Jajce – Donde salta el río Pliva
Pocas ciudades pueden presumir de tener una cascada en pleno centro y, muchas menos, de haber sido la capital de un reino. Pero de camino al norte de Bosnia hay una localidad de apenas 7000 habitantes que cumple, orgullosa, con estos dos hitos. Así es Jajce, una urbe donde la historia ha seguido siempre el curso de sus ríos.
La última vez que hablamos fue sobre Mostar, la ciudad más importante de la región de Herzegovina y una de las más bellas de Bosnia (y de toda la península balcánica). Desde ahí emprendimos rumbo hacia el norte del país, donde también había varios rincones que queríamos visitar.
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Cómo ir a Jajce
Lo primero que he decir es que, para mí gusto, Jajce NO es lo suficientemente interesante como para ir de propio hasta ahí si andas justo de tiempo o si no tienes previsto visitar otros puntos del norte de Bosnia. Ahora bien, si estás por la zona o planeas dedicarle algunos días, entonces sí que es buena idea incluirla en tu itinerario o contratar algún tour de día como este que sale desde Sarajevo.
Ten en cuenta que Jajce se encuentra equidistante de Mostar y Sarajevo, por lo que desde cualquier de ellas te llevará unas tres horas hacer el recorrido en coche y entre cuatro y cinco si optas por el transporte público. Desde Sarajevo, salen varios buses diarios hasta Jajce de la compañía Centrotrans, que puedes reservar en la misma página web. Por su parte, desde Mostar no hay tantas opciones, aunque sí que puedes encontrar horarios en días puntuales.
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Ahora bien, si te lo puedes (o quieres) permitir, alquilar un vehículo es siempre una buena idea en Bosnia, ya que ampliará tus posibilidades. Además, nosotros hicimos este trayecto en coche desde Mostar y fue maravilloso, porque durante buena parte del camino fuimos paralelos al Neretva, un río que embellece cada paisaje que toca y convierte el recorrido en un espectáculo.
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Dónde dormir en Jajce
Una vez en Jajce, quizá te plantees buscar alojamiento, aunque, si todavía no lo tienes claro, también te digo que hay lugares más interesantes para dormir por allí cerca. Sin embargo, logísticamente Jajce está muy bien ubicado, razón por la que mis amigos y yo hicimos alguna noche. Por si a ti también te encaja este plan:
- Por unos 28 euros la habitación doble tienes el Guesthouse Marivo, ubicado muy cerca del lago Pliva.
- Algo más de 40 te costará la estancia para dos personas en el Lola’s house, un hospedaje agradable y bien valorado.
- Si te encaja un alojamiento más tradicional, la habitación doble del hotel Stari Grad vale unos 55 euros y está en pleno centro.
Jajce, la antigua capital del reino de Bosnia
Volviendo a meternos en el agua, precisamente, el río y sus creaciones son el principal gancho turístico de Jajce. Y esta vez no es “culpa” del Neretva, que no llega hasta aquí, sino del Pliva, protagonista de la atractiva cascada con la que se une al río Vrba en mitad del pueblo.
Breve historia de la localidad
Que en esta localidad confluyan dos ríos de envergadura puede explicar que allá por el siglo XIV, el noble Hrvoje Vukčić Hrvatinić (lo siento, me apetecía escribir su enrevesado nombre) decidiera construir aquí esta urbe, que pocos años después se constituyó como capital del reino de Bosnia. Pero también fue en Jajce donde se desintegró este reino, exactamente en 1463, año en que los otomanos conquistaron el terreno y decapitaron a Stefan Tomasevic, el último rey de Bosnia.
Entre flechas y espadas, los turcos estuvieron unos cuatro siglos asentados en el país bosnio, aunque Jajce, en concreto, fue recuperada unos años por los húngaros, pero terminaron cediendo el terreno. Hace no tanto, la localidad fue muy dañada durante la guerra de Bosnia, aunque parte de su patrimonio se ha podido recuperar gracias a la intervención de la UNESCO.
