11. Polonia-Ucrania, el tren que no podía ir más despacio
(21-06-12) 27 horas en tren son muchas. Más aún, cuando sabes que en condiciones normales podrías haber hecho el mismo recorrido en unas diez horas menos. Aunque también tiene su encanto. Es más, todo el mundo tendría que pasar al menos una vez en la vida un día en un tren-cama ucraniano.
Tren Polonia – Ucrania
En los dos metros cuadrados que mide tu habitación compartida puedes hacer muchas cosas: puedes comer hasta que te entre sueño, puedes dormir hasta que te despierte el hambre… pero sobre todo puedes pensar mucho. En estos tiempos donde todo se comparte (Whatsapp, Facebook, Twitter…) nunca está de más tener un momento para ti y tus pensamientos: ¿Estaremos haciendo lo correcto?, ¿seguro que teníamos que llegar hasta Ucrania?, ¿seguro que vamos a llegar a Ucrania? Precisamente, ésta última pregunta tuvo dudosa respuesta en un momento del viaje.
Resulta que las vías de tren ucranianas son diferentes a las del resto de Europa. Por ello en la frontera con Polonia, mientras los militares aduaneros revisan tus papeles a medianoche, el tren entra en una dantesca nave industrial donde le cambian las ruedas para poder circular por Ucrania. Al más puro estilo Fórmula 1 solo que en vez de tardar diez segundos tardan dos horas. Una vez sales de boxes te devuelven los pasaportes y ya puedes acostarte. Dormimos muy bien a pesar del tormentón que iluminaba la noche. A las 9 de la mañana estábamos en Kiev, en compañía de tres españoles a los que conocimos en el trayecto: Ernesto, empleado de Google en EE.UU.; Chema; trabajando para XBOX en Dublín; y José, canario de erasmus en Lituania. Mucho currículum, aunque ninguno de ellos cuenta en su maleta con una camiseta de Llorente. Con ellos dimos una pequeña vuelta turística por la capital ucraniana, donde esperamos volver el 1 de julio.
A las 16:30 cogimos nuestro último tren del día. Otras 6 horas de viaje en las que las dudas sobre donde dormiríamos esa noche incrementaban conforme nos acercábamos a Donetsk.
Donetsk
Cada opción que se nos presentaba era peor o más cara que la anterior. Pero las dudas se disiparon con la aparición de Natali, una divertida ucraniana que nos ofrecía a precio de oro una cama en su apartamento. ¿Ir a dormir a casa de un desconocido en Ucrania? ¡Suena bien! Éramos perfectamente conscientes de nos estaban timando, pero nos encanta que nos time gente tan simpática como Natali. La otra opción era que nos robaran un riñón pero siempre nos iba a quedar uno de recambio. Con Dimitri al volante, un simpático taxista al que le hacíamos mucha gracia, llegamos al piso de en medio de la nada (unos 20 minutos del centro).
Allí Natali nos descubrió el menos cutre de lo esperado apartamento y nos avisó de que a las 9 de la mañana vendría su madre a prepararnos el desayuno. Tras hacernos una foto con nuestra anfitriona, ella se marchó y nosotros procedimos a darnos una ducha.
Antes de dormir, el hambre apretaba y en la cocina había un frigorífico repleto de comida de extraña apariencia. En condiciones normales, nunca habríamos cogido nada de la nevera de un desconocido… pero hace mucho tiempo que esta viaje dejó de ser algo normal. En casa de Natali hemos pasado la noche y desde aquí escribimos este post. Ahora iremos al centro en busca de entradas para el partido de esta noche. Algo nos dice que no nos va a costar encontrarlas. Mañana, quizá, haya una gran sorpresa en el blog.
Todas las publicaciones de nuestro viaje a la Eurocopa 2012
(Esta publicación no es la original sino una recuperación de la misma. Para leer los comentarios y ver la original entra en Euro2012trip)Donetsk, Kiev, Polonia, Ucrania

España-Francia Euro2012. Así vivimos el partido en Donetsk | Viajes Nada Incluido
[…] partido entramos en el campo en compañía de José, el simpático canario al que conocimos en el tren cama Polonia – Ucrania. Un gran tipo al que consideramos oportuno invitar a disfrutar del partido con nosotros en nuestros […]
Maleta para tres
¿¡27 horas dentro de un tren¡? Increíble. Aunque la experiencia no te la quita nadie, y como anécdota mola muchísimo. ¡Saludos!
Sergio Otegui Palacios
El viaje en tren más largo de mi vida. Aunque, he de reconocer, no se me hizo tan largo 😀 ¡Un saludo!