9. Singapur, barcos en el cielo
Si algo me ha sorprendido en este viaje ha sido Singapur. Y no porque sea especialmente bonito, o especialmente auténtico, o especialmente especial… simplemente porque no me lo esperaba. No me esperaba que debajo de un país humilde (para nada pobre) como Malasia se escondiera un rincón tan ostentoso como Singapur. Y eso que la llegada a esta ciudad fue de todo menos… lujosa.
De Kuala Lumpur a Singapur en tren
(10-09-14) 8 euros costaba un asiento normal y cerca de 50 un vagón cama. Con esa diferencia de precios era evidentemente que en el tren nocturno de Kuala Lumpur a Singapur nosotros nos conformaríamos con la primera opción. Y el viaje fue un infierno. Y lo fue a pesar de que en nuestro vagón hacía como 15 grados. Alguien no debió darse cuenta de que se habían dejado el aire acondicionado encendido o de que simplemente no estaba a una temperatura humana. A esos grados el tren podría perfectamente haber sido utilizado para transportar cadáveres.
Y poco faltó, porque el estado con el que llegamos a Singapur era de todo menos de persona viva. Tampoco ayudaba en nuestro bienestar que en el vagón hubiera más luz que en un plató de televisión y que entre nuestros compañeros el que no roncaba hablaba a gritos. A nuestra llegada, primera sorpresa: teníamos que pasar otra aduana. Ya habíamos oído que Singapur era algo parecido a un país, pero pensábamos que era algo más bien teórico que práctico. Pues no, es un país con todas las de la ley: moneda propia, idioma diferente y sellito en la frontera.
Pasada la burocracia aduanera, el tren nos dejó en Woodlands, una estación lejos de todo. Así que quedaban dos opciones: taxi o transporte público, pero carecíamos de moneda local (el dólar de Singapur). Cansados, hambrientos y con frío uno piensa peor… y sin embargo, lo conseguimos, nos hicimos con el dinero y llegamos hasta la estación de metro pertinente, que estaba a una distancia considerable.
Algo ha cambiado en nosotros. Años, experiencia, madurez… sea lo que sea, una situación similar en otro viaje habría acabado en bronca. Pero esta vez no fue así. A pesar del mal estado al que llegamos, mantuvimos la cabeza fría y el temperamento controlado. El siguiente paso era dar con un alojamiento donde recuperar alguna hora de sueño. Pero ya nos íbamos dando cuenta de que a precio Malasia (6 euros la noche) no íbamos a encontrar nada. Aquí pagaríamos cerca de 14 en el barrio de Little India. Un buen hostal donde cayó una buena siesta.
Qué ver en Singapur
(11-09-14) Dos horas después despertamos, a pesar de no oír la alarma por puro parón cerebal. A las 6 teníamos una cita, Krizha se había ofrecido a enseñarnos la ciudad.
19 años, filipina pero afincada en Singapur desde los 13, de familia acomodada. Con una chica de clase íbamos a recorrer una ciudad con clase. El miedo se apoderó de nuestra tarjeta de crédito, pero fue infundado porque al final no nos dejó pagar casi nada. Lo primero que hicimos fue solucionar el tema del hambre, ya que entre unas cosas y otras no había sido un día en el que nos hubiésemos alimentado muy bien. Krizha conocía un buen sitio para satisfacer nuestra necesidad y en ese momento descubrimos la Singapur underground.
En la calle llovía pero fuimos de un punto a otro del mapa sin salir al exterior. El hecho de que este país haya sido levantado sobre una isla no demasiado grande (700 veces más pequeña que España) significa que en caso de que Singapur crezca, tiene que hacerlo hacia arriba o hacia abajo. Por ello bajo casi cualquier punto de la ciudad hay actividad subterranea. Uno nunca sabe donde empieza y acaba el metro, donde empieza y acaba el centro comercial. Todo está comunicado.
