El canal de Panamá – El atajo de América
Escribir sobre el canal panameño es hacerlo sobre una de las mayores obras de ingeniería del mundo. Y hablar sobre ello sin ser ingeniero o tener, al menos, alguna carrera medianamente relacionada es, cuanto menos, complicado. Sin embargo, es tal mi fascinación por este canal, por su historia y por su relevancia mundial, que, te aseguro, me he empapado como para hacer una tesis doctoral. Aquí te cuento todo sobre el impresionante canal de Panamá.
La última vez que hablamos fue sobre ciudad de Panamá, una de mis capitales favoritas de Latinoamérica. Precisamente, allí comienza, o termina, una de las mayores obras de ingeniería de todos los tiempos: el canal de Panamá. Por cierto, si tu interés por este tema es solo turístico, puedes saltar directamente a este punto. Si no, te recomiendo que te quedes conmigo a lo largo de todo este viaje. Merecerá la pena.
Índice de contenidos
El canal de Panamá – Una de las maravillas de la ingeniería moderna
En 1997 la Sociedad Americana de Ingenieros Civiles publicó un reconocido ranking sobre las siete mayores obras de ingeniería civil. Y allí estaba el canal de Panamá, lógico si tenemos en cuenta que a principios de siglo XX se consiguieron conectar dos océanos, con la tecnología de entonces, en un terreno muy abrupto y en unas condiciones climáticas y sanitarias muy duras. Y como muestra, su fascinante historia.
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Breve historia del canal
Como no podía ser de otra forma, fueron los españoles en el siglo XVI, que por entonces campaban “a sus anchas” por territorio americano, los que empezaron a fantasear con la posibilidad de conectar el océano Atlántico con el Pacífico. Sin embargo, todavía no había la tecnología necesaria para acometer una obra así, por lo que tuvieron que conformarse con trazar algunas rutas terrestres, rutas que ya eran seguidas por los nativos, pero que nuestros paisanos mejoraron. Aunque había alguna más, el Camino Real de Nombre de Dios y el Camino Real de Cruces son las más importantes. El primero cayó en desuso a consecuencia de los constantes ataques de piratas y la destrucción de Portobelo en 1739, mientras que el segundo se mantuvo en el candelero algunos años más, incluso hay tramos que todavía hoy conservan parte de su empedrado.
El siguiente hito importante en este pedazo de la historia panameña fue la construcción del ferrocarril a mediados del siglo XIX. Agilizar el transporte entre los dos océanos más grandes del mundo seguía siendo una necesidad, ya que caminando se tardaba entre una o varias semanas en hacer el recorrido, dependiendo de la carga. De esa necesidad surgió la idea de instalar un ferrocarril de lado a lado que fue llevado a cabo gracias al apoyo de Estados Unidos, que, en plena fiebre del oro, lo ansiaba como el comer. Este proyecto fue concluido en 1855, con 75 kilómetros de largo, y aunque fue una obra maestra de ingeniería para su época, se cobró la vida de más de 12000 personas, la mayoría de cólera y malaria, aunque también a consecuencia del clima y de las condiciones de trabajo. Hasta la apertura del canal, el ferrocarril transportó el mayor volumen de carga (minerales, materiales, etc.) por unidad de longitud de todas las vías férreas en el mundo y fue un factor clave en la selección de Panamá para la construcción del canal, ya que, todavía hoy, uno y otro transcurren en paralelo.
Pocos años después, se inició el proyecto de dicho canal que, aunque tecnológicamente parecía más sencillo hacerlo en Nicaragua, los franceses apostarían por Panamá. Capitaneados por el empresario Ferdinand de Lesseps, que había ejecutado con éxito la obra del canal de Suez, propuso crear un canal interoceánico, pero sin esclusas. Sin embargo, el terreno accidentado, la pésima planificación económica, la corrupción y, sobre todo, las 30000 muertes provocadas por enfermedades tropicales, echaron por tierra el sueño francés, que terminarían vendiendo los derechos del canal a los Estados Unidos.
