Yogyakarta y alrededores – Terima Kasih
Viajar sin plan es maravilloso… pero agotador. Aunque exprimo y disfruto de cada aventura como si fuera la última, la improvisación continua exige mucho de mí, y por ello siempre trato de relajarme los últimos días de viaje. Y Yogyakarta, Jogja para los amigos, parecía un lugar perfecto para esas «vacaciones». Así es esta amabilísima ciudad indonesia.
La última vez que hablamos acabábamos de pasar unos días entre peces, corales y bolsas de plásticos en Gili Air, un diminuto paraíso escondido muy cerca de Lombok. Nuestra estancia en las islas Gili terminaría precisamente en Lombok, dónde cogeríamos un avión hasta Yogyakarta, una de las urbes más interesantes de la isla de Java.
Índice de contenidos
La isla de Java
Por empezar poniendo un poquito de información, te diré que Java es una isla de Indonesia que se extiende por más de 130 mil kilómetros cuadrados (la cuarta parte de España), pero en la que viven cerca 150 millones de personas (casi cuatro veces España).
Con estas cifras no creo que te sorprenda si te digo que Java es la isla más poblada del mundo, con una densidad de más de 1000 personas por kilómetro cuadrado. Además de ser un sitio perfecto para ver mucha gente, Java es también un buen lugar para hacer turismo, por lo que es otra de las paradas habituales en los tours por Indonesia. Volcanes, templos, paisajes, playas y algunas localidades con encanto son su carta de presentación.
Por éste y otros motivos, en nuestra ruta inicial teníamos previsto dedicarle al menos una semana a recorrerla, pero nuestra ya tan habitual improvisación viajera acabó reduciendo la estancia a cuatro días. Y una vez allí, Yogyakarta sería nuestra base de operaciones.
Yogyakarta
Como comentaba, hay algunas que otras ciudades interesantes para ver en Java, pero, por lo visto y leído, Yogyakarta es una de las mejores opciones. A diferencia del caos y la locura de Yakarta, la capital, donde viven unos 10 millones de personas, apenas 300 mil residen en Yogyakarta, por lo que resulta mucho más llevadera para los turistas.
Además, Yogyakarta es la ciudad más cercana a dos de los lugares más impresionantes de Java (e Indonesia): los templos de Prambanan y Borobudur, por lo que se terciaba como un buen lugar para asentarse unos días. Si tú también te quedas por aquí, te dejo algunas recomendaciones de alojamiento:
- Una opción económica y bastante curiosa es el hostal Abrakadabra. 16 euros la noche es el precio de una habitación privada para una pareja.
- Si buscas algo de un poquito más nivel, por 35 euros puedes acceder a la habitación doble del Hotel Neo Malioboro.
- Si te quieres dar un capricho, por 60 euros podrás dormir en el hotelazo The Phoenix, valorado con casi un 9 en Booking.
Nosotros nos decantaríamos por Losmanos, un agradibilísimo hostal muy bien ubicado y a un precio muy asiático. En nuestro caso lo encontramos por la página de Airbnb, donde también hay un buen puñado de buenas opciones para tener en cuenta.
Qué ver en Jogja
Mentiría si os dijera que Yogyakarta es una ciudad irresistible, con historia en cada esquina, muchísimo para ver y hacer. La realidad es que Yogyakarta es una ciudad muy asiática, para lo bueno y para lo malo, con un ambiente universitario muy agradable y con algunas cositas para ver. Pero, sobre todo, es un lugar perfecto para asentarse mientras visitas la zona. Aún así no puedo dejar de recomendarte algunas cosas para ver en Jogja.
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Malioboro Street
Quieras o no quieras, es posible que si sales a pasear por Yogyakarta termines metiéndote en Malioboro, la arteria comercial y de ocio de la ciudad indonesia.
24 horas al día – 7 días a la semana encontrarás algo que hacer en esa calle, tan larga como toda la ciudad y tan intensa como suele ser la vida callejera en este continente.
Malioboro es un buen lugar para hacer tus compras o para disfrutar de algunos de los locales de moda.
El Water Castle Taman Sari
Puede que cuando lo veas pienses que ni es un castillo ni tiene mucha agua…
… pero el conocido como castillo del agua es uno de los lugares con más historia de Yogyakarta.
Su origen se remonta a mitades del siglo XVIII, momento en el cual el sultán levantó este recinto para su disfrute y el de sus compañeras sentimentales.