Como topos llegamos hasta nuestro destino, un restaurante acristalado. Tenía muy buen aspecto, aunque estaba anocheciendo y de primeras no fuimos demasiado conscientes de donde estábamos. El restaurante era un conjunto de puestos de comida de países diferentes: japonesa, singapureña, coreana, china, vietnamita… Krizha nos propuso un japonés (creo) y acertó de lleno. Mira que hemos comida noddles a lo largo del viaje pero ningunos nos supieron como esos. Y no fue demasiado caro, 5 euros con bebida.
Marina Bay
Y poco a poco caía la noche, y la luz de los edificios iba haciéndose protagonista.
Y poco a poco la ciudad que con tan mala cara nos había recibido hacía lo imposible por cambiar nuestra opinión.
Impresionante.
Estas fotos corresponden a la zona de Marina Bay, donde se concentra buena parte del lujo de Singapur. La última imagen es del Marina Bay Sands, un hotel–casino. La parte alta de ese edificio, “el barco”, es una piscina. No subimos pero os aseguro que habrá unas vistas espectaculares. Precisamente en esta zona es en la que se celebra el Gran Premio de Fórmula 1.
Este barrio a también es conocido por la estatua del Merlion, un león con cuerpo de pez.
Gardens By The Bay
Pero el espectáculo de luces y colores no termina ahí. Al otro lado del edificio se esconden los Gardens By The Bay, un parque alucinante.
Un jardín decorado con hinchables representativos de distintas culturas del mundo…
… siendo unos cuantos los países caracterizados.
Por supuesto, no podía faltar el rincón de España, con sus toros, toreros y bailaoras de flamencos.
Urge que alguien haga algo por cambiar la imagen de marca de España en el mundo. Tópica y lamentable.
Unos hinchables después llegás al Supertree Groove, un bosque con los típicos árboles gigantes de colores que cualquiera tendría en su jardín…
… y cuyo interior sirve de sede para bares y clubes exclusivos.
Allí terminó nuestro día. Si alguna vez venís a Singapur, no os vayáis sin ver Marina Bay de noche. A nosotros nos llegó a lo más profundo. Soñando despiertos, nos fuimos a dormir
(12-09-14) Biendormidos todo se ve de otra manera, aunque este día dio para lo que dio. Por la mañana cambiamos de hostal buscando alguno un poco más barato. Lo encontramos cerquita y mejoramos en calidad. Bunc Radius Hostel, en mi opinión, uno de los mejores hostales en los que hemos estado en cualquiera de nuestros viajes. A nivel de instalaciones y limpieza, poco que envidiar a un buen hotel.
El resto de la mañana lo dedicamos a temas de logística y de blog. Por la tarde, volvimos a quedar con Krizha.
Sentosa
Esta vez. nuestra anfitriona se decantó por Sentosa, una isla que hay en la parte baja de Singapur y que, particularmente, no me gustó nada. No os imaginéis arena, aguas cristalinas y cocoteros. Imaginaos una isla construida por y para guiris.
Cero personalidad, cero elementos de interés. Turismo artificial.
Sólo se salva una torre en la playa desde la que puedes ver el lugar desde lo alto. Pero poco más.
Abro paréntesis. No es la primera vez que nos encontramos con una situación parecida a ésta. El sudeste asiático tiene mucho para ver pero en nuestro camino nos hemos topado con bastantes sitios de turismo de cartón y piedra. Templos, cascos históricos, playas, calles… construidas con escuadra y cartabón para satisfacer a los turistas que se conforman con poco. Basta con un poco de marketing básico y alguna foto retocada para que lugares sin alma se conviertan en etapas de paso obligado. Cierro paréntesis. Ya entrada la noche cambiamos Sentosa por China Town. Pero China Town a la singapureña.
China Town Singapur
Por lo general, en todas las ciudades en las que hemos visitado su barrio chino nos hemos encontrado un lugar auténtico, caótico, desorganizado, espeso, masificado y muy orientado al comercio.
