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5. Chiang Mai, para toda la vida

Detalle de buda en el templo Templo Wat Chedlin de Chiang Mai (Tailandia)

Hay momentos que, por lo que sea, los guardamos en el cerebro toda la vida. Hay amigos que, por lo que sea, los mantenemos a lo largo de toda la vida. Hay lugares que, por lo que sea, los recordamos para toda la vida. Viajar así te marca, te marca para toda la vida.

Detalle de buda en un templo de Chiang Mai

(31-08-14) La última vez que hablábamos acabábamos de llegar a Chiang Mai, ciudad del extremo norte de Tailandia, después de pasar unos días por Phuket. Chiang Mai es el destino predilecto para viajeros que buscan algo más que playa, cocos y vicios. Bueno, lo de vicio viene implícito con el país.

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Cartel del bar One to win en el Thaphae Boxing Stadium de Chiang Mai (Tailandia)

Por una cuestión logística y para poder llegar a Camboya con algo de tiempo, los 1500 kms que separan Phuket de Chiang Mai los hicimos en avión. Si algo hay que agradecer a las aerolíneas de bajo coste es lo mucho que han ayudado a todos aquellos que viajamos con lo puesto. Ahora bien, ya os digo que poco o nada tiene que ver una aerolínea lowcost europea con una asiática. No incluía comida, pero por espacio, comodidad y trato la experiencia fue excelente. 2 horas después, con 50 euros menos aterrizamos en Chiang Mai.

En el avión de Air Asia camino de Phuket a Chiang Mai (Tailandia)

Chiang Mai

Así es, Chiang Mai, una ciudad de poco más de cien mil habitantes tiene aeropuerto. Pero es que en Tailandia casi cualquier ciudad medio importante lo tiene. Lo bueno de aterrizar en lugares tan pequeños es que la logística es la mínima. 3 euros, 20 minutos, un taxi y un taxista simpático es todo lo que necesitamos para llegar al centro urbano.

En la recepción del hostal Soho de Chiang Mai (Tailandia)

El taxi nos dejó en el Soho Hostel, uno de los más importantes de la zona. Sin duda, el albergue más grande en el que hemos estado nunca: 9 o 10 plantas con 3 o 4 habitaciones (con 8 camas de media). Con idea de aprovechar el día, poco más hicimos que llegar, plantar las mochilas y salir en busca de provisiones. Aunque estamos comiendo correctamente, viajar da mucha hambre. Uno pasa de estar bien a querer comerse un par de vacas en un momento. Así que nuestras necesidades alimenticias no nos permitieron alejarnos mucho del hostal. Pero acertamos en nuestra elección.

Terraza de un restaurante de Chiang Mai (Tailandia)

Nuestro siguiente plan era lavar la ropa. Para los que sois nuevos por aquí simplemente comentaros que uno de nuestros trucos de mochilero es que viajar con mochilas ligeras (no más de 8 kilos) con ropa para 7 días. Todos los miembros del grupo llevamos más o menos el mismo equipaje asegurándonos así  tener todos la necesidad de lavar a la vez. En la primera lavandería que vimos (para militares) dejamos nuestra ropa. También acertamos. Sólo hay que ver lo guapos que estamos.

En un puesto de venta de sombreros en el Sunday Market de Chiang Mai (Tailandia)

Solucionados el tema del hambre y el de la higiene, ya nos sentíamos preparados para empezar a recorrer Chiang Mai. Era domingo. Conviene aclararlo porque, por lo visto, este día de la semana el centro de Chiang Mai se convierte en un enorme mercadillo, donde pudimos empezar a poner a prueba nuestras nuevas habilidades de regateo. Algunos más que otros.