Y el resto, es historia. Como ya sabrás, Estados Unidos sí que consiguió terminarlo, en buena parte porque consiguió poner freno a las enfermedades que asolaban el país. Hasta el momento, se pensaba que estas dolencias venían de unos vapores que emanaban de la tierra y no de los mosquitos y del agua no tratada, sus verdaderos causantes. Tras una extensa campaña de salud pública y de fumigación, la situación se controló, y tras una década de trabajo con más de 50000 personas implicadas, el canal llegó a su cauce en 1914. Medio siglo después, en 1970, los panameños deseaban recuperar el control de la zona del canal y desligarse de los norteamericanos, que con el acuerdo se habían convertido en algo parecido a una colonia. Tras unos años de negociaciones, Estados Unidos aceptó, aunque Panamá tuvo que esperar al 31 de diciembre de 1999 para conseguir todos los derechos. Bueno, casi todos, porque, todavía hoy, hay alguna cláusula en el acuerdo por el que Estados Unidos podría retomar el control ante un estado de emergencia o nueva guerra mundial.
Cómo funciona el canal de Panamá
La principal diferencia entre el proyecto francés y el estadounidense fue que los primeros pensaron que sería viable hacer un canal similar al que hicieron en Suez, es decir, que todo su recorrido se mantuviera al nivel del mar. Sin embargo, el terreno de Panamá era mucho más abrupto y complicado que el de Egipto y habían subestimado la complejidad de excavar en la cordillera que atraviesa el país por algunos puntos. Eso les supuso un retraso y un esfuerzo enorme, y cuando quisieron cambiar el plan y apostar por la realización de esclusas, la deuda y el desgaste era demasiado grande y el apoyo social y económico, nulo.
En 1904, los estadounidenses compraron a los franceses los derechos y propiedades del canal de Panamá y empezaron a trabajar sobre esa obra, pero asumiendo que lo de hacerlo a nivel era utópico y que sería necesario el uso de esclusas, una obra hidráulica que permite subir y bajar a las embarcaciones entre extensiones de agua a diferente nivel. Este sistema permitía desarrollar el canal sin necesidad de realizar una excavación tan profunda y evitaba la conexión directa entre ambos océanos, algo que habría traído muchos problemas.
Pero claro, aunque Panamá es un país estrecho, por aquel entonces no había en su interior ninguna superficie de agua que conectara ambos océanos y que fuera lo suficientemente amplia como para que los barcos pudieran discurrir por ella. Y es aquí donde nace el Gatún, un lago artificial que fue creado con la construcción de una enorme presa en el curso del río Chagres. El lago Gatún mide más de 400 kilómetros y está a 26 metros sobre el nivel del mar, los mismos que las esclusas suben y bajan a los barcos que quieren cruzar el canal.
En definitiva, para que un barco puede llegar de un océano a otro sin dar la vuelta a toda América, puede hacerlo a través del canal de Panamá. Allí accederá por una de estas esclusas, que le subirá hasta los 26 metros, el nivel del Gatún, recorrerá este lago y llegará hasta el otro extremo, donde otra esclusa le bajará de nuevo al nivel del mar.
Algunos datos sobre el canal de Panamá
Por terminar con este apartado puramente informativo sobre el canal, quiero dar algunos datos que ayudan a entender la magnitud e importancia de esta obra faraónica que genera entre 4000 y 5000 millones de dólares al año, o lo que es lo mismo, más del 6 % del PIB del país. Para alcanzar estas cotas, por allí trascurren una media de 12000 barcos al año, aunque en 2023 llegaron a los 14000. El precio por cruzar depende del tamaño del buque y la carga, pero, en condiciones normales, oscila entre los 150000 y el millón de dólares y supone la liberación de unos 200 millones de litros de agua dulce. Por allí pasa el 6 % del comercio marítimo internacional, pero esta cifra aumenta hasta un 40 % si hablamos de Estados Unidos, ya que el país norteamericano usa este cruce para llevar mercancías entre sus dos costas. ¿Y por qué se utiliza tanto? Pues, básicamente, porque el canal permite hacer en horas un trayecto que, si hubiera que bajar hasta el cabo de Hornos, en Chile, el recorrido podría suponer 15 días más de viaje de media. Para conseguir este gran atajo trabajaron unas 75000 personas entre la etapa francesa y la estadounidense, de los cuales perdieron la vida, que se dice pronto, unos 30000.