En sus inicios contaba con más “piscinas” de las que se conservan en la actualidad, pero aun así tiene su aquel. Especialmente teniendo en cuenta que solo has de pagar 1€ por la entrada.
Sumur Gumuling – La mezquita subterránea
En tiempos de Instagram, la mezquita subterránea Sumur Gumuling (Underground Mosque) es un lugar ideal para los cazadores de likes.
Curiosamente, el origen de esta mezquita está conectado al del castillo anteriormente mencionado…
… aunque en la actualidad no es más que un lugar muy curioso con muchas posibilidades fotográficas. Eso sí, ve cogiendo turno porque de la fila no te libras seguro.
El palacio del Sultán
Una de las grandes peculiaridades de Yogyakarta es que, pese a formar parte política y administrativa de la isla de Java, tiene gobierno propio, sultán incluido, con el añadido además de que en el futuro inmediato será una mujer. Y, precisamente, visitar su palacio es uno de los grandes atractivos de la ciudad, aunque nosotros nunca lo encontramos abierto. Los horarios españoles y las festividades varias lo hicieron imposible.
Talleres de Batik
La ciudad de Yogyakarta es conocida por el Batik, una técnica de tintado de telas. Esta técnica artesanal de origen indonesio utiliza la cera para proteger las partes de la prenda que no quieren ser tintadas…
…pudiendo de esta manera colorear las prendas selectivamente. Como podrás intuir, este proceso puede llevar muchísimo trabajo, por lo que el precio de estos “suvenires” no es precisamente bajo.
Ahora bien, hay talleres de mucho nivel donde podrás hacerte con pequeñas obras de arte. O incluso probar tu técnica. Nosotros echamos un buen rato en Purnomo Batik Art Group, aunque no deja de ser otra galería orientada al turista.
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Arte urbano en Jogja
No puedo dejar de hablar de Yogyakarta sin darle un mínimo espacio al arte urbano de esta localidad, uno de sus grandes encantos.
Si te sales de las rutas principales y callejeas un poco no tardarás en darte de bruces con paredes repletas de grafitis, algunos de mucho nivel.
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Los alrededores de Yogyakarta
Pero como ya te he adelantado, los principales atractivos de Yogyakarta no se encuentran en la ciudad, sino en sus alrededores. Además de ser una buena referencia para visitar algún volcán o hacer senderismo, los templos que por allí rondan son la mayor razón para visitarla: Borobudur y Prambanan, Prambanan y Borobudur. Aunque hablaré de ellos con calma en una publicación específica, sí que me gustaría darte un par de pinceladas sobre cada uno.
El templo Borobudur
Empiezo por Borobudur por ser el de más renombre y el que, personalmente, más me impresionó. Borobudur tiene en su haber, entre otras cosas, ser el templo budista más grande del mundo. Un enorme monumento con forma de gran estupa (un tipo de edifico budista dedicado al culto religioso), que representa un viaje a través de los tres niveles de cronología budista.
Aunque no hay fechas exactas sobre su construcción, se cree que han pasado unos 1200 años desde que fuese levantado, aunque ha estado largas épocas en el olvido más absoluto. Hubo que esperar al siglo XX para que se le diera la atención y el cuidado que merece, haciéndole valedor de la distinción patrimonio de la humanidad.
Ver tour a Borobudur al amanecer
El templo Prambanan
Si hablamos de Prambanan, lo hacemos de una de las obras hinduistas más grandes del mundo. Más de 200 templos de diverso tamaño y forma conviven en este recinto, aunque destacan entre todos ellos los seis más grandes, dedicados a cada uno de los principales dioses del hinduismo (Shiva, Bisnú y Brahma) y a sus monturas.
La historia de éste tiene muchos elementos en común con la de su “vecino” Borobudur, ya que en sus más de 1000 años de existencia también pasó varios en el ostracismo absoluto, incluyendo un terremoto que lo dañó gravemente. Por suerte, también en el siglo XX se inició una restauración que le dio el aspecto adecuado y su etiqueta como patrimonio de la humanidad.
Aunque lo explicaré con calma en la publicación específica sobre estos templos, te adelanto que es posible visitarlos con transporte público, pero debido a las distancias y la frecuencia de los autobuses indonesios, según el tiempo que tengas te saldrá mucho más a cuenta encararlos en formato de tour.