Regateando en el Sunday Market de Chiang Mai (Tailandia)

Entre compra y compra aprovechamos para ir viendo alguno de sus muchos templos. Abro paréntesis: si algo hay en Tailandia en general, además de tailandeses, son templos. En cada rincón de cada barrio de cada ciudad puedes encontrarte uno, sino 2. Sin embargo, aunque a primera vista todos tienen una pinta estupenda, muchos no merecen la pena. La diferencia principal es el material con el que están trabajados. Hay algunos que construyen sus instalaciones y esculturas con metales y derivados y hay otros que son cartón piedra pintado. Mi teoría es que la devoción por el budismo en estos países es tal que necesitan muchos templos cubrir la demanda, pero sólo alguno de ellos son verdaderamente importantes. Cierro paréntesis.

Buda en el exterior de un templo en el centro de Chiang Mai (Tailandia)

Como digo, en nuestro paseo por Chiang Mai dio para ver unos cuantos. De la mayoría no me acuerdo de sus nombres. El primero, particularmente me gustó mucho ya que a nivel fotográfico era una delicia. La simetría de su arquitectura y sus numerosos puntos de luz daban mucho juego. Pequeño pero potente.

En un templo budista en el centro de Chiang Mai (Tailandia)

Wat Chedlin

Nuestra siguiente parada, este ya con nombre y apellidos, fue el Wat Chedlin. Uno de los más destacados en la ciudad.

Exterior Wat Chedlin en Chiang Mai (Tailandia)

Nuestra visita a ese templo coincidió con una ceremonia budista. Una celebración para los monjes que se iniciaba con sólo unos pocos religiosos pero a la que se iban incorporando más de manera escalonada . No puedo asegurarlo pero la sensación que daba es que iban entrando por grupos de edad según fases.

Ceremonia budista en el templo Wat Chedlin en Chiang Mai

Otra de las peculiaridades del acto es que uno de los monjes llevaba la voz cantante y el resto de asistentes se limitaban a repetir algunas partes del sermón proyectando su voz hacia el suelo y provocando un llamativo efecto sonoro.

eremonia budista en el templo Wat Chedlin en Chiang Mai

Prometo que a mi regreso a España con algo más de tiempo me informaré sobre el budismo. En líneas generales la sensación que nos ha dado el país es que los creyentes de verdad son gente buena, educada y servicial. Lo que no me ha gustado tanto es que cada rincón de cada templo de cada barrio de cada ciudad está repleto de huchas de donaciones y da la sensación de que el dinero tiene un peso excesivo. Parece que el que paga más es que cree mejor.

Donaciones en el templo budista situado bajo el Big Buddha (Phuket, Tailandia)

Cuando consideramos haber recibido bastante dosis de budismo, nos dirigimos a un templo pequeño que había en el mismo recinto en el que estaba prohibida la entrada a mujeres.

Prohibida la entrada a mujeres en el Wat Chedlin de Chiang Mai (Tailandia)

Aunque no nos ha dado la sensación de que el sudeste asiático sea una zona excesivamente machista, si que hay varias señales que nos invitan a pensar que por estos lares las mujeres todavía ocupan un papel mucho más secundario que el hombre. Como protesta por esa estúpida prohibición, os dedico a todas nuestras lectoras una foto de ese templo al que tenéis vetada la entrada.

Wat Chedlin, Chiang Mai

Sunday Market Chiang Mai

Terminada la ruta del templo nos dimos a las compras, no sin antes jugárnoslas comiendo un aperitivo en un puesto callejero.  Vamos al límite. Y justo en ese momento pasó algo realmente divertido. Debían de ser las 7 de la tarde cuando a través de la megafonía de la calle sonó el himno del país. Nosotros seguíamos a lo nuestro cuando nos percatamos de que todo el mundo allí presente permanecía inmóvil mientras lo cantaba. Impresionante. Tengo un vídeo que ilustra el momento pero la tecnología no me permite sacarlo ahora a la luz. Pero tranquilos, prometo que pronto lo veréis.

Cantando el himno tailandés en el Sunday Market de Chiang Mai (Tailandia)

La tarde dio poco y mucho más de sí. Nos limitamos a perdernos entre las calles del mercado. Verdaderamente la oferta era enorme, en la línea de cualquier mercadillo en España pero con el exotismo que le aportan 10000 kilómetros de distancia.

