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7. Angkor Wat y Siem Reap, sin etiquetas

Recorriendo Angkor en bicicleta, para en Angkor Thom y Bayon (Siem Reap, Camboya)

Son las doce de la noche y hace frío. No en la calle, aquí en la calle nunca lo hace. Hace frío en el tren que nos lleva de Kuala Lumpur a Singapur, como en todos los transportes de este lugar del mundo. Consejo de viajero experimentado: nunca os subáis a un autobús, tren o avión sin algo de abrigo disponible. Supuestamente estamos en un tren cama, pero esto de tren tiene poco y de cama menos. Los de adelante no paran de hablar, el de nuestra izquierda ronca como un enfermo y en el vagón hay más luz que en un estudio fotográfico. Se prevé una noche larga… así que aprovecharé para poneros muy al día. Vamos con nuestra entrada a Camboya: Siem Reap y Angkor.

Un turista hace una fotografía con el móvil en Angkor Wat (Siem Reap, Camboya)

Cómo ir de Tailandia a Camboya en autobús

(05-09-14) La última vez que hablamos acabábamos de abandonar Tailandia tras unos días en Bangkok y Pattaya. Ahora nos tocaba ir de Talandia a Camboya en un autobús aparentemente confortable. El único problema, el de siempre, la duración del viaje. Sin saber muy bien por qué nuestro autobús tardó 3 horas más de lo previsto en hacer los 250 kms que separan Pattaya de la frontera con Camboya. Un recorrido corto como para acumular semejante retraso.

Parada en área servicio en nuestro viaje en autobús de Pattaya a  Aranyaprahtet (Tailandia)

El broche del viaje llegó cuando, de repente, el autobús paró en algún sitio y alguien en un perfecto tailandés nos pidió entre voces y gestos que bajáramos. Así lo hicimos y lo que nos encontramos fueron nuestras cuatro mochilas en la acera. Y sin más explicación, el autobús se marchó sin nosotros.

En Aranyaprathet nos dejó nuestro autobús, frontera de Tailandia con Camboya

No teníamos la menor duda de dónde estábamos pero por lo visto debía de ser nuestro destino. En vista de que ya era la 1 de la mañana decidimos dejar lo de pensar para el día siguiente y buscamos alojamiento. Primer intento, un hostal al ladito de dónde nos habían abandonado. Allí nos atendió una señora qué al preguntarle si había habitación para cuatro nos dijo: “Sí, pero no hay televisión”. Nos hizo gracia, no hemos venido a Tailandia a ver la tele. Lo que olvidó decirnos es que la habitación a la que nos llevó no tenía espacio para cuatro personas sino más bien para dos y media. A seguir buscando. Ella mismo nos llevó al que finalmente sería nuestro destino. Un hostal justo enfrente, de aspecto similar pero con televisión y cama para cuatro. De hecho, la habitación era como un pequeño palacio. Bien reídos, era momento de dormir. Mañana será otro día.

Habitación de nuestro Hostal en Aranyaprathet (Tailandia)

(06-09-14) Otro día comenzó con una pregunta en la cabeza: ¿dónde cojones estábamos? Ordenador por aquí, móvil por allá, recepcionista por el otro lado nos terminamos por situar, y acabamos dándonos cuenta de que habíamos dormido al ladito de una estación de bus donde vendían billetes a Camboya. Vamos, que sin saber muy bien cómo estábamos donde queríamos estar. Aunque para la salida de nuestro bus todavía quedaban un par de horas de espera.

Esperando en la estación de bus de Aranyaprathet (Tailandia)

Aranyaprathet

Cada uno gestionó ese tiempo libre a su manera. En mi caso, decidí salir con mi cámara a ver que se escondía en ese rincón al que llegamos sin querer. Aranyaprathet, que así se llama el lugar, es una ciudad tailandesa fronteriza con Camboya, un rincón entre dos mundos. De hecho, la propia ciudad representa muy bien esa diferencia. La parte de nuestro hostal, la estación de bus y alrededores, y la calle que rodea a la carretera principal mostraban una ciudad aparentemente normal, otra urbe asiática.

Mercado de Aranyaprathet (Tailandia)

Pero en el momento en que callejeabas un poco, Aranyaprathet se desnudaba.

Vecindario en Aranyaprathet (Tailandia)

Fue la primera vez en todo el viaje que me encontré de lleno con la pobreza asiática. Lejos de lo esperado, Malasia y Tailandia nos han mostrado una cara humilde pero no pobre, refugiados en la cómoda burbuja del turista. Sin embargo, ha sido alejarse de lo conocido y callejear un poco para ver que la miseria en Asia puede ser cosa seria.