Qué ver en Jajce
Con semejante historial bélico, no es de extrañar que en Jajce haya fortalezas y murallas para ver, aunque no es lo único ya que, como he dicho, el río también es protagonista.
Las catacumbas de Jajce
Uno de los sitios más interesantes de Jajce son sus catacumbas, el espacio en el que enterraron al ya citado (venga, a ver si esta vez puedes decir el nombre sin equivocarte) Hrvoje Vukčić Hrvatinić, el noble que ordenó construir la ciudad. Durante la etapa de dominio otomano, esta cripta fue también usada como iglesia clandestina para los cristianos.
La fortaleza de Jajce
Aunque ha vivido tiempos mejores, todavía hoy se pueden encontrar restos del recinto fortificado que rodeaba Jajce desde su fundación. No hay que olvidar que esta fue la capital del cotizado reino de Bosnia, por lo toda protección era poca (y, de hecho, lo fue).
La iglesia de Santa María
Pese a estar hoy prácticamente en ruinas, esta iglesia es el edificio más antiguo que se “conserva” en Jajce, ubicado ahí desde el siglo XII. Este fue el lugar elegido para la coronación del ya presentado Stefan Tomasevic, aunque los otomanos lo convirtieron en mezquita cuando se instalaron definitivamente.
La cascada de Pliva
Como ya ha adelantado, si por algo se le está empezando a antojar Jajce a los viajeros, es por tener un salto de agua de 22 metros de altura en mitad de la localidad. Y eso no es nada, ya que, antes de la guerra de Bosnia, esta cascada alcanzaba los 30 metros, pero, parece ser que, un ataque a una presa cercana y/o un terremoto sucedido durante el conflicto afectó a sus dimensiones.
Hoy en día puede visitarse gratuitamente desde un mirador al otro lado del río y desde el mismo pueblo, aunque si quieres verla de cerca tendrás que pagar los 8 marcos (4 euros) que cuesta la entrada a la plataforma inferior. Aviso: te vas a mojar.
Los lagos del Pliva
No contento con formar esa espectacular cascada, el Pliva también es el principal responsable de que a 5 kilómetros de Jajce se encuentre el lago natural más grande de Bosnia y Herzegovina. Este, dividido en dos partes, Veliko (grande) y Malo (pequeño), es un sitio perfecto para dar un paseo, montar un picnic, bañarte (en verano, por tu bien) o, por qué no, alquilar una canoa y darte un garbeo. Pero no solo eso, ya que aquí se encuentra también uno de los sitios que a mí más me han sorprendido en todo el país.
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Los molinos de agua Mlinčići
La primera vez que vi aquel paisaje me quedé sin palabras. Llegamos allí por pura casualidad, imagino que por recomendación de algún lugareño, pero a ciegas, sin haber visto ni una foto. Y, de repente, nos encontramos este paraje que parece sacado de una película de El Señor de los Anillos.
En mitad de los dos lagos se encuentran más de veinte molinos de madera, diminutos como la casa de un Hobbit, levantados en la Edad Media y utilizados hasta hace no tanto. Actualmente ya no se usan para moler trigo, pero sí para atraer turistas ya que, insisto, la panorámica es espectacular. Tanto me gustaron la primera vez que los vi en 2015, que no dudé ni un segundo en incluir esta parada en mi viaje fotográfico por el país en 2022. Y volvería a hacerlo.
Y es en estos molinos de agua donde pongo fin a este post sobre Jajce, una ciudad que en poco espacio concentra dos de las cosas que hacen de Bosnia y Herzegovina un país tan especial: su relación con el agua y su agitada historia. Si te has quedado con dudas o ganas de más, o tienes cualquier sugerencia que hacer, los comentarios están a tu disposición.
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Marcelo agidelo
Excelente
Sergio Otegui Palacios
¡Gracias, Marcelo!