Skip to main content

1. Viaje a Marruecos – Salam Aleikum

Tour en camello por el desierto del Sáhara (Marruecos)

Siempre pensé que los idiomas no eran lo mío. Pese que a solía ser un alumno destacado en el colegio, la asignatura de inglés se me atragantaba. Estudiaba como en ninguna, pero los resultados nunca me acompañaban. Luego terminé el colegio y empecé a viajar. Y tras casi seis años con la mochila a cuestas, puedo decir que tengo un nivel de inglés más que aceptable. Te aseguro que no he vuelto a coger un libro de inglés desde entonces. Simplemente he perdido el miedo a utilizarlo. Y por esta razón me voy a Marruecos. ¿A practicar inglés? No, me voy a iniciar con el árabe, pero vamos por partes.

Dos turistas en camello por el desierto del Sáhara (Marruecos)

Puede que algunos penséis que me he dado una buena pedrada en la cabeza, y puede ser, pero la pedrada viene de lejos. Hace ya unos cuantos meses me contactó la empresa Sprachcaffe, quien me propuso hacer un curso de iniciación al árabe en Marruecos y compartirlo en mi blog. Al margen de “Salam Aleikum”, a día de hoy mis conocimientos de árabe son tan altos como de física nuclear, pero el reto sonaba tan bello que, por supuesto, acepté. Y, si todo va como debe, hoy agarraré un avión rumbo a la capital marroquí.

Puerta de la necrópolis de Chellah en Rabat (Marruecos)

Y en Rabat estaré, hasta finales de marzo, aprendiendo las notas básicas de una melodía tan compleja como el árabe. Para ello acudiré varias horas al día a la academia que Sprachcaffe tiene en la capital de Marruecos, regresando a mi etapa escolar. Me sobran ganas de cruzar las puertas del aula y bucear en este nuevo mundo.

Pero el viaje va a ser mucho más que eso. Porque durante esos quince días viviré también con una familia marroquí. Pese a que la academia ofrece también hospedajes en hoteles, no quiero volver a aprender un idioma en los libros. Quiero sumergirme en él y en la cultura que lo envuelve.

Tienda de souvenires en el zoco de la medina de Chefchaouen (Marruecos)

Porque sí, amigos. Habrá excepciones, pero en líneas generales sabemos muy poco de la cultura árabe. Tan solo pinceladas distorsionadas de realidad que nos llegan a través de los medios de comunicación. Rara vez nos cuentan noticias buenas de este lado del mundo y, sin embargo, de aquí viene una parte fundamental de nuestro ADN y de nuestra cultura. Por todo ello, este curso de iniciación al árabe será también un curso de iniciación a su forma de vida. Porque estoy seguro de que tienen mucho que enseñarme.

Curtiduría Chouwara en la medina de Fez (Marruecos)

Como os imaginareis, mi viaje no va a terminar en Rabat, sino que ése sólo será el comienzo. La primera quincena de abril saldré de ruta por Marruecos, tratando de descubrir algunos de sus atractivos.

Río junto al Kasbah de Ait Ben Haddou (Marruecos)

Como siempre, a día de hoy, no tengo nada claro. No sé adónde iré, con quién iré (el viaje lo hago solo) y por qué, pero estoy seguro de que voy a disfrutar de cada momento. Probablemente, la primera semana del mes la dedique al norte del país, visitando algunas de las ciudades que rodean la capital como la cinematográfica Casablanca, la laberíntica Fez

Vistas de Fez desde el mirador Les Merinides (Marruecos)

… Mekinez (Meknes)…

Bab Berdaine en Meknes (Marruecos)

… y el fotogénico pueblo de Chefchaouen.

Calle de las flores en Chefchaouen (Marruecos)

De allí tiraré para el centro de Marruecos, tomando como partida la popular Marrakech

Atardece en la plaza Yamaa el Fna de Marrakech (Marruecos)

en dirección hacia el desierto del Sáhara, donde deseo hacer noche.

Atardecer en Erg Chebbi, el desierto de Marruecos

Camino al desierto seguro que haré más de una parada, como en el imponente Kasbah de Ait Ben Haddou y la ciudad de Ouarzazate…

Edificios en el Kasbah de Ait Ben Haddou (Marruecos)

… o la espectacular cascada de Ouzoud. Esperemos que haya tiempo también para visitar algunas de sus ciudades de costa más famosas como Agadir o Essaouira.

Barcas junto a la "skala" del puerto de Essaouira (Marruecos)

Hasta el momento, todo son ideas plasmadas sobre el papel, ideas que espero cambien a diario. Porque, ¿qué sería de este blog si la ruta ya estuviese clara?

Ya sabéis de qué va esto. Nada Incluido no es un blog de viajes organizados. Tampoco es un blog de viajes desorganizado. Nada Incluido es un cuadro en blanco listo para ser pintado. El pincel lo manejo yo, pero el dibujo y los colores lo eligen la gente que se cruza en mi camino.

Pintora en el Stari Grad de Herceg Novi (Montenegro)

Como he ido haciendo a lo largo de todos los viajes, mientras la energía y el wifi lo permitan, trataré de haceos partícipes de mis aventuras (casi) a diario a través de nuestras principales redes sociales: Facebook, Twitter y las historias de Instagram.

Fotografiando con el móvil el pueblo abandonado de Jánovas, en el Sobrarbe (Aragón)

Con respecto al blog, no puedo (ni quiero) garantizaos la frecuencia con la que escribiré durante la aventura marroquí. Últimamente prefiero exprimir al máximo mis días de viaje y dejar las (bonitas) panzadas ante el ordenador para mi regreso. La inmediatez de las redes es fundamental, pero quiero que mis artículos de blog sean el resultado de un intenso proceso de análisis y reflexión. Tomar distancia ayuda a ver con claridad la verdadera esencia de las cosas.

Trabajando en el blog de viajes Nada Incluido en el aeropuerto de Toronto (Canadá)

Al margen de ello, como siempre os animo a acompañarme en esta aventura de la forma que sea. Viajar así puede resultar agotador, y muchas veces vuestros comentarios y mensajes son el empujón que necesito para seguir el camino.

Vistas desde lo alto de la carretera Transfagarasan (Rumanía)

He de confesar que este viaje no llega en el momento adecuado. Todavía retumba en mi cabeza la aventura por Vietnam, y apenas he tenido tiempo de deshacer la mochila tras mis días por Panamá y Costa Rica. El trabajo ha devorado mi tiempo estos dos últimos meses (por suerte, adoro lo que hago), por lo que apenas he podido apagar los bonitos incendios que muchas veces decoran mi día a día. Creo que todavía no soy consciente de que mañana la mochila y yo volveremos a unirnos en un largo paseo.

Viendo Ninh Binh desde lo alto de Mua Caves (Vietnam)

Sin embargo, viajar es viajar, y aunque esta escapada pueda no haber llegado en el instante adecuado, un viaje siempre llega en el momento perfecto. Y es que estoy seguro de que cuando regrese a España dentro de un mes, la cultura árabe será para mí mucho más que saber decir “Salam Aleikum”. Algo habrá vuelto a cambiar dentro de mí. Marruecos, allí vamos.

Más información de utilidad en nuestra guía de viajes online sobre Marruecos


Sergio Otegui Palacios

Trabajo en El Fabricante de Nubes, una productora audiovisual en Zaragoza. Recorro el mundo con una mochila a la espalda y una cámara en la mano y os lo cuento en Nada Incluido, mi blog de viajes. Vídeo, fotografía, publicidad, viajes, lo que surja. How can I help you?

Comentarios (26)

Responder a Sergio Otegui Palacios Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *