5. El Castillo de Bran, Rasnov y Brasov, la pajarería
Cuando era pequeño, me gustaba ver la Pajarería de Transilvania, una serie de dibujos sobre un doctor bastante feo que se dedica a vender animales monstruosos a los habitantes de Transilvania. Hasta ahora, Transilvania para mí era eso. Hoy ya sé que no es solo una de las regiones más espectaculares de Rumanía, sino seguramente uno de los lugares con más mística de Europa. Así han sido nuestros días por el castillo de Bran, Rasnov y Brasov.
La última vez que hablamos acabábamos de pasar unos misteriosos y divertidos días entre Sighisoara, Sibiu y la carretera Transfagarasan. Ésa fue la primera etapa de nuestro viaje por Transilvania, pero no la única. Para continuar nuestro recorrido al olor de Drácula, decidimos afincarnos un par de noches en el pueblo de Rasnov.
Dónde alojarse en Bran y Rasnov
Aunque Bran es el pueblo más importante de la zona por la fama de su castillo, Rasnov, a tan sólo 10 kilómetros de la zona, también puede ser un buen lugar para alojarse. Nuestras recomendaciones:
- Si buscas algo original, echa un vistazo a la Casa Din Bran. 60 euros cuesta la habitación doble en esta espectacular posada.
- Si prefieres algo más económico, en Rasvnov podrás alojarte por 23 euros la habitación doble en Pensiunea Victoria, un hospedaje valorado con más de un 9 en Booking.
- Por 6€ por persona, dormimos nosotros en un impresionante apartamento de AirBnb. Si todavía no te has registrado en esta web, aquí te dejo una invitación con 35 euros de regalo.
Bran
(11-07-16) A muy primera hora nos despertamos, con intención de “burlar” a la sociedad del turismo con una jugada maestra. Duchados y desayunados, cogimos el coche para dirigimos al pueblo vecino de Bran donde, en teoría, se encuentra el castillo de Drácula.
Conocedores de la gran cantidad de visitantes que recibe este lugar durante los días de verano, pensamos que sería una buena idea madrugar mucho para ser los primeros en entrar. Según la información que nos dieron, el castillo abría a las 9 de la mañana así que a esa hora estábamos en la puerta. Pero no, el Castillo de Bran abre a las 9 todos los días excepto los lunes y los martes, que lo hace a las 12. Así que tocaba hacer algo de tiempo por los alrededores.
Con apenas 6000 habitantes, Bran es un pequeño pero transitado pueblo rumano ubicado junto a los espectaculares Montes Cárpatos.
Sus encantos turísticos se reducen al castillo y a su imponente presencia desde casi cualquier ángulo.
Pero fortalezas al margen, Bran es un pueblo normal…
… que aprovecha, como puede…
… el poder de atracción del afamado vampiro.
Castillo de Bran
Y os preguntaréis, ¿qué tiene que ver Drácula con el castillo de Bran? Pues concretamente, casi nada. Como podéis leer en el post anterior, el escritor irlandés Bram Stoker se inspiró en el héroe rumano Vlad Tepes (Vlad, el empalador) para crear la leyenda de Drácula. De la misma forma, por lo visto el novelista también tomó como referencia este castillo para diseñar la residencia del Conde Drácula.
Sin embargo, a nivel histórico Vlad III no tuvo apenas vinculación con este castillo y sólo algunos historiadores defienden que el personaje fue encerrado en su calabozo durante un par de días. Pero su residencia real fue el castillo de Poaneri, hoy parcialmente en ruinas.
Es decir, ¿qué el castillo de Bran no es el castillo de Drácula? A nivel histórico no, pero a nivel de ficción podría decirse que sí porque ha sido el escenario elegido por la literatura y el cine.
Vampiros al margen, el origen de la edificación se remonta al siglo XIII, época en la que los Caballeros de la Orden Teutónica levantaron una fortaleza.
