado y siendo convertido en un sanatorio para enfermedades pulmonares en 1948. Con el fin del comunismo, el castillo volvió a la familia Cantacuzino, concretamente a Iona, la bisnieta de Gheorghe, aunque mucho de sus muebles y piezas de artes se quedaron por el camino. Hoy el castillo sigue siendo propiedad privada y está abierto al público desde 2010, incluido a Tim Burton.
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Nevermore Academy, la versión de Tim Burton del castillo de Cantacuzino
Y es que resulta que Rumanía en general y el castillo de Cantacuzino en particular fue uno de los escenarios de Wednesday, una serie de Netflix dirigida por Tim Burton. La serie fue estrenada en 2022 y, como no, ha supuesto un gancho turístico. De hecho, en los exteriores del castillo puedes ver bastantes elementos decorativos y demás sobre la ficción. Personalmente, me parece que lo han dejado bastante cutre, pero bueno, eso ya es una opinión.
Qué ver en el castillo de Cantacuzino
Volviendo a sus orígenes, el castillo fue todo un referente arquitectónico y artístico desde su inauguración. Este edificio de 3148 metros cuadrados con forma de cuadrilátero tiene una fachada de piedra tallada, pero revestida de ladrillo en su interior. Como decía, fue construido en neorrumano, un estilo que aunaba el pasado y el presente de la arquitectura del país.
El interior del castillo de Cantacuzino
Pese a que la etapa comunista no le sentó nada bien, a lo largo de las salas que visitas, que no son muchas, se puede ver e intuir parte de la magia que ha tenido este palacio. Cada vidriera, tirador, estuco, consola, techo, baldosa, balaustrada, herraje… está llena de detalles. También las chimeneas de piedra, decoradas con mosaicos policromados, completan esta residencia noble.
Una de las habitaciones que más me impresionó es el salón del Honor, donde hay una colección de escudos y un friso de pinturas con miembros de la familia Cantacuzino.
Desde esa misma sala se accede a un balcón, sin duda, mi lugar favorito del castillo. La vista desde ahí de los montes Bucegi me dejó boquiabierto…
…aunque tampoco está mal la vista desde el aseo público de la salida.
El exterior del palacio
Y es que no me extraña nada que Gheorghe Cantacuzino decidiera, pudiendo claro, construirse el castillo aquí, porque, además de fresquita, la zona es increíble. Hay que tener en cuenta que, los 3000 y pico metros cuadrados del edificio están rodeados de un jardincito de tres hectáreas y media y un bosque, también de su propiedad, ¡de 970!
Dentro del jardín hay tres estanques (pocos me parecen), fuentes y estatuas y obras de artes, algunas fijas y otras pertenecientes a exposiciones itinerantes de artistas locales. (Desconozco si las estatuas de la siguiente foto son de artistas o algo de la serie de Wednesay).
Y por si fuera poco, ahí también hay una iglesia de madera de 1935 a cuya consagración fueron invitadas la reina María de Rumanía y su hija Ileana, lo típico.
Y con la realeza me despido. En un país conocido por sus fortalezas y palacios, el castillo de Cantacuzino no brilla tanto como otros, pero tiene encanto suficiente como para dedicarle algunas horas. Sí además te gustan Tim Burton y sus locuras, todavía tienes más alicientes para visitarlo. Y tú, ¿has estado? ¿planeas hacerlo? ¡Cuéntamelo en los comentarios!
Más artículos sobre el país en mi guía de Rumanía.