Portobelo – La bahía que sedujo a Colón

Parece ser que fue Cristóbal Colón a quien, tras llegar a la bahía de Portobelo por primera vez, se le escapó un “Puerto bello” del que derivaría su actual nombre. Y, desde luego, no seré yo quien le llevé la contraria, porque es exactamente lo mismo que pensé tras bajarme del autobús y descubrir el que es, sin duda, uno de mis lugares favoritos de Panamá. Aquí te cuento qué ver en Portobelo.

La última vez que hablamos fue sobre el canal de Panamá, una alucinante obra de ingeniería que permitió conectar el océano Pacífico con el Atlántico. Precisamente, a orillas del Atlántico está Portobelo, en ese punto exacto donde este océano recibe el nombre del mar Caribe.

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Portobelo, uno de los puertos con más historia de Panamá

Pese a que Colón descubrió Portobelo en 1502, los españoles, sin embargo, tardarían unos cien años más en asentarse por ahí y dar forma al que sería uno de los puertos más importantes durante la colonización de América. Hoy Portobelo ya no es un referente portuario, pero sí una potencia turística emergente por méritos propios. Aunque ya tendremos tiempo para hablar de eso.

Cómo ir a Portobelo

Teniendo en cuenta que Portobelo está a unos cien kilómetros de ciudad de Panamá, en la orilla opuesta, llegar hasta allí te tomará un tiempo. Lo más rápido es hacer el trayecto en coche, lo que te podría suponer un par de horas si el tráfico respeta (que no suele).

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Si buscas una opción más económica, te alegrará saber que también es posible llegar en autobús y hacerlo por menos de 6 dólares. Para ello, tendrás que agarrar uno en la terminal de Albrook con destino a Colón, pero bajarte un poco antes, en la localidad de Sabanitas, y ahí coger el que va a Portobelo.

Entre una cosa y otra, es fácil que inviertas más de tres horas en este paseo y que te toque hacerlas de pie o sentado en el suelo, aunque nosotros lo hicimos así y fue maravilloso. De Panamá City a Sabanitas nada que declarar, pero el trayecto de Sabanitas a Portobelo fue divertidísimo. Al igual que pasa en muchas localidades caribeñas, los autobuses por estos lares son auténticas obras de arte, lo que sumado a la música a todo trapo que había en el interior y a que nos tocó compartirlo con buenos personajes, hicieron que la experiencia fuese inolvidable.

Dónde dormir en Portobelo

Ya en Portobelo, te recomiendo que hagas, al menos, una noche, ya que, aunque la ciudad es diminuta y se ve enseguida, tiene “cositas”. Aquí te dejo algunos alojamientos interesantes:

• Lo más económico sería pagar los 13 euros que te cuesta la cama en una habitación compartida en el hostal Portobelo.

Ver hostal Portobelo

• Una posibilidad interesante para parejas es el hotel Casa Congo, cuya habitación doble ronda los 80 euros y está muy bien valorado.

Ver hotel Casa Congo

• Nosotros nos alojamos en Scuba Portobelo, que es, en realidad, una escuela de buceo de prestigio en Panamá. Si quieres tener alguna experiencia submarina, sin duda es tu lugar.

Ver Scuba Portobelo

Breve historia de Portobelo

Ubicados y alojados, me vas a permitir que deje por aquí un resumido resumen de la historia de Portobelo ya que su pasado es uno de sus grandes atractivos. Como había adelantado, aquí llegó Colón en su cuarto viaje a América, en 1502, y soltó un “bello puerto” del que derivó su actual nombre. Sin embargo, y sin negar su evidente encanto, la combinación de mar + montaña + clima tropical + mosquitos = enfermedades muy chungas, lo hizo, de inicio, poco habitable para los españoles, que prefirieron instalarse en una localidad vecina que bautizaron como Nombre de Dios. Sin embargo, Nombre de Dios tenía los mismos problemas que la aquí nos reuna pero, además, su geografía la hacía menos defendible, por lo que a Francis Drake, el corsario inglés, no le costó mucho saquearla y ponerla en llamas en 1596.

Cuadro “Entierro de Drake frente a Panamá” extraído de Art Uk

Caída una, los hispanos se acordaron entonces de la bahía de Portobelo, cuya orografía la hacía menos vulnerable, y se plantaron en ella. Aunque los problemas del trópico no hacían nada fácil la vida allí, el crecimiento de esta ciudad fue exponencial en el siglo XVI, cuando los españoles impusieron la ley del mejor armado en Perú y arrasaron con el oro y la plata de los incas. Estos materiales preciosos eran llevados por barco hasta ciudad de Panamá, desde donde eran transportados hasta Portobelo a través del Camino Real de Cruces (de todo esto hablo en el post del canal). ¿Y por qué a Portobelo? Pues porque se había convertido en uno de sus puertos más importante de salida de barcos en dirección a la Península Ibérica.

Grabado extraído de la Biblioteca Nacional de Colombia

Curiosamente, solo un veinte por ciento del oro y la plata cruzaban el Atlántico, ya que el resto se quedaba para su uso en América. Por esta razón, empezó a acumularse mucha de esa cotizada mercancía en Portobelo, convirtiéndose en el oscuro objeto de deseo de piratas, filibusteros y otros personajes de moral laxa. Y aunque la ciudad estuvo fortificada desde el principio, fue saqueada en dos ocasiones durante el siglo XVII, una de ellas por Henry Morgan, un viejo conocido por su ataque a la antigua ciudad de Panamá. El 21 de noviembre de 1739, el puerto fue capturado por el almirante inglés Edward Vernon. Y aunque se restableció, la importancia de la ciudad cayó en picado desde entonces y no se recuperó (un poco) hasta la construcción del canal de Panamá.