Pero su construcción fue acompañada de muchos años de combates que terminaron por dejar el edificio casi en ruinas. Hubo que esperar hasta finales del siglo XIV para que se levantara el castillo con la forma actual.
Durante buena parte de su historia, el castillo perteneció a Hungría y hasta después de la Primera Guerra Mundial no pasó a formar parte de Rumanía.
En ese mismo momento fue elegido como residencia por la reina María de Rumanía y se hicieron en él importantes reformas, aunque siempre respetando su estructura medieval.
Entre otras cosas, desde ese momento empezó a contar con luz y agua corriente, además de nuevas escaleras para facilitar el acceso a las partes más altas.
Aclarada la historia, si me dejáis daros mi opinión os diré que no me gustó demasiado. Aunque es cierto que su fachada y patios interiores tienen encanto…
… de puertas hacia adentro tiene bastante poco contenido, sobre todo si te esperas ver algo parecido a una mansión del terror.
Tampoco nos ayudó la gran cantidad de turistas con los que tuvimos que compartir la visita, todos ellos campando a sus anchas por la zona sin ningún orden ni control. Pero como seguramente queráis visitarlo, simplemente recordaros que los lunes y martes abren más tarde, que es preferible ir fuera de la temporada alta y que la entrada cuesta 35 Lei (8 €).
Rasnov
Del Castillo de Bran nos dirigimos a Rasnov, el pueblo donde dormíamos. Allí hicimos una parada técnica para comer y salimos a visitar su rincón más importante.
El Castillo de Rasnov
La historia de Rasnov va ligada a la de su castillo, levantado a principios del siglo XIII en lo alto de una colina.
Por su ubicación estratégica en el mapa de Rumanía, la ciudadela ha jugado un papel fundamental en la vigilancia de los pueblos de la zona…
… y ha servido también como refugio de guerra para los habitantes de Transilvania hasta el siglo XIX.
A pesar de toda la historia bélica soportada por sus muros, la fortaleza solo fue conquistada una vez, durante el siglo XVII. Más allá de eso, tan solo un incendio y un terremoto han llegado a poner en peligro la fortificación.
La ciudadela de Rasnov cuenta con un pozo de 150 metros en su haber, que fue excavado para hacer llegar el agua hasta un punto tan alto. La leyenda cuenta que el agujero fue excavado por dos presos turcos a los que se les prometió la libertad a cambio de su construcción. 17 años después lo terminaron, pero fueron igualmente asesinados.
Aunque es posible subir hasta la ciudadela andando, resulta mucho más sencillo hacerlo mediante el ascensor que conecta el centro del pueblo con el castillo. El ticket de ida y vuelta es de 12 Lei, a los que hay que añadirle otros 12 por la entrada a la fortaleza.
En la ciudadela de Rasnov pasamos una entretenida tarde con parada final en la cama del apartamento. Ya sólo quedaba imaginar cómo habría sido nuestra vida de haber nacido en un lugar así durante la época medieval.
(12-07-16) La última visita de nuestro recorrido por Transilvania le correspondería a la ciudad de Brasov a la que llegamos tras abandonar, tristemente, nuestro confortable alojamiento de Rasnov. Por cierto, el coche de alquiler puede ser una gran opción para recorrer esta zona. En Rentalcars encontrarás buenos precios.
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Brasov
A diferencia de los pueblos anteriormente descritos, Brasov tiene una población de casi 300 mil habitantes por lo que ya es una ciudad de importancia considerable. Por esta razón, puede ser otro buen enclave para ubicarse en Transilvania y recorrer los alrededores, ya que se encuentra en el centro del país y está a poca distancia de varios de los puntos más interesantes de Rumanía: el Castillo de Bran, el Castillo de Peles (del que os hablaré próximamente), Bucarest o la región norte.
Dónde dormir en Brasov
Nuestro paso por Brasov fue puramente anecdótico ya que esta visita apenas encajaba dentro de nuestra agenda de viaje. Aún así, aquí te dejo unas recomendaciones sobre alojamientos.
