13. Donetsk y Mariupol, Llorentes y Páveles
(26-06-12) Celebrar una Eurocopa en un país como Ucrania es una locura. Le pese a quien le pese. Que la afición española (y portuguesa) tenga que desplazarse unos 4000 kms para ver a su selección no es de recibo. Que por esta razón sean pocos los que lo hagan y un el Donbass Arena, un campo de 51000 espectadores, no se llene a pesar del cartel es triste……pero es aún más triste que el único canto que se oiga en todos los partidos es el de Ucrania, Ucrania…
Mariupol
Tampoco ayuda en este sentido que entre los lugareños Donetsk sea considerada la ciudad más peligrosa del país. O que en Kiev el precio de una noche en una albergue gire en torno a las 80 euros. Muchísimo dinero si tenemos en cuenta que el salario medio ucraniano es de 300. O que Mariupol, donde hemos pasado estos tres últimos días, tiene el dudoso honor de ser una de las ciudades más contaminadas de Europa.
Y sin embargo, a pesar de todo, seguimos siendo muy felices. Felices porque seguimos encontrándonos en nuestra aventura a gente que se desvive por nosotros a cambio de nada. Como Pavel, nuestro anfitrión en Mariupol, que nos ha vuelto a recordar que no hay culturas malas, hay gente mala. Con Pavel y su guitarra hemos pasado tres días estupendos. Es un artista.
Pavel también ha compartido con nosotros a sus amigas, a quien parece sacar de un casting de modelos. Y no porque sean guapas, que también, sino porque la mayoría de ellas ha trabajado recientemente como tal. Con Olya disfrutamos de un paseo nocturno por las calles de Mariupol y de un divertido partido de volley-playa la mañana siguiente.
Con Sveta, Lisa y Elena celebramos una “Spanish-party” al ritmo de la guitarra de Pavel (épica nuestra interpretación de “Tu calorro” de Estopa) bañada en sangría de cosecha propia. Unos días perfectos para recuperar fuerzas antes de nuestra última etapa.
Donetsk
(27-06-12) todavía con el recuerdo presente del tren de la bruja en que vinimos a Mariupol, aconsejados por Pavel decidimos volver a Donetsk en autobús. Gran acierto, porque aunque el autobús tenía muchas limitaciones, parecía una limusina al lado del tren muerte. Antes de mediodía estábamos en Donetsk y a las cinco de la tarde, en teoría, nos volvía a esperar el gran Jesús Llorente, el hermano de Llorente, en el Shakhtar Plaza para darnos las entradas.
En teoría, porque en la práctica un retraso en el avión alargó nuestra espera durante dos horas. Bendito retraso. El Shakhtar Plaza, al lado del estadio, no es sólo el hotel donde se concentran las familias sino que también han ido a parar allí los medios de comunicación. Por lo tanto, mientras esperábamos pudimos ser testigos de un auténtico desfile de celebridades periodísticas españolas.
Sara Carbonero, Manu Carreño o Manolo Lama son algunos de los que posaron para nuestra cámara.
Euro2012: Portugal – España
Ya a las siete llegó Jesús y nos volvió a proveer de privilegiadas entradas para el campo. Volveríamos a disfrutar con las familias del encuentro. Esta vez nos sobraba una entrada pero sabíamos perfectamente que hacer con ella: Pavel sería nuestro invitado. Aunque eran las ocho de la tarde cuando pudimos avisarle y él todavía estaba en Mariupol, a casi dos horas de Donetsk, no dudó en cogerse un taxi. Nosotros ya estábamos en el campo cuando llegó, pero Pavel pudo entrar gracias a la entrada que le dejamos dentro de una caja de chocolate en el hotel. Según nos dijo después, ese fue el mejor chocolate que había probado nunca. Llegó al estadio desbordante de felicidad, casi incluso mayor que la nuestra. Antes nosotros ya habíamos sido convenientemente acomodados entre la familia Llorente. Sí, lo siento, Llorente tiene novia. Y muy guapa, por cierto. Aunque si nos dan a elegir, nosotros nos quedamos con su padre, un gran hombre que desde que conoció nuestra aventura no ha dejado de interesarse por nosotros.
En lo deportivo, Portugal 0 – España 0 (2-4 en penaltis), poco fútbol y muchas nueces. Probablemente los dos equipos se temían demasiado como arriesgarse y eso dio lugar 90 minutos muy aburridos. Posesiones largas pero sin peligro y sustos aislados en ambas porterías. Sin embargo, tras los cambios en el tramo final del partido España empezó a merecerse ganar, encadenando una ocasión detrás de otra y prolongando esta sensación hasta la prórroga. Pero las sensaciones no marcan los goles así que finalmente nos iríamos al punto fatídico. Es difícil sentir más cosas que lo que sentimos en esa tanda de penaltis. De hecho, para la final tendremos que aprender a sentir nuevas cosas porque los sentimientos que de momento conocemos creo que ya los hemos experimentado alguna vez. Cada gol y cada parada a nuestro favor era celebrado como un título, hasta que finalmente el penalti de Cesc nos dio un billete para Kiev. No lloramos de alegría porque estábamos demasiado alegres para llorar.
Con el final del partido y tras cenar, poco más quedaba por hacer en Donetsk. A las seis de la mañana nos esperaba un tren que nos llevaría a Kiev, tren que nunca cogimos porque no había plazas disponibles. Así estábamos de nuevo sin cama ni transporte, pero teníamos a Pavel. Él estaba encantado de volver a invitarnos a su casa de Mariupol y nosotros estábamos encantados de que nos invitara. Desde aquí os hemos hecho llegar nuestra última hora. Mañana nos espera otro agotador día de mochilas, buses y trenes. Pero que más da, si en Kiev nos espera el descanso eterno.
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(Esta publicación no es la original sino una recuperación de la misma. Para leer los comentarios y ver la original entra en Euro2012trip)Donetsk, Kiev, Mariupol, Ucrania

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