Visitar el canal de Panamá – Información turística
Ahora que ya te he contado bastante sobre la historia del canal y su funcionamiento, voy con la parte turística, porque, aunque este canal es un negocio eminentemente logístico, también es un gran atractivo para quienes vayan a viajar a Panamá. En realidad, puede ser interesante visitar cualquiera de los 80 kilómetros que conectan el océano Pacífico y el Atlántico a través de Panamá, ya sea por la belleza de los paisajes, la dimensión de los barcos o su frenética actividad. Pero dentro de ese recorrido hay algunos puntos donde el turista puede gozárselo especialmente.
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El centro de visitantes de Miraflores
La importancia y el reconocimiento de este centro de visitantes es tan grande que, por lo general, la mayor parte de la gente que ha visitado o va a visitar el canal lo que ha hecho o va a hacer es pasar por este centro de visitantes. Su ubicación a las afueras de la capital, su museo y poder ver de cerca el funcionamiento de una esclusa son razones más que suficientes para incluirlo.
El precio de la entrada es de 17 dólares e incluye la posibilidad de ver una película, muy bien hecha por cierto, sobre el pasado, presente y futuro del canal. En este centro de visitantes también podrás ver a las mulas en acción, unas pequeñas locomotoras eléctricas que se encargan de mantener los buques por el centro de las esclusas. Hay que tener en cuenta que hay esclusas de 33 metros ancho (las antiguas) y otras de 55 metros (estrenadas en 2016) y por ellas tienen que pasar algunos barcos con espacio para miles de contenedores, por lo que no andan justos de dimensiones ni sobrados de capacidad de maniobra.
Cómo ir a las esclusas de Miraflores
Como decía, el centro de visitantes de Miraflores está a las afueras de la capital y es posible llegar en transporte público desde ciudad de Panamá. Allí donde estés, coge el metrobus hasta la terminal de Albrook, la principal, y ahí pregunta por el autobús hasta las esclusas de Miraflores. Lógicamente, esta es la opción más barata, pero entre una cosa y otra, es fácil que te llevé más de una hora. Una alternativa es que cojas un taxi / Uber en algún punto o que contrates algún tour, en el que te recogerán en tu alojamiento, te llevarán a las esclusas, te harán una visita guiada y te devolverán a casa. Aquí te dejo uno interesante en español.
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Dónde dormir en el canal de Panamá – Esclusas de Miraflores
Si has ido a Panama City para visitar las esclusas de Miraflores, te recomiendo que hagas una noche (o varias) en la capital, ya que es una ciudad muy interesante. Aquí te dejo algunas recomendaciones.
- Si te apetece hospedarte junto al canal, el hotel Holiday Inn está en plena Ciudad del Saber, que presentaré a continuación, por lo que estás muy cerquita. La habitación doble son 110 euros.
- Si buscas algo económico, el hostal Bodhi, cerca de la cinta costera, es una opción agradable por unos 16 euros la cama en habitación compartida.
- Algo intermedio también en ciudad de Panamá sería el hotel Tryp by Wyndham cuyo precio ronda los 75 euros en habitación doble.
Ciudad del Saber
Como ya decía, muy cerca de las esclusas de Miraflores está la Ciudad de Saber, la que hasta 1999 era la base militar que los estadounidenses tenían en Panamá, una de las abusivas condiciones incluidas en el acuerdo que los dos países firmaron a principios de siglo XX. Hoy, por suerte, nada tiene que ver con asuntos bélicos y es un espacio de convivencia entre centros académicos, empresas tecnológicas, organizaciones no gubernamentales.
Centro de visitantes de Agua Clara
Si tienes previsto incluir la atlántica ciudad de Colón en tu itinerario panameño, ahí también tienes un centro de visitantes que fue abierto hace pocos años y que ofrece otra buena perspectiva del canal y de sus esclusas. Se puede ir agarrando algún taxi desde Colón o contratando algún tour privado.
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El lago Gatún
Voy ya con la que para mí fue una de las mayores sorpresas que me regaló Panamá: poder navegar por el Gatún y alojarme a sus orillas. Como te había contado, este lago artificial fue construido a principios de siglo XX para permitir el funcionamiento del canal y proveer de agua potable a buena parte del país, pero hoy es también un importante atractivo turístico.