Ver tour por Yogyakarta, Borobudur y Prambanan
Chicken Church – Gereja Ayam
¿Una iglesia con forma de pollo en mitad de la selva? Sí, existe y está en Java. Si tienes la suerte de visitar la zona con algún tipo de transporte privado, no desaproveches la oportunidad de darte un garbeo por la conocida como Chicken Church, la “Iglesia del pollo” (aunque en realidad tiene forma de paloma).
Resulta curioso encontrarse un lugar así tan cerca de templos de la envergadura y la importancia histórica de los anteriormente nombrados, pero en la religión hay espacio para todos, incluidos los devotos de las palomas gigantes.
Curiosísimo lugar que fue empezado en 1990 y abandonado por falta de fondos, pero que la fama turística de los últimos años le ha dado un poco de aire. Aunque impresiona más por fuera que por dentro, las vistas desde “la cresta” merecen la pena.
Y con la “Iglesia del pollo” despido por todo lo alto este post sobre Yogyakarta y sus alrededores, una de las regiones con más peso turístico de la isla de Java. Dejando un poco al margen la ciudad y la “iglesia aviar”, creo que sólo por visitar los impresionantes templos de Borobudur y Prambanan merece la pena hacerle un hueco en tu viaje por Indonesia. ¿No crees?
Más información de interés en nuestra guía de viajes online sobre Indonesia
Borobudur, Prambanan, Yogyakarta
Viajar y Otras Pasiones
Hola Sergio!
Nos viene genial el post, porque queremos ir el año que viene una buena temporada a Indonesia y, por supuesto, pasaremos por Yogjakarta.
La verdad es que no conocíamos nada más allá de que fuera la base para Prambanan y Borobudur… también se puede ir al Bromo?
Mola que tenga street art, y el Water Castle es muy chulo!! Apuntamos también la iglesia del Pollo, qué graciosa!
Un beso!
Sergio Otegui Palacios
¡Hola, chicos! Sí, Jogja también se usa de base para visitar algunos volcanes como el Bromo. Es un buen punto de referencia para visitar la isla en general, la verdad. Podéis tomarlo como base. Aprovechad que tenéis el país cerquita desde donde ahora vivís :). ¡Un abrazo!
Mar
Nosotros hicimos dos noches en Yogya pero la ciudad la verdad es que no acabó de convencernos.
Eso sí, Prambanan y Borobudur son una auténtica pasada de sitios… así que una estancia en esta ciudad es casi imprescindible.
Por cierto, nos quedamos en el Ibis, baratito y muy bien cuidado.
Sergio Otegui Palacios
Hola, Mar. Sí, Yogyakarta es más interesante por lo que le rodea que por la ciudad en sí, pero se le coge cariño. Tomo nota lo del Ibis :). ¡Un abrazo!
Kris
Fascinante Java, cuanto viajamos a Indonesia creo que fue la isla que más me impresionó. Comenzamos la ruta precisamente por Yogya y disfrutamos de casi todo lo que cuentas…¡¡excepto la iglesia del pollo!!
Sergio Otegui Palacios
Ya tenéis una buena excusa para volver… ¡La iglesia del Pollo! Jajaj. La verdad es que pudimos dedicarle pocos días a Java… pero volveré :). ¡Un abrazo!
Maria Jose Moron Gomez
Sergiooooo! Te la devuelvo jejejej porque me gusta leerte y me gustan tus fotos!!
En Java estuvimos durante nuestra vuelta al mundo pero no llegamos a Yogyakarta, una lástima porque me ha encantado el templo Prambanan. ¿Se parece a los de Angkor?, ¿no?
Un abrazote ;D
Sergio Otegui Palacios
¡Hola, María José! Siempre es un gusto leerte por aquí :). Pues tiene un aire a Angkor, sí, aunque es mucho más pequeño. Es alucinante las obras que hacían por aquellos tiempos… Dan mucho que pensar. ¡Un abrazo! 😀
Eugenia
Hola. Somos de Zaragoza. Mi hija se va el 25 de Junio a Yogyakarta en calidad de estudiante de medicina. Va a estar 40 días haciendo prácticas en un hospital Algún consejo. Nos ha encantado tu blog
Sergio Otegui Palacios
Hola, Eugina. Nada en concreto. Es una ciudad muy agradable, con bastantes estudiantes y seguro que disfruta de lo lindo. Los indonesios son muy buena gente y cuidarán de ella. ¡Un abrazo!