Cuadros en el Sunday Market de Chiang Mai (Tailandia)

Entre tantos puestos se camuflaban muchos artistas callejeros…

Pintor callejero en el Sunday Market de Chiang Mai (Tailandia)

… entre ellos, niñas, muchas niñas. Por lo que sea, en este país está bien visto que niñas muy niñas se pongan a hacer espectáculos callejeros. Vimos cantantes, bailarinas y algunas tocando instrumentos. A nosotros no nos pareció algo especialmente agradable pero imagino que si la vida no te da otra solución a veces sólo te queda ese camino.

Niña tocando el xilófono en el Sunday Market de Chiang Mai (Tailandia)

Algo parecido pasaba con ancianos, invidentes, minusválidos y personas con discapacidad. La parte central de todas las calles del mercadillo estaba ocupada por gente de esta condición pidiendo dinero. Ojalá me equivoque pero la sensación que daba todo eso es de gentuza que explota a este tipo de personas para sacar tajada.

Anciana pidiendo en el Sunday Market de Chiang Mai (Tailandia)

Cuando nos dimos satisfechos con nuestras compras y nuestros regateos, a la cama.

Viaje por Chiang Mai en moto alquilada

(01-09-14) La mañana siguiente tocaba alquilar moto, le hemos cogido el gusto. Aunque la ciudad es pequeña, muchos de los puntos de interés de la región están a una distancia considerable y echando mano de taxis, tours o transporte público nos iba a salir mucho más caro. Así que volvimos a hacer la de alquilar dos motos y lanzarnos a la carretera. Y mereció mucho la pena.

Recorriendo Chiang Mai en moto (Tailandia)

Nuestra primera parada fue el rincón más destacado de los alrededores de Chiang Mai: Wat Phrathat Doi Suthep. Otro templo budista pero éste ubicado en medio de una espectacular jungla de montaña. Precioso el trayecto en moto hasta ahí…

En moto al Wat Phrathat Doi Suthep (Chiang Mai, Tailandia)

Wat Phrathat Doi Suthep

… que en muchos momentos me recordó a la carretera que subimos para ir a Machu Picchu (Perú). Y creo que precisamente fue ese recuerdo, que tan buen regusto me dejó, lo que hizo que el Wat Phrathat Doi Suthep no me llegará tan al fondo.

Wat Phrathat Doi Suthep, tejado (Chiang Mai, Tailandia)

Tampoco ayudaba en esa tarea la enorme cantidad de turistas (la mitad españoles, estamos por todos lados) que visitaban este templo. Sorprende si tenemos en cuenta que para alcanzar el recinto tienes que subir un buen montón de escaleras.

escaleras Wat Phrathat Doi Suthep (Chiang Mai, Tailandia)

Aún con esas, Wat Phrathat Doi Suthep es un templo precioso, bien cuidado y de los que no son de cartón piedra.

Wat Phrathat Doi Suthep (Tailandia)

Especialmente bonito en sus alrededores.

En los jardines del Wat Phrathat Doi Suthep

Dentro del edificio, muchas estatuas de Buda en múltiples posiciones.

 En el Wat Phrathat Doi Suthep

Aunque nada mejor que sus baños: baños para hombres, mujeres y monjes.Baños para monjes en el Wat Phrathat Doi Suthep (Tailandia)

Evacuados continuamos nuestra ruta. Se acercaba la hora de devolver la moto pero antes hicimos un último alto en el camino: una cascada. No es mucho, pero con tanto verde a uno le entran ganas de explorar un poco la jungla.

En una cascada en los alrededores de Chiang Mai (Tailandia)

Ver Muay Thai en Chiang Mai

De vuelta a la moto, de la moto al renting, del renting al hostal, del hostal a la siesta (mínima), de la siesta a la cena… y de la cena al Thaphae Boxing Stadium.

Thaphae Boxing Stadium, Thai Boxing

Para los que andéis tan poco puestos como yo en el mundo de la lucha os diré que el Muay Thai es un arte marcial de origen tailandés en el que se utilizan tanto los brazos como las piernas. Tendrá algún tipo de peculiaridad más pero por ahora ya hemos aprendido bastante.