Chabola en Aranyaprathet (Tailandia)

No fue un paseo muy largo, entre otras cosas porque con mi altura, mi cámara y mi color de piel llamo demasiado la atención en un sitio así. Pero fue más que suficiente para hacerme una composición de lugar.

Jardín de una chabola en Aranyaprathet (Tailandia)

Poco puedo decir sobre lo que vi…

Gato entre basuras en Aranyaprathet (Tailandia)

… así que me limito a enseñároslo…

Camiseta del Chelsea en una chabola de Aranyaprathet (Tailandia)… y que seáis vosotros los que saquéis vuestras propias conclusiones.

Peluche de Doraemon en Aranyaprathet (Tailandia)

Poipet, la frontera Tailandia – Camboya

Aranyaprathet sólo fue un primer aviso de qué en Camboya probablemente no fueran a ir tan boyantes. Pero antes, había que llegar. A las 12 salimos en autobús hacia Siem Reap, con previsión de llegada a las 3 de la tarde. Más de lo mismo, acabaríamos por llegar cerca de las 7. Al margen de la lentitud del tráfico en algunos puntos, el mayor lastre al que nos enfrentamos fue cruzar la frontera Tailandia – Camboya, situada en Poipet. Así como el paso de Malasia a Tailandia fue bastante sencillo, el de Tailandia a Camboya fue esperpéntico. Además de la burocracia típica de estos sitios, del sellado del pasaporte y captación de las huellas dactilares, en Camboya necesitas Visa para entrar y eso conlleva un papeleo extra y un pago de 20 dólares (que no os cobren mucho más o es que alguien os estará engañando). Pero el principal problema no eran los trámites en sí, sino la lentitud con la que se movía todo. Además, al compartir un autobús con otros 25 pasajeros ya no sólo dependías de tu retraso sino de la suma del de todos. Pero lo conseguimos.

VIsado en el pasaporte en Poi Pet (Camboya)

Siem Reap

3 horas más tarde de lo previsto llegamos a Siem Reap, donde nos dimos a la búsqueda del hostal. El proceso fue muy rápido, ya que nos dejamos aconsejar por un conductor de tuk-tuk y dimos pronto con un hotel a precio de hostal barato. De hecho así mismo se definía como “El hotel que parece caro pero barato”. Y tanto. La primera impresión fue de estar entrando a un lugar bastante lujoso. La segunda fue que era todo de cartón piedra. La tercera fue que nos lo vendieron con piscina y al final la piscina resultó ser el lugar donde guardaban los escombros de obra. Tenía cama, más que suficiente aunque después de todo el día en el bus lo único que nos apetecía era salir a andar un poco.

Puente junto al Night Market de Siem Reap (Tailandia)Pero como el plan era madrugar mucho para ir el día siguiente a Angkor, nuestro paseo dio para poco más que cenar algo e ir al Night Market, un mercado nocturno.

Cartel luminoso del Night Market en Siem Reap (Camboya)

Tan nocturno era que no vi la zanja llena de barro donde metí el pie hasta el fondo. Nada que ducharte calzado no arregle.

Night Market Siem Reap

De Siem Reap a Angkor Wat en bicicleta

(07-09-14) La alarma sonó pronto, pero esta vez de verdad. A las 3:50 de la mañana ya estábamos en danza. ¿La razón? Llegar a ver el amanecer en Angkor, aunque por el camino ya vimos que no íbamos a estar solos. Eso sí, nosotros seríamos de los pocos que fuimos hasta ahí en bicicleta. Más que recomendable. Alquilar una bici nos costó 3 dólares un día entero. El camino desde Siem Reap hasta Angkor no es largo (8 kilómetros desde el centro de la ciudad), es en llano y está bien asfaltado. Media hora larga de paseo hasta el primer templo, el Angkor Wat. Previamente, paso por las taquillas para sacar un tique: 20 dólares (unos 15 euros) cuesta una entrada para todo el día.

Ticket de un día para Angkor (Siem Reap, Camboya)

Se pueden sacar también billetes para tres días. Si vas con tiempo merece la pena porque desde luego hay contenido para ver. Con la entrada en nuestro poder volvimos a las bicis y cuando las tinieblas se disiparon…

Paseando de noche por el Angkor Wat (Siem Reap, Camboya)

apareció Angkor.