El barrio chino de Singapur sigue teniendo el encanto y la autenticidad de la cultura china, pero está infinitamente más organizado y limpio que cualquiera de los otros.
Y yo me preguntó, si Singapur ha conseguido organizar China… ¿dónde están sus límites?
Está claro que Singapur juega en otra liga. A 5 kilometros de Malasia se levanta un pequeño país donde el sueldo medio de sus habitantes se triplica con respecto al del vecino, donde la lengua oficial es el inglés, donde tirar un chicle al suelo es multado, donde hasta el metro es amigable para el turista. Un lugar donde el día que terminaron de cubrir las necesidades básicas soñaron con leones con cola de sirena y con árboles de 30 metros de colores. Singapur es una buena muestra de que el dinero no da la felicidad, pero permite a los barcos alcanzar el cielo.
Y ésta ha sido la penúltima etapa en nuestro viaje por el sudeste asiático. Ya sólo queda una parada más, Malaca, la ciudad que nos quiso atrapar. Pero de eso hablaré con calma en la última publicación. Por el momento, se abren los comentarios.
Más información de utilidad en nuestra guía de viajes de Malasia, Tailandia, Camboya y Singapur
Kuala Lumpur, Malasia, Singapur
Javier
Fantástica descripción de Singapur.
He disfrutado con la lectura
Gracias
Sergio Otegui Palacios
Un gusto oír un comentario así de alguien que sabe tanto del mundo que nos rodea 🙂 Gracias a ti, Javier!
Arantxa
Nos descubres un nuevo atractivo de esta parte del mundo tan desconocida para nosotros. Me encantaría brillar como una luz más en la noche, subida a uno de esos árboles luminosos o surcando la galaxia en la estela de ese barco que de verdad parece tocar el cielo…..
¡¡¡Bienvenidos!!!!
Sergio Otegui Palacios
Trato de haceros llegar lo que siento al descubrir lugares como Singapur, porque cuando verdad no te esperas lo que te encuentras es cuando de verdad te sorprenden 🙂 ¡Gracias!
Adriana
Hola….en mi luna de miel me arriesgar a visitar Singapur. ..Shangai y puket … esta intención ha costado algunos desacuerdos con mi novio….pero creo que vale la pena!!!
Pueden contactarme con alguien que quiera ser guia local?
Saludos desde Colombia!!
Me he reído montónes con su blog
Sergio Otegui Palacios
Hola, Adriana! El Sudeste Asiático es una zona preciosa, de buen clima y muy diferente a la cultura latina. Creo que disfrutaréis de vuestra luna de miel 🙂 Yo localizo a los guías locales a través de la web de Couchsurfing. ¡Puedes echarle un vistazo! Me alegro de que te rías con el blog, el humor es parte fundamental de nuestro relato 🙂
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Paco Penalba
Se agradece la calidad del relato y las informaciones y opiniones manifestadas
Sergio Otegui Palacios
Muchas gracias por comentarnos y nos alegra que te resulte un contenido de calidad 🙂 ¡Un saludo!
Natalia
Muy buenos datos ahora que estoy organizando mi viaje al sudeste asiático! Saludos desde Paraguay! Definitivamente buscaré ese hostel que parece que está muy bueno.
Sergio Otegui Palacios
Hola, Natalia! Gracias por escribirnos 🙂 Sin duda un hostal más que recomendable. Un saludo!
Beatriz Fernandez
Buen día! Me encantó la reseňa!! Cuanto cobra por día la joven!?? Y si me puedes informar de alguna tarjeta turistica,que incluya atracciones?? Gracias mil
Sergio Otegui Palacios
Hola, Beatriz! La chica nos hizo el paseo gratis, la conocimos a través de Couchsurfing. Con respecto a la tarjeta turística… no puedo ayudarte, no solemos echar mano nosotros de este tipo de packs. ¡Disfruta del viaje!