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Qué ver en Portobelo

Pese a batallas y pillajes, que ya ves que han sido unos cuantos, Portobelo conserva algo del esplendor de antaño y es, desde luego, un lugar recomendado en cualquier ruta por Panamá. Como ya he adelantado, verse se ve muy rápido, pero si aprovechas también para escaparte a alguna playa cercana o sumergirte en sus aguas, que son un flipe, te da para un poquito más.

Los fuertes que ver en Portobelo

El pasado militar de Portobelo se nota en que llegas a la ciudad y ves el fuerte de Santiago que flanquea la carretera. Pero no es el único, sus tres hermanos (San Jerónimo, San Fernando y San Fernandino) dan forma a un complejo de fortificaciones que fueron reconocidos como Patrimonio Mundial por la Unesco en 1980.

De entre todos ellos destaca, o al menos para mí, el fuerte de San Jerónimo, situado en el centro del pueblo, y en un estado de conservación lo suficientemente digno como para intuir como podía ser la vida en aquel lugar en aquellos tiempos.

Foto de Alberto Menéndez

Empezado a levantar a mediados del XVII, tenía como objetivo principal la defensa del embarcadero situado justo en frente. Un siglo y unos cuantos ataques después, el castillo fue modificado, adquiriendo la forma actual. La entrada es libre y, por desgracia, no hay ninguna vigilancia, lo que no creo que favorezca su conservación a largo plazo.

Las iglesias que ver en Portobelo

Con la llegada de los españoles a América vino también la religión. El catolicismo se extendía allí por donde pasaban y, junto a él, las iglesias. Y como prueba: Portobelo. De hecho, la iglesia de San Juan de Dios fue levantada un año después de la fundación de la ciudad en 1597. Como curiosidad, en el interior de este templo hay un Cristo Negro, todo un icono en el país, una figura cuyo origen está rodeado de leyendas, aunque la más extendida dice que fue encontrado por un pescador mientras flotaba a la deriva en la bahía.

La otra iglesia de la localidad, la de San Felipe, fue construida unos años después, pero la versión que ha llegado hasta hoy es de principios del XIX. ¿Y eso cómo es posible? Pues porque la primera sucumbió al ataque del pirata Morgan, fue sustituida por una de madera durante unos años para, posteriormente, darle el aspecto actual.

La Real Aduana

Otro edificio que ha tenido más vidas que un gato es el de la aduana, que luce un aspecto mejorado desde junio de 2023. Desde su construcción en el siglo XVII al estilo renacentista, por aquí pasaban muchas de las valiosas mercancías que circulaban entre América y España, aunque la aduana también hacía las veces de oficina fiscal, depósito y residencia oficial.

Tras la última restauración, hay en su interior un museo sobre la historia del pueblo africano: un homenaje a los miles de africanos que los españoles trajeron como esclavos en el siglo XVI. Con el paso del tiempo, tomaron la lengua castellana y la fe católica como suyas, pero siguieron cuidando y cultivando sus tradiciones, algo que la Unesco acabó declarando como Bien Inmaterial de la Humanidad. Por cierto, el Cristo Negro es su santo de devoción.

Las calles de Portobelo

Pero más allá de sus edificios con solera, darte un garbeo por las calles de Portobelo ya justifica tu visita. En realidad, cuando hablo de calles hablo de tres o cuatro, ya que lo que en su día fue uno de los puertos españoles más importantes en América, hoy es una localidad panameña de menos de 5000 habitantes. Eso sí: bonita hasta decir basta.

Buceo en la bahía de Portobelo

Tranquilo, que todavía no nos vamos, porque si has venido hasta aquí, te recomiendo que exprimas esta bahía un poco más. Porque más allá del pueblo, todo lo que sea disfrutar de las aguas del Caribe, en el formato que sea, es una buena idea. La opción más tranquila es tirar la toalla en alguna playa cercana, como Huerta o Puerto Francés, aunque te adelanto que solo puedes llegar a ellas en lancha.

Pero si te gusta bucear, que sepas que estás en uno de los mejores lugares de todo Panamá para hacerlo. De hecho, la razón principal de nuestra visita a Portobelo fue el buceo, pero no en plan recreativo, si no para ver de cerca un encomiable proyecto de regeneración de coral que explico en este artículo sobre la lucha de Panamá contra el cambio climático.

Al margen de ese proyecto, solo nos hizo falta sumergirnos una vez para darnos cuenta de que la fama de este sitio es más que merecida. Según nos contaron, la forma de la bahía y la temperatura constante del mar a unos 27 grados han formado un ecosistema perfecto para el crecimiento de varias especies de coral…

…que han permitido, a su vez, el desarrollo de todo tipo de fauna y flora marina. Aunque hay varias empresas trabajando en la zona, nosotros hicimos la excursión con ScubaPanamá, que tienen más de cuarenta años de experiencia en el sector. En realidad, bucear solo lo hizo Alberto, mi compañero en este viaje y proyecto, ya que yo no tengo el título, pero disfruté igualmente haciendo esnórquel.

Bajo el agua termino con este artículo sobre qué ver en Portobelo, una localidad que poco tiene que ver con ese puerto que mandaba barcos cargados de oro. Hoy el oro lo traen esos turistas que nada más llegar exclaman lo mismo que Colón dijo hace más de quinientos años. Y tú, ¿qué crees que vas a decir? Se abren los comentarios.

Más artículos sobre el país en mi guía de Panamá.