Reflejo de Angkor Wat en el lago (Siem Reap, Camboya)

Angkor

Pero vayamos por partes. ¿Qué es Angkor? Angkor es una región de Camboya donde se ubicaba la capital del Imperio jemer entre los siglos IX y siglo XV d.c. A… bien bien… pero ¿quiénes son los jemer? Un imperio dominante en la región de Camboya en particular y en el sudeste asiático en general durante esa misma época. Vamos, que actualmente Angkor son los restos de lo que hace no mucho fue un poderosísimo reino.

Puente hacia el Angkor Wat (Siem Reap, Camboya)

Historia al margen, una visita espectacular, en mi opinión a la altura de Machu Picchu. Como ya os expliqué en nuestra visita al Machu Picchu, este último es considerado una de las 7 maravillas del mundo pero Angkor no tiene esa misma «suerte». Una prueba más de que los concursos no son más que concursos y  de que los premios  no son más que premios. La belleza no es una cuestión de etiquetas.

Un caballo pasta en los alrededores del Angkor Wat (Siem Reap, Camboya)

Si algo me llamó la atención en Angkor es la enorme superficie recorrible. De hecho, es fácil que nosotros hiciéramos ese día más de 30 kilómetros en bicicleta. Y vimos bastante, pero la sensación que deja es que siempre se te escapa algo.

Recorriendo Angkor en bicicleta (Siem Reap, Camboya)

Sin duda, uno de los principales atractivos del lugar es el paisaje que le rodea. Ubicado en medio de una selva de las de verdad, Angkor es una mezcla perfecta entre naturaleza y arquitectura…

Jardines que rodean el Angkor Wat (Siem Reap, Camboya)

… hasta el punto de que en algunos templos la naturaleza ha acabado ganando la batalla al trabajo del hombre.

En el templo Ta Prohm, en Angkor (Siem Reap, Camboya)

Desconozco desde cuando Angkor es una región explotada turísticamente pero imagino que tarde o temprano habrá un mayor control de la zona ya que ahora mismo cualquier que entre puede pasear demasiado a sus anchas.

En el Wat Preah Khan de Angkor (Siem Reap, Camboya)

Lo que sí que sé es que en 1992 fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y desde entonces hay iniciado un proceso de rehabilitación con participación a nivel internacional. Introducido el lugar, acompañadnos en nuestra visita.

Niños entrando en Bayon, Angkor (Siem Reap, Camboya)

Angkor Wat

Primeros pasos por el Angkor Wat, el templo que da la cara por todos los demás. Emblema del país, hasta el punto de aparecer en el escudo de Camboya. Aunque particularmente no sea el que más nos impresionó, sí que tiene una fama más que merecida si tenemos en cuenta que es considerada la mayor estructura religiosa jamás construida.

En el interior del Angkor Wat (Siem Reap, Camboya)

La historia religiosa de Angkor es la evolución entre unos inicios politeístas, pasando por una fuerte influencia hinduista a mediados de su vida terminando por una implantación del budismo con la extensión de este por toda Asia. Historia que de una forma un otra queda reflejada en las paredes del templo.

Las primeras luces del día entran por las ventanas del Angkor Wat (Siem Reap, Camboya)

Con ese tamaño no es de extrañar que Angkor Wat se convirtiera en el centro político y religioso de la región durante buena parte de su vida. Un recinto rectangular, construido de piedra, rodeado de jardines y muros que terminan por desembocar en una gran fosa con agua.

Jardines del Angkor Wat (Siem Reap, Camboya)

Esta fue nuestra primera parada en nuestra ruta por Angkor y aquí fue donde tratamos de ver el amanecer. Sin éxito. Demasiadas nubes…

En el exterior del Angkor Wat (Siem Reap, Camboya)

… y muchos…

Multitud de turistas se agolpan junto al lago a las puertas del Angkor Wat (Siem Reap, Camboya)

… muchos turistas.El Angkor Wat estaba repleto de turistas en nuestro paso por ahí (Siem Reap, Camboya)

Ese día apenas salió el sol. Una pena porque el amanecer allí debe ser impresionante. Una alegría porque pasar el día entero bajo el sol podría haber acabado con nuestras ya maltrechas fuerzas.

Paseando en bici alquilada por Angkor (Siem Reap, Camboya)

Angkor Thom

De Angkor Wat volvimos a la bici y con ella al Angkor Thom, otra construcción que hizo las veces de capital pero ésta durante el siglo XII. Aquí nos hicimos la foto con la que abrimos esta publicación… y otras muchas.

En Bayon, dentro del Angkor Thom (Siem Reap, Camboya)

En el corazón del Angkor Thom se situa Bayon, un complejo aparentemente funerario destacado por sus más de 50 torres y, sobre todo, por tener cerca de 200 caras sonrientes esculpidas en la piedra.

