Hace tiempo que no hago ruta por Europa, pero reconozco que una parte de mi mente todavía está atrapada en los Balcanes. Concretamente en esos pueblos de cuento que conforman la costa de Montenegro. Y es que, este pequeño país ha sido una de mis grandes sorpresas viajeras. Aunque ya ha pasado un tiempo desde la última vez que nos vimos, hoy he querido volver a escribir sobre él. Aquí dejo algunos consejos si planeas viajar a Montenegro.
Con diferencia, Montenegro fue el país más pequeño de todos los que visitamos en nuestro primer viaje por los Balcanes. Tanto es así que esta joven nación apenas supera los 600 mil habitantes. Sin embargo, a pesar de su escasa superficie, Montenegro es seguramente uno de los países más interesantes y atractivos de la antigua Yugoslavia. Continuamos con nuestra guía de viaje de los Balcanes hablando de qué ver en Montenegro.
Comienzo con la guía de viajes de los Balcanes hablando sobre Bosnia, uno de los países con menos renombre turístico de Europa y, sin embargo, el que más me sorprendió de esta región. Bien es cierto que este país lo recorrimos en coche y por tanto tuvimos tiempo de ver mucho en poco tiempo, pero en líneas generales la sensación que nos dejó es que es un lugar con mucho por descubrir. Así que hablemos ya sobre qué ver en Bosnia.
Macedonia, la enésima confirmación de que para viajar no se necesita mucho dinero. Por 13 €/día/persona hemos estado viviendo en este país. Vale, no ha quedado otro remedio porque para variar hemos llegado al final de viaje con telarañas en los bolsillos… pero os podemos asegurar que hemos disfrutado lo mismo o más que cuando gastábamos alegremente. Ya sabéis, cuando viajas con poco vives mucho. Así ha sido la última etapa de nuestro viaje: Bitola y Krusevo.
Lo siento, me ha vuelto a pasar. Siempre digo que esta vez no, que actualizaré en cuanto llegue a España… pero no, siempre que terminan mis viajes y aterrizo en casa se mezcla en mi interior una extraña combinación de nostalgia, caos, pereza y exceso de trabajo me impide tocar el blog durante unos días. Pero por fin me he sentado conmigo mismo y he podido poner en orden nuestros días en Skopje y Ohrid, Macedonia.
Estaba convencido de que en los Balcanes el idioma sería un problema. Que sólo los más jóvenes hablarían inglés y de aquellas maneras, y que habría que echar mano de nuestro ingenio para hacernos entender. Pero no, nada más lejos de la realidad. Da igual edad, da igual procedencia, aquí la mayoría de gente se maneja bastante bien con el inglés. Empiezo a pensar que España es el único país de Europa en los que todavía nos tiemblan las piernas cuando alguien nos habla en un idioma que no es el nuestro. Una reflexión que hago después de nuestra segunda etapa por Montenegro, tras pasar por Budva, Cetinje y Podgorica.
