12. Donetsk, en familia
23-06-12: “Diego, soy Jesús Llorente, hermano de Fernando Llorente. Yo voy a Ucrania mañana al partido y os puedo dar dos entradas. Ya me decís algo. Un abrazo.” Un mensaje al móvil puede cambiar el curso de un viaje.
23-06-12: “Diego, soy Jesús Llorente, hermano de Fernando Llorente. Yo voy a Ucrania mañana al partido y os puedo dar dos entradas. Ya me decís algo. Un abrazo.” Un mensaje al móvil puede cambiar el curso de un viaje.
(21-06-12) 27 horas en tren son muchas. Más aún, cuando sabes que en condiciones normales podrías haber hecho el mismo recorrido en unas diez horas menos. Aunque también tiene su encanto. Es más, todo el mundo tendría que pasar al menos una vez en la vida un día en un tren-cama ucraniano.
(20-06-12) Gdansk se ha quedado vacío. El final de la fase de grupos ha supuesto el abandono de la ciudad por parte de los muchos aficionados que la pobablan estos días. Los puestos de banderas se han convertido en tiendas de flores. Las camisetas de fútbol han dejado paso a los monos de trabajo. Volver a dar un paseo por el centro es desde luego una experiencia única.
(18-06-12) Lo sabemos, sabemos que dijimos que no lo haríamos… que nuestro presupuesto era muy ajustado y no nos lo podíamos permitir. Que disfrutaríamos de los partidos en la Fan Zone y con eso nos sentiríamos más que satisfechos. Pero han ido pasando los días, ha ido creciendo el ambiente, las ganas y al final…
(16-06-12) Con un cartel y una sonrisa puedes llegar a cualquier lugar de mundo. Da igual vuestros idiomas sólo se parezcan en que no se parecen en nada. Si te quieren entender te entenderán, si te pueden ayudar te ayudarán. Con el cuaderno de la foto conseguí llegar a Gniewino, el diminuto pueblo del noreste de Polonia donde está alojada la selección española de fútbol.
(13-06-12) … nosotros llegamos a Gdansk. Un día de trenes polacos había sido más que suficiente para darnos cuenta de que con ese medio de transporte difícilmente recorreríamos la distancia de Katowice a Gdansk (700 kms) a tiempo. Así que dejamos a un lado nuestro salario de mochileros para darnos un lujo: alquilar todo un Nissan Micra.