Caras sonrientes esculpidas en Bayon, Angkor Thom (Siem Reap, Camboya)

La ruta siguió y aunque había otro punto marcado en nuestro mapa, decidimos salirnos un poco de lo establecido y «senderear» sin rumbo. ¿Y qué encontramos? Pues otro pequeño pero impresionante templo. Como todo ahí.

En un templo perdido en medio de Angkor (Siem Reap, Camboya)

Ta Phrom

Desde allí fuimos al templo Ta Phrom, cuya fama reside en que no ha sido «rescatado de la selva».

Una raíz atraviesa el Templo Ta Prohm en Angkor (Siem Reap, Camboya)

Todo el recinto de Angkor (excepto el Angkor Wat) había sido abandonado a su suerte durante más de 400 años y hasta que no se iniciaron las labores de recuperación, allá por el siglo XX, la selva había cubierto la mayoría de las construcciones. De todos ellos, éste todavía no ha sido limpiado y deja a la vista una impactante combinación entre naturaleza y ruinas.

En el Templo Ta Prohm en Angkor (Siem Reap, Camboya)

Preah Khan

Entre pedaladas y fotos las horas pasaban, el hambre apretaba y la falta de sueño iba haciendo estragos. Pero habiendo llegado hasta dónde habíamos llegado teníamos que aprovechar el viaje. Así que sacamos fuerzas de flaqueza para hacer una última visita al templo Preah Khan.

Plaza en el Templo Preah Khan en Angkor (Siem Reap, Camboya)

Un templo de la misma época que los dos anteriores (siglo XII), y con un nivel de desgaste similar al último. Un recinto apenas restaurado donde la naturaleza y los turistas van dándole forma.

Ventana del Temple Preah Khan, Angkor (Siem Reap, Camboya)

A pesar del cansancio, uno de los más bonitos de los que pudimos ver en nuestra ruta por Angkor. Algo me dice que de aquí a unos años terminarán por protegerlo, ya que con semejante nivel de actividad acabará por desaparecer del todo. Yo por si acaso me guardé un pequeño recuerdo del templo en la cápsula Live the life que me regaló mi amiga Teresa para que me acompañará en el viaje.

Live the life en el Temple Preah Khan, Angkor (Siem Reap, Camboya)

Allí se terminó nuestro paso por Angkor, y ya sólo quedaba una larga vuelta hasta Siem Reap. Cansados, pero con el ánimo por las nubes después de una experiencia así. Sin duda uno de los yacimientos históricos más impresionantes en los que he estado en mi corta vida de viajero. Por razones de agenda nosotros sólo pudimos pasar un día ahí, pero da para mucho más. Angkor es razón más que suficiente para que aquellos que hagan un viaje al sudeste asiático se planteen una escapada por Camboya.

De vuelta a Siem Reap: comer, siestear bastante (nos lo habíamos ganado), merendar, cenar… y un paseo nocturno. Ya sin la presión del despertador del día siguiente pudimos disfrutar con más calma del Night Market…

Puente iluminado por la noche junto al Night Market de Siem Reap (Camboya)

… y terminamos el día reflexionando con cerveza (50 céntimos la jarra) en la concurrida Pub StreetPaseando por la Pub Street de Siem Reap (Camboya)

Satisfechos y en «su punto» nos recogimos a dormir. El día siguiente de nuevo tocaba viaje, esta vez a Phnom Penh. Por delante otro aparentemente corto trayecto de autobús que acabaría durando todo el día. Pero de eso hablaré con más calma en la siguiente publicación, aunque si me pongo nuestro viaje a Phnom Penh daría para escribir una película. Nuestro debut en Camboya ha cubierto todas nuestras expectativas, aunque el nivel de pobreza con el que nos hemos encontrado ha superado cualquier previsión. Pero ya habrá tiempo para hablar de eso, de momento quiero que os quedéis con en el mundo hay lugares como Angkor, donde la naturaleza y el hombre jugaron a ser amigos… y ganaron los dos. Se abren los comentarios, y de verdad que nos encanta leeros. ¡Gracias por estar al otro lado! 🙂

Más información de utilidad en nuestra guía de viajes de Malasia, Tailandia, Camboya y Singapur

Angkor Wat, Camboya, Siem Reap, Tailandia


Sergio Otegui Palacios

Trabajo en El Fabricante de Nubes, una productora audiovisual en Zaragoza. Recorro el mundo con una mochila a la espalda y una cámara en la mano y os lo cuento en Nada Incluido, mi blog de viajes. Vídeo, fotografía, publicidad, viajes, lo que surja. How can I help you?

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