Logo del Thapae Boxing Stadium (Chiang Mai, Tailandia)

Ver un espectáculo de Thai Boxing es otra de las recomendaciones para los visitantes en este país. Ahora bien, ellos lo saben y el show está preparado por y para guiris.

Viendo Muay Thai en el Thapae Boxing Stadium (Chiang Mai, Tailandia)

El show se inició con una exhibición en el que dos luchadores hacían como un baile sobre el ring…

Combate de exhibición en el Thapae Boxing Stadium (Chiang Mai,Tailandia)

… y de ahí a los combates. Hubo siete duelos en total aunque la mayoría fueron muy descafeinados. Como os digo parecía un espectáculo preparado para turistas y creo que algunos luchadores no tenían ganas de hacerse un daño excesivo por esa causa. Ahora bien, siempre están a los que no les gusta perder ni al tres en raya y más de uno se fue caliente a casa.

Combate de Muay Thai en el Thapae Boxing Stadium (Chiang Mai, Tailandia)

Una experiencia divertida de ver aunque más que por los combates en sí por todo lo que se genera alrededor. Del Muay Thai nos fuimos a la cama, no sin antes comentaros que de vuelta al hostal, a media noche, la calle en la que estábamos alojados, de tan apacible apariencia durante el día, se llenó de bares de dudosa moralidad. Parece ser que eso del vicio viene de serie con Tailandia.

Bar en el Thapae Boxing Stadium (Chiang Mai, Tailandia)

Tatuaje Sak Yant en Chiang Mai

(02-09-14) Y llegó el día. Hoy no tengo que hablar de mí, ni de Víctor, hoy es momento de ceder el protagonismo a Diego y Álvaro. A este viaje vinimos con una lista de cosas que hacer. Cada uno tenía sus ideas preconcebidas sobre estos países y con ellas algunos planes para ejecutar. En el caso de Álvaro y Diego, hacerse un tatuaje.

En el Master del Tatto en Chiang Mai (Tailandia)

Tailandia es conocida por la técnica del bambú.  Y Chiang Mai, con toda su mística, parecía una ciudad idónea para esta causa. El sitio elegido, el Master del Tatto. El plan, que un señor milenario les hiciera el tatuaje.

Con el Master of Tatto en Chiang Mai (Tailandia)

Bueno, el señor no fue precisamente milenario pero desde luego era un tipo interesante y que sabía manejarse en su tarea. Llevó su tiempo, y algunos momentos de dolor, pero esa mañana en Chiang Mai nuestros amigos salieron marcados. Marcados para toda la vida.

Más sobre Tailandia en nuestra guía básica del país

Tatuaje Sat Yank con bambú (Chiang Mai, Tailandia)

Hoy os escribo de Bangkok, la siguiente parada en nuestro camino. Nuestros día en Chiang Mai han cundido y ya son unas cuantas cosas de la lista de quehaceres las que hemos ido tachando. Superada la tontería inicial, gracias a nuestra experiencia de viaje empezamos a movernos por Asia con mucha falicidad. Puede parecer una nimiedad, pero es la primera vez en un viaje que no ha habido ninguna bronca entre los miembros. Ha habido sus momentos, sus discusiones, pero nada preocupante. Tal día como hoy alcanzamos la mitad de nuestra aventura. Todavía es pronto para cantar victoria pero algo me dice que si el respeto se mantiene Asia nunca nos va a dar espalda. Nos gusta Asia. ¿Y a vosotros? Quedan abiertos los comentarios.

Más información de utilidad en nuestra guía de viajes de Tailandia.

Bangkok, Chiang Mai, Phuket


Sergio Otegui Palacios

Trabajo en El Fabricante de Nubes, una productora audiovisual en Zaragoza. Recorro el mundo con una mochila a la espalda y una cámara en la mano y os lo cuento en Nada Incluido, mi blog de viajes. Vídeo, fotografía, publicidad, viajes, lo que surja. How can I help you?

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