En mi segundo viaje por el istmo estuve haciendo un documental sobre cómo Panamá es un país carbono negativo, es decir, que absorbe más gases de efecto invernadero que los que emite a la atmósfera. Eso se ha conseguido, entre otras muchas cosas, por el compromiso del gobierno a reforestar más de 50000 hectáreas de bosques antes de 2026.
Y aunque hay proyectos de reforestación a lo largo de todo el país, algunos se concentran en la zona del Gatún. En nuestra búsqueda dimos con EcoForest, una empresa que ha reforestado ya más de 3000 hectáreas en la cuenca del lago. Hessel van Straten, un holandés que trabaja en el país desde hace dieciocho años y que es máximo responsable de esta corporación, nos enseñó su labor…
…pero también nos hizo un tour por esta zona donde la fauna, la flora, los turistas y los inmensos barcos que cruzan el canal se entremezclan.
Como curiosidad, para la construcción del Gatún hubo que anegar más de veinte pueblos y talar catorce mil hectáreas de selva tropical, pero muchos de los tocones de estos árboles siguen ahí, casi fosilizados, y asoman en temporada seca. Hoy en día, su extracción es todo un negocio como puedes leer en este artículo.
Cómo ir al lago Gatún
Si quieres visitar el Gatún, que de verdad te lo recomiendo, vas a tener que hacerlo en algún tour. Estos te recogerán en tu alojamiento, te llevarán hasta el muelle cercano a Gamboa y te darán un paseo en lancha por el canal y el lago. Allí verás bien de fauna, bien de naturaleza y bien de barcos.
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Dónde dormir en el lago Gatún
Una vez en el lago, si quieres rematar la faena, te animo a hacer alguna noche, ya que merece muchísimo la pena dormir en este escenario. A día de hoy, no hay muchos alojamientos disponibles, pero te dejo alguna recomendación:
- Una opción económica es instalarte en alguna de las tiendas de campaña del Jungle Eco Reserve, donde puede dormir por unos 40 euros la pareja.
- Nosotros tuvimos la fortuna de dormir en el hotelazo que ha montado el mismo Hessel en pleno lago. Si te interesa, la habitación doble ronda los 110 euros la noche, pero el lugar y las instalaciones son inmejorables.
El cambio climático, un gran problema para el canal de Panamá
No quiero cerrar este artículo sin hacer una mención a uno de los grandes retos a los que se enfrenta el canal de Panamá en la actualidad: la reducción de lluvias. Como ya he adelantado, cada vez que un barco cruza el canal se liberan al mar, nada menos que, DOSCIENTOS MILLONES de litros de agua dulce, todos necesarios para que funcionen las esclusas. Esta barbaridad de líquido se obtiene del lago Gatún y, en menor medida, del Alajuela e, históricamente, la abundancia de precipitaciones en el país ha hecho que el agua no falte, incluso en la temporada seca (de diciembre a abril).
Sin embargo, en 2023 llovió un 25 % menos que la media de los últimos 73 años, lo que ha llevado a los lagos a niveles preocupantes. Como solución provisional, la Autoridad del Canal de Panamá ha ido reduciendo el tránsito de 36 barcos que suelen cruzar diariamente a los 18 que cruzaron en febrero de 2024, además de que alguno de estos buques han tenido que deshacerse de parte de su carga en el puerto y llevarla en tren hasta el otro lado. El resultado, más de 700 millones de dólares de pérdida de ingresos en el país y un embotellamiento enorme de barcos, hasta el punto de que una naviera pagó 4 millones de dólares para adelantar puestos en la cola.
Medidas como estas están tratando de paliar los efectos de una sequía mucho más potente y prolongada de lo habitual, aunque la única solución real pasa porque el clima se comporte con la regularidad que lo ha hecho en los últimos 100 años. Pero el cambio climático está ahí y esta no es más que otra evidencia de sus consecuencias.
Y ahora sí, doy por terminado este artículo sobre el canal de Panamá. Casi 3000 palabras después puedo pensar que me he extendido demasiado, pero creo que entender la magnitud de esta obra puede aumentar, y mucho, tu capacidad de disfrutarla. Ahora ya solo te queda visitarlo y compartir conmigo tu experiencia en los comentarios.
Más artículos sobre el país en mi guía de Panamá.