- Una opción económica pero de calidad es el Hostal Jugendstube. Menos de 15 euros cuesta la habitación doble.
- Para paladares más refinados recomiendo Casa Sforii. 40 euros cuesta la habitación doble en este alojamiento valorado con más de un 9 en Booking.
Qué ver en Brasov
Seguramente, Brasov es una de las ciudades que más páginas ocupa en el libro de la historia de Rumanía. Aunque en la zona se han encontrado yacimientos arqueológicos del neolítico, los primeros documentos escritos sobre su existencia datan, como todo en esta zona, del siglo XIII y se formó por la unión de muchas de las poblaciones que se concentraban en la región. De ahí en adelante, imperio va, imperio viene, y hasta nuestros días.
Entre sus atractivos turísticos, Brasov cuenta con la Biserica Negra (Iglesia Negra) que es la iglesia gótica más importante del país. Fue levantada a finales del siglo XIV.
Este templo está ubicado muy cerca de la Piata Stafuliu (Plaza del Ayuntamiento)…
… bautizada así porque en ella se encuentra el consistorio de la ciudad.
Además del ayuntamiento, en la plaza conviven edificios de viviendas, oficinas, tiendas y restaurantes que se extienden también por la Strada Republicii (Calle de la República), una de las más transitadas de la ciudad.
Esta vía desemboca en el Parque Nicolae Titulescu, un bonito jardín…
… donde me llamaron la atención sus originales y trabajados maceteros.
En nuestra visita express también tuvimos tiempo para subir a lo alto de la Cetauita Brasovului (la ciudadela).
Aunque no nos fue posible acceder al recinto, desde allí hay una buena vista de la urbe desde cualquiera de sus ángulos.
Y ya. Estoy de seguro de que hay mucho más para hacer en Brasov, pero nosotros no pudimos sacar tiempo para más. Así que después de comer algo, retomamos nuestra ruta sobre ruedas hacia el Castillo de Peles, uno de los lugares más increíbles de los que hemos visitado en Rumanía. Pero para que lo conozcáis, si me permitís, tendréis que esperar a la siguiente publicación.
Como veis, el olor a Drácula sigue guiando nuestros pasos. La región de Transilvania sigue demostrándonos que su fama está más que justificada, y Rumanía que tiene muchísimo menos nombre del que merece. Pero es que en el mundo siempre ha habido clases y Rumanía es un alumno tan brillante como tímido y discreto. Así que mientras mucha gente todavía intentar ubicarlo en el mapa, nosotros seguimos disfrutando de cada kilómetro de país. Se abren los comentarios.
Más información de Rumanía en nuestra guía de viajes online sobre Los Balcanes
Maruxaina Bóveda
Hicimos un recorrido bastante parecido. A mí el castillo de Bran tampoco me encantó, además había tantísima gente que era casi imposible hacer una foto.
Me gustó mucho más la fortaleza de Rasnov y nos quedó pendiente ir a ver el castillo de Peles, pero es la excusa perfecta para volver a Rumanía.
Un saludo!
Sergio Otegui Palacios
Peles son palabras mayores la verdad. Bran me dejó muy indiferente, con verlo de lejos es más que suficiente. Pero como dices, así tienes razones para volver 🙂
Jordi Gil Adell
Hola viajó en noviembre a Transilvania. Paso una noche en SINAIA. Pero desafortunadamente voy el lunes el día que esta cerrado. Mi pregunta es la siguiente: Aunque no se pueda visitar por dentro, ¿ se puede ir por el exterior y echar cuatro fotos al edificio?, o ¿ es un recinto cerrado con valla y no se puede uno acercar al edificio el día que esta cerrado?
Sergio Otegui Palacios
Hola, Jordi. ¿Te refieres al castillo de Peles? Ahora me haces dudar, pero yo creo que sí se puede ver, aunque sea desde lejos. De todas formas mejor si escribes a alguna institución oficial porque no recuerdo bien como era el recinto. Un saludo.